Capítulo 8
Me
rodeaba una bruma cegadora. No podía ver nada. No podía sentir nada. Notaba
como mi cuerpo se movía sin poder evitarlo. Lo único que podía sentir era
angustia. Angustia por no poder salir de mi propio trance.
Reconocía
todas y cada una de las sensaciones, o la falta de ellas. Era lo mismo que
hacía con mis víctimas. Las ahogaba en la nada y les ordenaba que hicieran todo
lo que quisiera. A veces sencillamente era un permiso. Otras era un dolor
torturador… Y muchísimas otras era para conseguir apaciguar mi propio placer…
Perdida
en la nada, me reconocí a mí misma que nunca hubo nadie en mi cama que realmente
quisiera estarlo… O al menos, yo era demasiado impaciente como para comprobarlo.
Puede que algunos de ellos me quisieran por mi cuerpo o mi fama… Pero ninguno
me quiso por mi personalidad, o por mi forma de ser… No creo que supieran nada
de mí que no hubieran visto en un holograma… Soy una mala pécora… Lo sé. Pero a
veces creo que si alguna de esas personas me conocieran de verdad, ninguna querría
siquiera mirarme…
Fue
entonces, cuando de improviso, sentí algo que atravesó esa bruma. Era… extraño,
pero muy agradable. No conseguí averiguar de qué se trataba… Lo único que me
importaba es que esa sensación no me abandonara. Tan turbadora…
Sin
embargo, esa sensación desapareció de golpe al sentir un dolor punzante y frío
que me recorrió por entero. El dolor fue tan intenso que la bruma se apartó por
completo, dejándome ver por primera vez desde la fiera expresión de Natalie en
la piscina. Y lo que vi me dejó helada.
-
¡Fuera! – Gritó Valentina debajo de mí. Mi cuerpo estaba paralizado no sólo por
la sorpresa, sino también por el dolor. Un dolor que seguía anclado a mi cuerpo
como un escalofrío, pero que, misteriosamente, comenzaba bajo las palmas de las
manos de Valentina, que intentaba apartarme de ella con fuerza. - ¡Vete! – Con una
fuerza increíble para una chica tan pequeña, Valentina me tiró de espaldas. En
el momento en el que sus manos dejaron de tocarme, el dolor desapareció, aunque
aún podía sentir una pequeña reminiscencia del mismo.
-
¿Cómo…? – Comencé a decir, pero lo que me rodeaba me dejó sin habla. Estaba en
una habitación como la mía, aunque ligeramente distinta. Los colores eran más
claros y en vez de ropa o complementos había herramientas y cables por todas
partes. Perfectamente ordenados por colores y funciones al parecer… Sobre una
mesa de trabajo que no había en mi habitación, había un esqueleto sintético con
varios hologramas a su alrededor. Lo último en lo que me fijé, fue el lugar de
donde fui literalmente arrancada. Valentina estaba agazapada en sí misma
mientras jadeaba… pero sus jadeos me preocuparon. Parecían dolorosos. ¿Le
habría hecho daño? - ¿Valentina…?
-
¡Márchate! – Volvió a gritarme, casi con angustia. Una de sus manos se apretaba
fuertemente contra su pecho – Por favor… vete… - Casi suplicó en un susurro. Casi
con timidez, abandoné su cuarto, que se cerró rápidamente en cuanto pisé el
salón.
Me
encontraba completamente confundida. ¿Qué había hecho? ¿Natalie me había
ordenado hacerle daño a Valentina? No lo creo posible… Ella no parece tan cruel
como para hacerle daño…Natalie es casi la única persona con la que Valentina
habla con fluidez… ¡No lo entiendo!
Caminé
hasta mi habitación y me metí en el cuarto de baño. Fue entonces cuando me vi.
Tenía el pelo mojado, al igual que mi cuerpo, que se adhería sin pudor a la
camiseta larga que me había llevado al Spa como muda. Pero nada más. No llevaba
ropa interior…
¿Me
he paseado así por todo el complejo? ¡Qué vergüenza!
Sólo
había algo raro… mis labios estaban hinchados y rojos, como si hubiera…
-
Oh, no… - Jadeé asustada, llevándome la mano a la boca y recibiendo al instante
un calambre inesperado que enrojeció aún más mis labios…
***
- Está
bien, ya hemos superados los quince mil pies. – Gritó Marcus por encima del
sonido del reactor. Los seis nos encontrábamos enfundados en los trajes especiales
para H.A.L.O*. Marcus también lo llevaba, pero antes de subir a la nave nos
avisó de que sólo sería en caso de emergencia. – Este primer salto lo haremos
en Tándem**. Los cadetes especializados en saltos especiales se colocarán
detrás de su compañero. – Continuó. Yo sólo pude cruzar los dedos y esperar que
no me tocara con ella… Pero claro, eso era mucho pedir. – Scott, Dupont y
Barone serán los guías. – Marcus avanzó hasta nosotros y nos colocó los
reactores a la espalda. Hice un par de comprobaciones en los enganches y las
conexiones de las manos antes de asentir Marcus. Todos nos pusimos los cascos
con filtro y comprobamos que la comunicación funcionaba. – Bien. Koch, con
Dupont.
-
El reactor no podrá con tanto peso. – Dijo J.J, molesto. – ¡Siempre me toca ir
con esta betê! – Escupió. A pesar del
casco, sentí el asco de Natalie hacia el suizo. Crétin…
-
Koch lleva unas botas estabilizadoras. – Explicó sin más Marcus, colocando al
silencioso Bruno enfrente de J.J. Tras un par de minutos de comprobaciones, J.J
y Bruno se colocaron frente a la escotilla. Una vez abierta, vi como Bruno era
casi empujado por J.J al vació. La escotilla volvió a cerrase. – Berg, con
Barone. - ¡Mierda! Eso significa que tengo que ir con Natalie…vale Cassandra.
Sólo respira e imagina que es muñeco… Un
muñeco estúpido e inútil…
Casi
con miedo, vi como Brigitta se acercó a Valentina. La última semana la modelo había
estado bastante silenciosa. Tal vez más de lo normal. Y lo cierto, es que me
importaba muy poco… poquísimo. Si Natalie quería tirarse a esa descerebrada era
cosa suya…
Mientras
intentaba no mostrar demasiado mi enfado, vi como Valentina le colocaba los arneses
a Brigitta, con un cuidado casi excesivo de no tocar a la rubia. Tal vez ella
también sabía lo suyo con Natalie y se sentía asqueada… Aunque la idea
resultaba un poco absurda. Cada día que pasaba Valentina parecía menos… ¿Real?
Había algo en ella que me recordaba a alguien, pero no sabría decir a quién, y
eso me frustraba. ¡A mí no se me olvidaba nada! Fuera como fuera, algo estaba
claro. Fuera cual fuera el don de la señorita Barone, tenía que ver con su
absoluta apatía. Las pocas emociones que había expresado parecían casi
calculadas, medidas…
Con
un poco más de tacto que J.J. Valentina sostuvo a una temblorosa Brigitta antes
de saltar con ella del reactor. Esperé a que Marcus mandara a Natalie conmigo,
pero no pasó. La escotilla del reactor seguía abierta por lo que miré a Marcus
preocupada. El protocolo dictaba que la escotilla no podía estar más de 10
segundos abierta por la falta de oxígeno y la presión. Angustiada vi como
Natalie se acercaba a ella, sin nada más que el mono y el casco.
-
Scott… - Gritó Marcus al trasmisor de mi casco. – Usted va con Argent… -
Mientras lo decía, Natalie se colocó de espaldas a la escotilla.
Inconscientemente, di un paso hacia ella. – Debido al historial de Argent, la
directora Guerrero ha pensado que lo mejor es una prueba algo más especial. –
Miré alarmada a Natalie. Normalmente podía intuir lo que pasaba por su cabeza.
Pero ahora no podía ver nada… Era como si Natalie estuviera en blanco… - ¡Cógela!
– Gritó Marcus justo cuando Natalie se encogió sobre sí misma y se dejó caer
hacia atrás.
Natalie
despareció en el vacío.
El
mismo vacío que se formó en mi estómago cuando procesé lo que había ocurrido y
comencé a correr hacia la escotilla. Natalie estaba cayendo. Sin reactor, sin
paracaídas… sin nada.
¡Natalie
podía morir!
Y eso
fue lo único que pensé cuando salté. Lo único que podía pensar cuando me tiré
de cabeza para atraparla. Notaba la fuerza del aire frenarme por la cabeza y los
hombros. Podía ver el punto negro y lejano de Natalie alejarse cada vez más de
mí. Si ella no extendía cuerpo, jamás podría alcanzarla.
-
¡Natalie! – Grité por el comunicador pero no recibí ninguna respuesta. - ¡Natalie
responde! – Volví a intentarlo sin ningún resultado.
-
La señorita Argent ha sido sedada por el filtro de su casco. – Sonó la voz de
Marcus por el comunicador.
-
¿Y cómo se les ocurre hacer algo así? – Grité alterada. La risa de Marcus me desquició.
- ¡Ella podría morir! – Chillé.
-
Ella ya ha pasado su prueba… Ahora te toca a ti pasar la tuya. – La comunicación
con Marcus se cortó y casi estuve a punto de chillar de impotencia.
-
¡Natalie despierta! – Le volví a gritar, pero su cuerpo siguió cayendo sin la
menor resistencia. – ¡Vamos despierta! – Mi sensor marcaba los diez mil pies.
Si a la velocidad que iba no activaba el reactor antes de los cinco mil ni
Natalie ni yo saldríamos de esta.
Apenas
tenía unos cuarenta segundos para que la altura límite me alcanzara… treinta a
Natalie. Necesitaba pensar. Marcus dijo que esta era mi prueba, asi que tendrá que
ver en algo en lo que fallo.
¡Vamos
Cassandra piensa! La vida de Natalie está en juego… Estás bajo mucha presión.
La adrenalina no te deja apenas recordar nada. Tus entrenamientos ahora no
sirven de nada. Estás sola, cayendo al vacío junto a una persona indefensa que
no puede ayudarte porque está dormida…
Está dormida… ¡Claro!
Una
prueba mental en un entrenamiento físico. No existe ninguna táctica y no tengo
la preparación adecuada. La fe ciega en
tu comandante… Esa era la prueba de
Natalie… Y la mía… La mía era decidir su destino. Así que cerré los ojos y usé
lo único que creía que podía salvar a Natalie.
La
llamé en silencio, con fuerza y casi desesperación. Le supliqué que despertara.
Le supliqué que viviera. Mis gritos viajaban como el eco, de manera invisible…
Ella siempre me decía que le gritaba mis pensamientos, que mis emociones
eran claras como el agua. Si de verdad
era así, tal vez, si abría mi mente y la llamaba con todo lo que sentía. Ella
despertaría. Ella me escucharía.
El
sensor comenzó a sonar con fuerza. Acababa de cruzar el límite. Si no encendía
el reactor ahora, moriría…Comencé a llorar desesperada.
Natalie
ya estaba perdida.
***
Algo
me traspasó con fuerza, despertándome de golpe. Sentí la tierra acercarse
rápidamente a mi espalda, pero no fue eso lo que despertó mi instinto. No.
Fue
su desesperación y su dolor los que despertaron la sombra. Esa sombra que posee
mis sueños. La misma que tiró de mi cuerpo hasta encontrarse con el suyo. La misma
a la que tanto temía y que ahora nos cubrió a ambas cuando alcanzamos el suelo.
***
Fue
sólo un segundo. Pero sentí como si mi cuerpo se ahogara.
No
necesitaba abrir los ojos para saber quién me rodeaba. Pero no podía ser. Ella estaba
muy lejos caía frente a mí… y ahora. Ahora
ambas estábamos quietas. Mi cuerpo se encontraba sobre el suyo siendo abrazado
con fuerza. Me sentía mareada y perdida, así que presioné el sensor de mi pecho
y la escafandra se abrió para dejarme respirar el aire que me rodeaba.
Habíamos
caído en un bosque y la hierba húmeda que nos rodeaba me recordaba demasiado a
aquella noche. El frío, la humedad y su cuerpo cálido junto al mío.
El
sonido sibilante a mi lado me dijo que Natalie también se había deshecho de su
escafandra y pude sentir su mirada sobre mí. Yo había fracasado… me había
rendido. Ella me había vuelto a salvar de mi soberbia y tuve la urgencia de
huir de sus brazos.
-
No… - Susurró. – Quédate así un poco más. – Me pidió. – Lo necesito. – Cuando giré
mi rostro y me encontré con sus ojos vi a la pequeña niña del bosque de Kielder.
Pero no la vi a ella… me vi mi misma. Insegura, temerosa y traicionada. Me vi
llorar junto al lago desde un lejano y frondoso abeto y me sentí tan desolada
cuando me giré y dejé de verme agazapada y sola.
Mi
mano ahuecó su mejilla y vi como sus ojos plateados se cerraban por la caricia
y suspiraba casi con alivio. Fue entonces cuando el pánico se adueñó de mí…
* Hi Altitude, Low
Opening
**Salto
que se realiza con doble arnés (para dos personas)
Nota de la Autora: Lo sé, voy hiper-mega tarde, pero esta semana he estado hasta arriba y no he podido subir nada antes. Mañana y pasado habrá publicación segura... No sé cuando, pero habrá :D
PD: Sé que esta historia aún parece un poco rara... pero ya se irá asentando. Si tenéis alguna duda, preguntad que os respondo seguro ;)
De verdad esta historia tiene algo de terror?
ResponderEliminarSip.. aunque no llegará hasta que empiecen las misiones. .por ahora sólo es sci-fi
Eliminar:D
Realmente me gusta mucho la historia ya que es un poco bastante diferente a las q usualmente estamos acostumbradas a leer, me gusta la trama lo que si es que te deja con muchas mas ganas de saber hasta parece corto pero se que estas kyy ocupada y haces lo que esta a tu alcanzó de igual manera gracias por no abandonar los proyectos , seras una gran escritora espero algún día un libro y por que no una firma de libros ;)
ResponderEliminarBuen capitulo, aunque la verdad me esperaba que el beso fuera entre Cassandra y Natalie; pero igual fue toda una sorpresa saber que el beso en realidad era de Brigitta y Valentina... cada día se esta poniendo mas interesante esta historia.... Gracias por compartirla!!!
ResponderEliminarLa Historia, "stigma", es fantastica....no he leido todo lo que has publicado en el blog, pero hasta ahora me ha parecido muy bueno...gracias por tomarte el tiempo para publicar...
ResponderEliminarLa historia es interesante, el cambio de registro esta muy bien. Lo malo es que ya he leído todas tus historia y ahora qué hace mucho que no actualizas y quiero más.
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