BELLA'S

¡NO OLVIDÉIS SEGUIR LA PÁGINA EN FACEBOOK!
¡CUANTOS MÁS SEGUIDORES HAYA EN EL BLOG Y EN FACEBOOK, MÁS FACILIDAD TENDRÉ PARA ESCRIBIR A DIARIO!

Para poneros en contacto conmigo, no dudéis en escribirme al correo: belladonnaliteraria@gmail.com


HISTORIA MÁS POPULAR

sábado, 26 de septiembre de 2015

STIGMA - Capítulo 3

Capítulo 3



Vuelta al presente
Año 215 d. S.

Lo vi venir…

Lo sentí… Pero no me dolió…


Es más, el sonido grave y hueco del impacto me pareció gracioso. Pero intenté no reírme… eso la habría enfurecido más.

Porque sí… Cassandra Scott acababa de pegarme un guantazo en toda regla… Y bien merecido.

La sala se quedó en silencio absoluto. La única que no parecía asombrada por la aireada y firme mano de la aparentemente dura, altiva y seria señorita Scott era yo. La víctima de su enfado.

Cassandra se levantó alzando la barbilla. Dio un par de pasos y se situó delante de Isabel, cuya única expresión que demostraba lo que acababa de ocurrir era una ligerísima inclinación de la ceja derecha. Sí… Isa también parece divertida.

- Lamento el penoso comportamiento que acaba de presenciar. Entenderé que quiera imponerme una medida disciplinaria por el mismo. – Ahora que Cassandra estaba de espaldas a mí, no pude contener una enorme sonrisa. Que captó momentáneamente la atención de Isabel.

- No se preocupe, señorita Scott. Entiendo que su… - Isabel me señaló. – opinión sobre la señorita Argent no sea optima debido a su reputación. Sólo espero que no vuelva a suceder. ¿Entendido?

- Entendido. – Respondió Cassandra escuetamente.

- Perfecto. Ahora por favor, salgan por esa puerta. Vuestro entrenador y guía, Marcus Evans os dará las indicaciones a partir de aquí. Nos veremos mañana a las nueve horas en las pruebas de inicio. – Cassandra fue la primera en dirigirse hacia la puerta, sin dignarse a mirarme de nuevo… Bueno… Creo que me va a llevar más tiempo del que esperaba… Aunque hubiera sido magnifico un beso de bienvenida… En fin… Los demás la siguieron, mirándome de vez en cuando, exceptuando a la pequeña Dorothy, que ya estaba enfrascada en su propia cabeza.

Me levanté yo también, sin embargo no me dirigí hacia la puerta. Ya que podía sentir las preguntas pulular por la cabeza de Isabel.

- Isa… No te ralles tanto. Sólo somos viejas amigas. – Le respondí, a la pregunta no formulada.

- Ya… amigas. Eso se ha notado. – No pude evitar reírme. – ¿Hace 7 u 8 años quizá?

- ¿Tú deberías saberlo no? Vosotros os encargasteis de que pensara que era un fantasma. – Dije con cierta amargura.

- Era lo mejor. Yo no estuve allí, pero me enviaron para ver a la señorita Scott poco después de eso. – Isabel se acercó un poco más a mí, mirándome directamente a los ojos. “Ella cambio… No sé qué le hiciste entonces, pero ten cuidado. Sí alguien lo descubre no podré cubrirte” pensó, sin mover los labios. “Lo sé. Pero es algo que va a ocurrir de todas formas… Tú mejor que nadie debería saberlo” Le respondí. Isabel suspiró pesadamente. “No me lo recuerdes, niña…” hice una mueca ante su expresión de preocupación. “Vamos Isa… Ahora está justo en esa edad… Es normal que sólo piense en esas cosas… y bueno, está bastante claro que ha sacado su curiosidad de Claire” Me reí, al ver una cabeza de pelo negro observar desde la puerta. – Sophie… - Gruñó Isabel, haciendo que la chica se escondiera de nuevo detrás de la puerta. – Ahora no te escondas, ya te he visto. Al menos sé valiente y da la cara. – De nuevo, la puerta se abrió, dando paso a toda una adolescente en edad de ebullición. “¿Cuántos tiene ya? ¿13?” le pregunté a Isabel. “14… aunque le quedan solo un par de meses para los 15… Ni tú eras tan entrometida a tu edad” Me aparté de Isabel y caminé hacia la chica. “No. Pero la sangre de Claire no corría por mis venas… me asombra que haya podido contenerse para no venir ella también” Pude sentir la vibración de la mente de Isabel, divertida. “No lo pienses demasiado fuerte, que te oirá” Me paré delante de la adolescente de ojos azules, a la que no veía desde que era un infante.

- Vaya Sophie. Has pegado un buen estirón… Por no decir de que estás guapísima. – Le sonreí. Sophie suspiró y me sonrió con timidez. - ¿Me recuerdas?

- Por supuesto, Natalie… como no iba a acordarme de mi futura esposa. – Escuché a Isabel reírse detrás de nosotros, consiguiendo que su hija frunciera el ceño. – No hagas caso a mi madre… aun no puede asimilar que ya soy toda una mujer… - Sophie pestañeó un par de veces más de la cuenta, intentando ser coqueta… Ah… la adolescencia…

- Y dime, Sophie… ¿En cuantos de tus futuros tú y yo acabamos casadas? – Sophie elevó un poco el pecho y dijo contenta.

- En cinco… y en dos más estamos juntas sin casarnos. – Asentí complacida por la respuesta.

- Y dime Sophie, ¿Hay algún otro futuro cuya pareja se repita aún más? – Sophie desvió la mirada.

- Sí… pero yo no los quiero. – Respondió escuetamente.

- ¿Por qué no? Seguro que son más de cinco veces… puedo verlo… - Sophie se sonrojó.

- Son… infinitas… siempre cambian… pero yo no las quiero. Me gustan mis futuros contigo. – Dijo, esta vez mirándome directamente. Mi dulce niña…

- Sophie… sé que puedes ver las variantes de tu futuro… pero no puedes sentir las emociones… ¿Qué te hace pensar que los futuros con esa persona no serán más felices que los pocos que pasaras conmigo? – Le pregunté, consiguiendo una sonrisa satisfecha de Isabel, cuando su hija se quedó pensativa.

- Yo haré que sean felices… yo haré que seas feliz.  – Dijo muy segura de sí misma. Yo la agarré del hombro y lo apreté con suavidad, trasmitiéndole mejor mi mensaje.

- Sé que lo harás, Sophie… Sé que ahora, ese es tu cometido, pero un día, no demasiado lejano, cambiaras de opinión… y todos esos futuros sólo te llevaran por un solo camino. El correcto. – Sophie suspiró molesta.

- Yo te quiero, Natalie. Y lucharé por lo que siento por ti. Nada me hará cambiar de opinión. – “Esto me pasa por dejarla tanto tiempo con su madre” Oí que pensó Isabel de forma cansina.

- Hoy tal vez no. Ni mañana. Pero algún día lo hará. – Le aseguré, rodeándola y abriendo la puerta que daba a un gran corredor.

- ¿Cuando? – Preguntó Sophie, impaciente. - ¿Cuándo pasará? – Yo le sonreí con dulzura.

- Cuando la conozcas a ella. – Respondí, siguiendo mi camino y dejando a madre e hija solas con sus pensamientos.

***

Yo era la primera en seguir al alto y moreno entrenador americano por los pasillos de COMMIT. Si no hubiera estado tan alterada por la presencia de… ella… Me habría indignado por la elección de entrenador. Odio a los americanos… Arrogantes y fanfarrones que ni siquiera admiten sus errores…

Al llegar a un nuevo ascensor el entrenador Evans se detuvo y nos encaró a todos.

- Bien, antes de nada, quiero que os pongáis esto. – Evans nos entregó a cada uno una fina pulsera de aluminio con un chip de identificación. Eso me hizo girarme y darme cuenta de que ella ya no estaba.

- ¿Dónde demonios se ha metido ahora? – Murmuré. Molesta.

- Oh. Sí se refiera a la señorita Argent, ha permanecido en la sala de conferencias con la Directora Guerrero para una reunión privada. – Respondió Evans, con su fuerte acento nasal. – Ya me avisaron que su presencia variaría bastante a la de un cadete normal.

- ¡Pues no debería ser así! – Dije enfadada, terminando de colocarme la pulsera, que se adaptó fácilmente a la anchura de mi muñeca.

- Claro que sí. Hay una razón por la que sólo ustedes han visto a la señorita Argent hoy. Su presencia debe ser lo más discreta posible… Al menos los primeros meses… Tengo bastante claro que una vez que comienzo vuestras asignaciones todos pondrán los ojos sobre ella. – Dijo Evans, con una irritante sonrisa.

- De eso no me cabe ninguna duda… -  Oí como murmuraba Brigitte a mi espalda.

- Esperamos que como compañeros de equipo, hagáis que su estancia aquí permanezca en secreto por ahora… Sí no es así, estas pulseras que acabo de daros no sólo sirven para pagar a crédito dentro del complejo o acceder a las instalaciones, también nos comunicaran algo que salga de lo normal… en este caso, el traspaso de información de un cadete a otro.

- Espere, ¿Nos vigilan? – Preguntó Jean-Jaques irritado. – ¡No tienen derecho a hacer eso!

- Claro que sí, amigo… recordad que los próximos 5 años no son vuestros, son de COMMIT. La identidad de la señorita Argent es un secreto de COMMIT y su… difamación… - Dijo mirando a J.J. – Está penada con la expulsión de la Organización. Y ya sabéis lo que ello conlleva.

- No se preocupe. – Dijo Brigitte. – Por ese bombón, soy una tumba. – Terminó con una risita. Esta estúpida me está poniendo de los nervios…

- Perfecto. Ahora, para pasar por este ascensor, debéis pasar vuestras pulseras por el escáner. – Todos lo hicimos, ya que era algo normal en las grandes instalaciones del gobierno. – En los niveles inferiores están los espacios de ocio y los barracones. De los pisos en subsuelo del 30 al 26. Del 25 al 18 son las salas de entrenamiento físico natural y del 17 al 12 alternativa. Los pisos 11 y 10 tienen salas de pensamiento donde se realizaran las pruebas mentales. El piso médico está en el 9, aunque también disponéis de una pequeña enfermería en el piso 29, para emergencias. Los laboratorios y las oficinas están repartidas por el resto del edificio. Fuera disponemos también de campos de entrenamiento para vehículos y armamento pesado. El comedor principal está en el piso 26 aunque disponéis de una pequeña cocina en el barracón. Baños privamos en cada habitación. Un lujo, ya que en mi época eran comunes. Aun así, también hay un balneario de relajación en la 30. Os lo recomiendo después de algunas sesiones intensivas, es milagroso lo que el contraste de temperaturas le hace al cuerpo. – Llegamos al piso 28 y avanzamos por una gran sala llena de jóvenes reclutas hablando entre sí. – Como podéis observar, dentro de las instalaciones es obligatorio llevar indumentaria de COMMIT, que facilite vuestra identificación a los agentes Betas o a otros de vuestros compañeros. En vuestros dormitorios, ya tenéis disponibles todos los tipos de uniforme, con vuestro rango e identificación. Los tres primeros meses vuestra ropa será gris con franjas azules en las hombreras y en los laterales de los pantalones, ya que aún estaréis en fase de pruebas. Cuando acabéis los entrenamientos básicos, recibiréis vuestros uniformes negros de cadete. Vuestras franjas, al ser el grupo de élite, serán de color plateado, mientras que las de los demás cadetes serán rojas. Si os encontráis un uniforme de franjas doradas, significa que estaréis hablando con un Agente Avanzado de alguno de los primeros grupos. Debéis tratarlos como a un superior. – Mientras hablaba, nos adentramos en unos pasillos de paredes negras. Al llegar al último pasillo, Evans se detuvo. – En las puertas de los barracones, encontraréis vuestro nombre. Habéis sido emparejados en función de vuestras necesidades. Se pretende así que los cadetes aprendan a lidiar con el miembro de su equipo con el que menos características en común tengan, para evitar así futuros enfrentamientos en las misiones y además, aprendan aptitudes el uno del otro. – Evans avanzó hasta una de las puertas y la descodificó. En pocos segundos aparecieron dos placas en la puerta Ambos chicos se miraron. El grandullón con miedo y el descarado con asco. Ambos avanzaron hacia la puerta en silencio. – Encontraréis los horarios en vuestros dormitorios. Descansad. Mañana comenzará el entrenamiento con las pruebas de iniciación. – La puerta se cerró en silencio tras ellos, dejándonos a las demás solas con Evans, el cual continuó por el pasillo hasta llegar a otra puerta. Siguiendo el mismo proceso anterior, volvieron a aparecer dos placas .

- ¡No es posible! – Casi gritó Brigitte. – ¡Yo no puedo pasarme 5 años de mi vida con una muda! – Gimió frustrada.

- Lo lamento, pero la pareja es inamovible. – Respondió Evans, viendo como Valentina entraba en la habitación sin más. Brigitta, enfadada, la siguió. No había que ser un genio para saber con quién dormiría yo. Siguiendo a Evans hasta mi puerta, un millar de emociones diferentes me inundó. Mis ojos procesaron la placa pero lo cierto es que ese nombre aún me resultaba irreal… Entre en mi habitación sin más, después de una escueta despedida… Para mí ella nunca tendrá nombre… ¡Qué estupidez!

- No es ninguna estupidez… - Escuché su voz, cuando la puerta se cerró detrás de mí. Tuve que contenerme para no saltar del susto. – Vaya… siento haberte asustado.

- ¡Maldita sea! – Maldije. – ¡No entres en mi mente! – Le grité, encontrándomela tirada en un sofá negro, que había en el centro de la habitación. Ya llevaba un estrecho uniforme gris.

- No lo he hecho… básicamente me lo has gritado. – Me respondió, irguiéndose en el sofá. – Yo no haría eso sin tu permiso.

- Ni que yo te fuera a dejar… - Gruñí, dirigiéndome a una puerta a mi derecha, que también tenía mi nombre.

- Lo sé… - Escuché que me decía, mientras mi puerta se abría. – Me alegra volver a verte… - Mi cuerpo se giró rápidamente, sólo por instinto, viendo la puerta de la otra habitación cerrarse. Enfadada y con pesar, me metí en mi propia habitación, sentándome en la cama. No pude contenerme y me abracé a mí misma, intentando no llorara.

Yo también me alegro…

***

Al otro lado, una sonrisa se formó en los labios de Natalie al escuchar y sentir esa frase. Con un significado mucho más profundo del que Cassandra aún entendía.

Tener cuidado…

No sé cómo voy a hacerlo…

Pensó Natalie, viendo sus brazos en torno a sí misma en un fuerte abrazo, y sintiendo lágrimas contenidas en los ojos.


Ojalá hubiera alguien que me explicara esto…
Nota de la autora: 
Un par de datos para que sigáis mejor el hilo.
No todos los Alfas pueden leer la mente o comunicarse mediante la telepatía. Pero si uno de ellos puede, puede escuchar y mandar los mensajes de unos a otros (Lo que va muy bien en las misiones) De este grupo, sólo Natalie y Brigitte pueden hacerlo, pero a lo largo de la historia veréis conversaciones mentales entre varias personas diferentes.
Y sí, la "pequeña" Sophie ve el futuro, pero sólo ve el futuro relacionado con ella. Se podría decir que ella ve las posibilidades. Por eso está en COMMIT con sus madres. A parte de ella, no hay ningún otro menor en las instalaciones.

3 comentarios:

  1. Wow que carácter el de Cassandra, me gusta mucho esta historia y pena cada que término de leer el capítulo porque se que tengo que esperar 8 días más para el próximo :(
    Igual muy buen capítulo y vamos conociendo más las habilidades del grupo :)
    Saludos y abrazos para ti
    Luisa V.

    ResponderEliminar
  2. Solo puedo decir que siempre me encantan tus capitulos.... y esta serie se ve pa largo... y eso es un gusto y un sufrimiento a la vez con tener solo capi los sabados.... aun asi mil gracias nat por compartirnos todos estos pensamientos q tienes...
    Saludos y besos

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar

Entradas populares