(SAM)
Nada más salir del aula, sonreí. Felicidades Kate, si eres lo suficientemente valiente, ya tienes el camino hecho… bajé rápidamente las escaleras laterales de la Academia y tras un par de pasos más estaba en la secretaria. Me despedí de Rita, la secretaria, y mientras salía al exterior saqué mis auriculares deportivos… hoy me apetecía ir corriendo.
Até mi macuto a mi espalda cruzandomelo por los brazos y di un par de saltos antes de salir corriendo hacia Central Park y darle al Play.
(KELLY)
Aún
impresionada y algo triste por la soltura de la rubia, salí al pasillo mirando
de un lado a otro… No había ni rastro de Samantha… Vale, desde aquí el camino más rápido para llegar a la calle es por las
escaleras laterales… giré a la izquierda y nada más llegar a las escaleras
pude ver de refilón el corto cabello negro de Samantha al final de las
escaleras. Bajé tan rápido que casi me como el mostrador de recepción de la
secretaría.
- Oh, cielo, ¿Estás bien Chiquita? – Preguntó Rita, la
secretaria, preocupada.
-
Sí, sí, estoy bien… - Desde donde me encontraba, pude ver a Samantha colocarse
los cascos y dar un par de saltos… ¿Para
qué estará…? – Mierda. – Solté sin querer, cuando vi a Samantha comenzar a
correr hacia la izquierda. Salí a la calle rápidamente y di las gracias a los
cielos por haberme traído ese día la bici. Lo menos torpemente que pude, abrí
el candado de la bici y lo tiré a la cesta delantera, junto con mi mochila.
Al
comenzar a pedalear quería morirme. Ya tenía muchísimas agujetas de los ensayos
de baile… no estaba acostumbrada a mover tanto las piernas y ahora lo estaba
pagando. Después de más de un minuto pedaleando con fuerza, pude relajarme un poco,
aunque no demasiado…Demonios, cómo corre
la maldita… Yo estaba jadeando siguiendo a Samantha atravesando momentáneamente
Broadway por la calle 65 oeste, cerca del Lincoln Center, y casi me da un
ataque al corazón cuando Samantha casi era atropellada por un coche saliendo a
Central Park Oeste, pero ella sencillamente salto el capó evitando el golpe… ¡Está como una puta olla! Con cuidado de
que no me atropellaran a mí, crucé la calle aun montada en la bici y entré en
Central Park siguiendo a Samantha, por el camino que llevaba al Carrusel cerca
de la calle traversal. Una vez dentro del parque, Samantha me sorprendió yendo
aún más rápido y la maldije y la alabé con cada muestra temeraria de agilidad y
rapidez. Si fueron sólo cinco las veces que estuvo a punto de tener un grave
accidente tuvo suerte… y lo peor de todo es que la gente la vitoreaba y ella ni
caso. Ahí estaba, una corredora preciosa de más de metro ochenta moviéndose como
un loco apasionado del Parkour sin apenas disfrutar de los halagos de los
espectadores…Samantha, eres preciosamente
extraña…
Mis
piernas dieron gracias cuando al fin vi salir a Samantha por la salida más
cercana al Zoo y recé a todos mis antepasados para que llegáramos pronto al
dichoso gimnasio. Por suerte, Samantha entró directamente a un bajo edificio en
la 66 Este con varios carteles relacionados con el Fitness y clases de baile. Al
bajar de la bici, mis piernas temblaron y estuve a punto de caerme.
Cielo santo Kelly, ¿Por qué demonios has
venido hasta aquí? ¡Qué más da! Lo único importante es que tengo que
disculparme con Samantha por haberla evitado tan descaradamente…
Entré
en el gimnasio y rápidamente me di cuenta de que no se trataba de un gimnasio
de barrio. La desagradable mirada del recepcionista me dio a entender que mis
pintas de pordiosera sudada no entraban dentro de la exclusividad del gimnasio.
-
¿Puedo ayudarla en algo? – Preguntó el joven con retintín. Después de un par de
respiraciones más, respondí.
-
Estoy buscando a Samantha Campbell, trabaja aquí de…
-
Lo siento, pero la señorita Campbell está ahora en una sesión privada y sólo
los clientes y monitores pueden pasar de la zona de recepción. – Este tío me
estaba cayendo fatal, así que sencillamente saqué mi cartera y le tendí mi
American Express Platinum.
-
Entonces tendré que hacerme cliente. – La expresión del joven cambió de la repulsión
a la vergüenza rápidamente, para empezar de la nada a ser asquerosamente
servicial.
-
¿Qué programa le vendría bien a la señorita? Tenemos una oferta para los nuevos
miembros que consiste en una entrada completa a todas las instalaciones,
incluida la piscina y la sala de Spa…
-
Quiero clases privadas con la señorita Campbell, si es tan amable. – Respondí simplemente.
-
Bien… la señorita Campbell da clases privadas solamente los viernes por la
tarde, así que tendrían que ser a las siete y media…
-
A las siete y media los viernes está bien… y ya que está, quiero el pase a la
piscina y el Spa, para mí y para ella… no me hace falta entrar a la zona de
máquinas, tengo las propias en casa…
-
Entonces sería una clase de hora y media los viernes a las siete y media, y dos
pases completos para la zona de relajación, ¿Es correcto?
-
Correcto.
-
Bien, en total serían 750 dólares al mes. – Asentí, sabiendo que esperaba que
me negara… para una escocesa como yo 750 dólares al mes no era nada comparado
con lo que gastaba mensualmente en mi apartamento del Soho. En unos cinco
minutos me dio un par de pulseras para la zona de relajación. – Sólo tendrá que
pasar las pulseras por las puertas automáticas y tendrán acceso a toda la zona
de la piscina y el Spa… recuerden que tienen una consumición gratuita en el bar
cada día, siempre sin alcohol, y si lo desea hay duchas privadas en la segunda
puerta a la derecha desde aquí, donde encontrará toallas en la entrada y la
chica allí apostada le dará todo lo que necesite para su aseo, sin coste
adicional, exceptuando los trajes de baño, la ropa deportiva y otros accesorios.
-
Muy bien, muchas gracias. – En otras
palabras, apestas Kelly, así que mejor ve a darte una ducha antes de encontrarte
a Samantha y decirle… ¿Qué? ¿Qué le he regalado de la nada un pase para un Spa?
Pero no porque me sienta culpable… no, es porque soy una buena amiga… eso,
mejor…
De
camino a las duchas escuché la música salir de varias salas abiertas. En cada
una, había un letrero… Duchas, Baños, sala de musculación, piscina… y
finalmente salas de baile. Esa puerta estaba cerrada y apenas dejaba pasar el
sonido de la música, así que supuse que estaba insonorizada. No, Kelly, primero ve a darte una ducha, que
hueles a tigre, y luego podrás curiosear lo que quieras… total… acabas de pagar
la entrada completa…
Nota de la Autora: Se que este capítulo es pequeño, pero así mañana y el sábado podremos ver tanto la cita como la clase privada de Sam y Kelly... ¿Qué os parece? Como siempre, ¡disfrutad de la lectura!
Esto solo es antesala para el capitulo siguiente, en verdad me muero por saber que pasara, estas horas serán interminables ya quiero que sea mañanaaaaa.
ResponderEliminarGracias Bella por este capitulo
Besos y abrazos
Maria Rene
No se si podre aguantar, pero seguro q valdrá la pena esperar ;-)
ResponderEliminarGenial el capitulo
Besos
M.S(galicia)
Y yo ilusa de mi que creía que lo escribías para no dejarnos con intriga y nos dejas peor :'( se aguantara hasta el próximo.
ResponderEliminarPd: Gracias por seguir escribiendo.
Saludos desde Sevilla.
qué malvadaaa!!!!! :D
ResponderEliminarpero amé el capítulo, tú si sabes cómo mantener el suspenso
mil gracias Bella
Ahora y sólo para quedar claros, cuando hablas de agujetas es dolor muscular???
ResponderEliminarLo siento es que para mi agujetas son los cordones de los zapatos :(
Habiendo dejado mi inquietud, por Dios tu si que sabes ponernos a sufrir, ya aparte de esperar la tan anhelada cita de Liz y Kate, también muero por la clase privada de estas dos... Sólo se que esta espera traerá cosas muyyyy interesantes... Jajajajaja
Bella gracias y saludos ;)
Luisa V.
Si, lo siento. No caí que a lo mejor tenía algún otro significado. Y siento y no siento haceros sufrir con la espera :D merecerá la pena ^^
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