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jueves, 20 de agosto de 2015

El Ritmo Del Deseo Capítulo 27

CAPÍTULO 28



(SAM)

- Muy bien… ahora intenta vamos a ver los pasos básicos. – Le dije a Kelly, en otra de nuestras sesiones de baile. Hoy era la mañana de acción de gracias, y habíamos quedado en su casa antes de ir al piso de Kate y las demás para cenar todos juntos… Se me hacía raro no ir a ver a mi abuela a Vermont, pero lo cierto es que tampoco podía tirar el dinero y menos tan cerca del final de mi graduación en el bachelor. – Yo haré de hombre, y tú de mujer. Empieza andando hacia atrás con la pierna derecha, dos pasos, así. – Agarré a Kelly por la cintura y avancé un par de pasos hacia delante. – Eso es, lento, y ahora, un paso rápido a tu derecha, así. – Ambas nos movimos juntas, en un movimiento más rápido. – Y ahora, otros dos pasos lentos hacia atrás, ¿Ves? Es fácil. – Kelly me miró con un mohín lastimero.


- No veo el punto de aprender a bailar el foxtrot. – Dijo secándose la frente, a pesar de estar seca.

- Quién sabe, puede que alguna vez te ofrezcan un papel en una película de época… quedarías muy bien en cualquier baile de sociedad si bailas de verdad y no sólo das vueltas… además, la mayor parte de las canciones del foxtrot llaman al amor… - Solté sin darme cuenta, captando su atención. – Quiero decir, en los años veinte se lo consideraba el baile de los amantes… ya sabes… - Me callé antes de meter aún más la pata. Kelly y yo llevábamos casi un mes practicando todas las tardes en su casa, sin embargo, tampoco se podría decir que hubiéramos forjado algún tipo de amistad. Yo era incapaz de relajarme a su lado si no estábamos bailando. A veces veía como ella intentaba conocerme mejor, o incluso comportarse de forma más natural a mi alrededor para que yo me relajara, pero me era imposible… después de nuestras prácticas llegaba a casa sintiendo mis manos arder al recordar de nuevo que habían pasado más de dos horas sobre ella… y además todas las mañanas en la Academia, Kate nos tenía a todos exhaustos con la representación, por no decir que la mía en solitario también estaba cerca… No se lo había comentado a nadie, a excepción de Josh, dado que él también tenía la suya propia.

Era una representación privada, para evaluar al alumno en todos los ámbitos. Estaba verdaderamente nerviosa con ella ya que me arriesgué muchísimo eligiendo una música muchísimo más tranquila de lo que suelo bailar, pero definitivamente mostraría mi evolución como bailarina, que era lo que querían ver los profesores.

- Bueno, terminemos con los pasos básicos y démonos prisa. Sí llegamos tarde Kate puede arrancarnos la cabeza. – La suave risa de Kelly me relajó un poco y continuamos practicando.

***

Dos horas más tarde llegamos al bloque de pisos donde vivía, hablando de temas banales para evitar la incomodidad del silencioso ascensor. Al llegar a mi piso y bajarnos del ascensor, lo primero que vimos fue a Loren y a Susan enfrascadas en una pelea fuera de su apartamento.

- ¿Qué ocurre? – Pregunté al llegar a su altura.

- ESO OCURRE. – Gritó Susan señalando a la puerta de su apartamento.

- ¿Os habéis quedado fuera o algo? Puedo ir a avisar al casero sí… - Comencé a decir, pero Loren me cortó.

- No es eso Sam, el problema no es la puerta, es que ni siquiera nos apetece cruzarla.

- ¿Por qué? – Preguntó Kelly extrañada.

- Comprobarlo por vosotras mismas… total, ni siquiera se dan cuenta de nada. – Miré a Kelly antes de girar el pomo de la puerta y entrar, sin embargo, nada más posar mis ojos en el apartamento, empujé a Kelly hacia atrás y me llevé las manos a los ojos avergonzada, cerrando la puerta rápidamente. - ¿Veis?

- Oh, señor… - Jadeé, aun con las manos en mis ojos, intentando quitarme la imagen de Kate y Liz desnudas encima de la mesa del comedor.

- ¿Qué ocurre? ¿Qué había ahí dentro, Samantha? – Preguntó Kelly agarrando mi brazo y arrancando me débil gemido involuntario, antes de alejarme de ella.

- Pues… yo… eh… no hay… - Comencé a decir, sintiendo mi cara ardiendo.

- Lo que hay ahí dentro es el colmo de la desvergüenza. – Dijo Susan, gritando la última palabra a la puerta. – Así es imposible… - Le susurró a Loren, que a pesar de no mostrarse tan enfadada se notaba bastante molesta.

- Verás… - Comencé a decir. – Kate y Liz… digamos que están ocupadas… con poca… - Intenté hacer un gesto torcido con la mano, viendo como la expresión de Kelly pasaba de incomprensión a vergüenza.

- ¿Es en serio? – Preguntó incrédula.

- Por supuesto que es en serio. – Respondió Susan, alterada. – Puede que en vuestro colegio para artistas se controlen un poco, ¡pero en el piso es insoportable! No se quitan nunca las manos de encima y por si fuera poco les importa un rábano si están solas o no para pasar a juegos mayores… me he hartado de encontrármelas semidesnudas por toda la casa. – Loren asintió estando de acuerdo.

- Pero vosotras también sois pareja. – Dije algo extrañada. – Y sois sus mejores amigas… sé que no es lo convencional, pero cada una puede hacer lo que quiera con su novia en su habitación… ¿no?

- ¡Ese es el problema! – Gritó Susan a la puerta. – ¡Que no se quedan en su maldita habitación! ¿Cómo demonios voy a perder mi virginidad mientras escucho los gemidos de otras personas? ¡Es absurdo! – Loren se puso como un tomate.

- ¡Cariño! – Susurró Loren fuertemente.

- Oh, mierda. – Dijo Susan tapándose la boca, también colorada. – Es que me saca de quicio… ¿Cómo se supone que vamos a celebrar acción de gracias ahora?

- Podemos hacerlo en mi piso… no es tan grande, pero entre las sillas y los sofás habrá sitio suficiente… así podremos al menos comenzar a hacer el pavo. – Dije con un sonrisa, pensando en que ya nunca más comería nada en la mesa de su apartamento sin que mi libido se calentara.

- Sí, creo que será buena idea. – Dijo Loren, con un suspiro. – Dadme un minuto, voy a intentar sacar toda la comida que pueda sin traumarme demasiado. – Cogiendo aire y mirando en dirección contraria a la mesa del comedor, Loren entró en su apartamento cerrando la puerta.

- Bueno, será lo mejor que la esperemos en tu…  El grito ahogado de Liz nos hizo saltar a todas. – Vaya, parece que por fin se han dado cuenta de que había alguien más en la casa. – Dijo Susan, sonriendo.

(KELLY)

Estaba que no cabía en mis pantalones después de comer más de lo que debería. El ambiente se había relajado bastante después de que Loren les lanzara a Katherine y a Elizabeth un barreño lleno de agua mientras lo estaban haciendo.

Miré al otro lado del sofá y empecé a sentirme mal. Elizabeth estaba sentada en el regazo de Katherine, jugando con su pelo y mirándola con pasional adoración. La pareja exudaba sexo por todas partes… pero no había lujuria en sus movimientos… las caricias que se prodigaban mutuamente eran dulces y cariñosas, y sus miradas parecían no querer despegarse la una de la otra.

En la cocina, sin embargo, había otra clase de amor profundo, más contenido tal vez, pero igual de grande. Loren estaba ayudando a Susan a limpiar las bandejas de comida, acariciándose ligeramente cada vez que se pasaban un plato o un cubierto lleno de espuma. Era obvio que ambas necesitaban estar solas en más de un sentido. No entendía la espera, por mucho que Katherine y Elizabeth estuvieran en su luna de miel no quería decir que ellas tuvieran que aplazar la suya… veía el miedo en los ojos de Loren y la inseguridad en los de Susan. El primer amor… que dulce…

Y completamente diferente a todo lo demás, están Josh y Scott, retirados en una esquina de la casa, hablando sin parar sobre temas diversos. Desde que Josh vio a Scott, no se apartó de él en toda la tarde. Se podía palpar la emoción del rubio por el apuesto moreno. Esperaba de todo corazón que saliera bien… no conocía demasiado a Josh, pero Samantha le tenía mucho cariño y no me gustaría verla triste…

Miré a la ventana del apartamento, donde Samantha estaba apoyada mirando el cielo encapotado de finales de noviembre, rasgando el cristal de manera ausente, pero no había ni una sola expresión de tristeza en su rostro… solo calma.


Aun después de verla cada día del último mes, la bailarina aún me parecía un misterio entrañable. No actuaba acorde a su despampanante físico, y sus muestras continuas de amabilidad me pillaban con la guardia baja. Sentía la necesidad de saber que había detrás de esa mirada tan clara y verde…

Algunas veces, tuve la sensación de que a Samantha yo le disgustaba de alguna manera. Aun recordaba como hace apenas unas horas se había apartado de mi tacto como si la estuviera pinchando. Había pasado otras veces… nunca cuando estábamos practicando, pero sí cuando estábamos en la Academia, o a solas… cuando ocurría sentía un dolor molesto en el pecho… quería que la bailarina fuera mi amiga, quería que me dejara acercarme un poco a ella… por una vez en mi vida, deseaba tener a alguien honesto y leal en el que poder confiar… y algo me decía que Samantha era esa persona.

3 comentarios:

  1. Mucho mas corto de lo que nos haz acostumbrado pero al igual que los demas me ha encantado :)

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  2. Gracias por seguIr escribiendo.
    Saludos

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  3. jajajaja me he reído de lo lindo imaginando la escenita de Kate y Liz :P qué pillinas

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