El Ritmo Del Deseo - Capítulo 23

CAPÍTULO 23

(LIZ)

- Bueno chicos, yo tengo que irme ya al trabajo. – Dijo Sam, recogiendo su sudadera del suelo, al igual que Floyd.

- Sí, yo también tengo que irme. Debería ducharme antes de entrar a trabajar en el bar. – Dijo Floyd. - ¿Y tú Josh? ¿No tienes que ir al trabajo hoy?

- Qué va. – Dijo Josh. – El año pasado trabajaba en el mismo gimnasio en el que Sam da clases de baile, pero de recepcionista… lo echo de menos, conoces a un montón de chicos buenos por allí. – Floyd hizo una mueca de disgusto. – No seas estúpido Floyd, suerte tienes de que no todas las chicas que te rodean sean lesbianas… - Sam comenzó a reírse.

- Casi… - Dijo entre risas. Josh se le unió y acabaron chocando los cinco.

- Espera… no jorobes. – Dijo Floyd, señalándonos a todas. – Yo, joder Sam, sé que eres lesbiana pero no creo que…

- Yo también lo soy. – Dijo Kate, antes de beber un poco de agua, ganándose una mirada de asombro de Floyd.

- No fastidies… si pensaba invitarte a salir. – Kate sonrió con la botella en los labios y encogió los hombros en disculpa. – Vaya… pero bueno, tú Kelly sé que no eres lesbiana, ya que estabas con…

- Floyd, soy bisexual… todo el mundo lo sabe. – Dijo la pelirroja mientras se pasaba una toallita por la cara. Por el rabillo del ojo, vi como Sam se quedaba mirándola detenidamente, haciendo que Kelly se pusiera colorada. – Bueno, al menos todo el mundo que me haya preguntado. – Kate le giñó un ojo a Sam, que rápidamente apartó la mirada. Entonces, sentí como Floyd me rodeaba los hombros con sus brazos.

- Bueno Liz, creo que nos hemos quedado solos con esta panda de artistas libertinos ¿eh?

- Yo em… - De repente me sentí muy mal. Nunca me habían preguntado tan directamente. Sabía que Floyd no tenía mala intención pero podía notar la mirada reprobatoria de Josh y el fuerte suspiro de Kate, antes de volver a beber. Vamos Liz… ¿Qué tienes que perder? – Lo cierto… – Empecé a decir, deslizando los brazos de Floyd fuera de mis hombros y sintiendo los ojos de todos sobre mí. – es que nunca he dicho que fuera heterosexual. – La fuerte tos de Kate me hizo olvidarme de la fuerte risa de todos los demás. Sam se acercó a Kate y le dio fuerte golpes en la espalda.

- ¿Qué ocurre Kate? ¿Ha entrado por donde no debía? – Le preguntó Sam, enfatizando cada palabra con un golpe seco en la espalda.

- Joder con la animadora. – Dijo Kelly, tapándose la boca con la mano.

- Muy bien, Liz. – Me susurró Josh al oído. – Vamos Floyd, me temo que tú y yo tenemos las mismas posibilidades de ligar aquí que una marmota. – El pobre Floyd, se dejó llevar por Josh fuera de la sala, completamente cabizbajo.

- ¿Por qué siempre me tengo que fijar en chicas imposibles? – Escuché que decía Floyd, antes de que se cerrara la puerta.

- En fin, yo me voy yendo ya. – Dijo Sam, recogiendo su bolsa del suelo y colocándosela en el hombro. – Nos veremos esta noche. – Rápidamente, Kelly recogió todas sus cosas y siguió a Sam fuera de la sala. Cuando la puerta se cerró, tuve la impresión de que lo hizo con un portazo, ya que Kate y yo nos habíamos quedado solas y hasta el sonido de nuestras respiraciones sonaba atronador.

Discretamente, fui recogiendo mis cosas, sintiendo como Kate hacía lo mismo al otro lado de la sala. ¿Por qué demonios es tan incómodo? Oh, ya lo sé… porque al contrario que ella yo tengo “escusa” para no haberme interesado en ella, pero ella nunca ha mostrado ningún interés en mí, a pesar de ser abiertamente lesbiana… ¿La habré cagado soltándolo así de repente?

- Entonces… - Escuché como Kate decía, con la voz algo ronca. Carraspeó y continuó hablando. – Tú… eres… ¿Cómo Kelly? – Finalmente preguntó, mirando nerviosamente a todas partes. ¿Está nerviosa? ¿Katherine Blake está nerviosa?

- No. – Respondí simplemente, viendo como ella asentía una sola vez, con una expresión que podría ser… ¿decepción?

- Entiendo… - Suspiró Kate.

- ¿Qué entiendes? – Pregunté entre divertida y nerviosa… Liz, este juego es muy peligroso… Kate se puso muy incómoda de repente.

- Pues lo que has dicho… quiero decir… entiendo que Floyd no sea de tu agrado, aunque lo veo bastante mono para ser un tío… yo simplemente, entiendo porque has dicho… lo que has dicho… joder, ya no sé lo que digo, olvídalo ¿Vale? – Kate comenzó a dirigirse hacia la puerta, pero antes de que pudiera salir, la detuve.

- Kate, espera. – Kate se giró pero no dejó de mirar el suelo. Cielo santo… ¿Desde cuando eres tan tímida? – Creo que no lo has entendido…

- Claro que sí Liz, no tienes por qué…

- ¡Kate! – Dije más alto de lo debido. Kate levantó la cabeza como un soldado regañado.

- ¡Sí señora! – No pude evitar reírme ante la respuesta mecánica de Kate. – Lo siento… has sonado igual que mi madre cuando se enfada… ¿Estás enfadada?

- Sí, porque no me escuchas… te estoy diciendo que no lo has entendido y no pareces creerme cuando te lo digo.

- Lo siento. – La talentosa y excéntrica Katherine Blake se había convertido en una niña de seis años regañada por su madre… Mierda, es muchísimo más atractiva así, toda colorada y tímida… bien Liz, céntrate, no la cagues ahora…

- Lo que he dicho, Kate, es verdad… Soy gay. – Dije enfatizando la última palabra.

- Gay… - Repitió Kate.

- Sí… Gay…  como Ellen, Jodie Foster, Rosie O’Donnell… Gay, con letras mayúsculas.

- Gay… pero tú eres tan… tan… Joder, ¡Es increíble! – Dijo Kate sonriendo y agachándose hasta el suelo, quedándose completamente en cuclillas. – Increíble…

- Kate, ¿te encuentras bien? – Pregunté preocupada. De repente, Kate se levantó de un salto con una expresión de felicidad absoluta en el rostro.

- Ahora sí. – Dijo mirándome con intensidad. – Sal conmigo. – Soltó sin más, dejándome completamente anonadada.

- ¿Sa-salir… contigo? – Tartamudeé. – En plan… ¿Cita? – Oh señor, podía escuchar mi corazón intentando salir de mi pecho… no podía ser tan fácil… ¿verdad?

- Sí… una cita… perdona por ser tan precipitada, pero… No he podido controlarme… - Podía ver como las manos de Kate temblaban y tragaba una y otra vez nerviosamente, o por Dios, parece que le vaya a dar un ataque…

- Pero tú nunca… nunca has… ¡En el instituto ni siquiera me mirabas! – Dije casi chillando. Quería gritar de euforia y terror, pero no podía, no quería espantarla…

- Joder Liz, creía que eras hetero… si llego a saber esto hace años yo…

- Sí. – Solté sin más.

- ¿Sí? ¿Sí? ¿En serio? – Preguntó una y otra vez Kate. Yo sencillamente volví a asentir con el corazón desbocado. - ¡Genial! ¡Oh señor! Tengo que hablar con Loren… o con Sam… yo… ¿Qué te parece esta noche? ¿O es muy precipitado?

- Esta noche me parece genial. – Tenía la extraña sensación de que Kate y yo nos estábamos mirando con una sonrisa de bobas del tamaño de Texas, pero no podía evitarlo… ¡Tenemos una cita!

- Bien, bien… oye, puede que te parezca raro, pero necesito respirar un poco… voy a ir a dar una vuelta…para… terminar de creérmelo, yo que sé. – Decía Kate rápidamente. – ¿Qué te parece si nos encontramos en el apartamento sobre las ocho? ¿Es muy tarde?

- A las ocho está bien. – Respondía automáticamente, mientras la veía retroceder, sin apartar la mirada de mí.

- A las ocho… las ocho… ¿Esto está pasando de verdad? – Preguntó de nuevo, haciendo que suspirara complacida.

- Está pasando de verdad… - Casi ronroneé.

- Creo que me he muerto… pero por mí perfecto. – Dijo con una sonrisa. – Hasta la noche.

- Hasta la noche… - Kate salió corriendo de la sala… como temiendo que cambiara de idea. Una vez sola en la sala, me dejé caer en el suelo de parqué y extendí los brazos y las piernas, sintiendo dolor en las mejillas de tanto sonreír. Sin poder controlarme más, grité a la sala vacía, temiendo y deseando que fueran las ocho…

Nota de la Autora: ¡Mañana habrá otro capítulo extra!