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lunes, 29 de febrero de 2016

Wild & Wise: White Wolves Among Black Sheeps - Parte III

PARTE III



30/12/15 (23:30h)

(JACKIE)


En realidad, me has quitado un peso de encima. Le dije a Cammie, después de más de una hora de confidencias y miedos. Necesitaba hablarlo con alguien.
No te preocupes Jackie, yo también necesitaba hablar. Y bueno, también me vino muy bien el golpe. — Dijo Cammie señalando su mejilla.
— Sí, a mí también. — Nos quedamos en agradable silencio mirando el frío paisaje a través de la ventana. La ventisca ya había empezado y los coches estaban empezando a cubrirse por entero de nieve espesa, al igual que los caminos y los árboles. — Parece que vamos a quedarnos atrapadas aquí por unos días queramos o no… — Comenté con hastío.
—Sí y créeme. Creo que eso es precisamente lo que necesitas… Lo que necesitamos en realidad. — Miré a Cammie con curiosidad.
— No sé yo… Todas aquí encerradas. Annie encima de mí a cada momento, Logan y Melinda mostrando su condenada felicidad a todos los demás mortales y Amelia… Tiemblo de miedo solo de pensar en quedarme a solas con ella. Me siento como si me hubieran atado una bomba a la garganta y ella fuera la que tuviera el detonador… Si hablo, saltaré por los aires… — Cammie comenzó a reírse atrayendo la atención de otros huéspedes de la sala.
— Yo no lo habría dicho mejor. Pero… Conozco bien a Lia, o al menos, solía hacerlo. — Dijo con tristeza. — Si hay alguna solución a toda tu mierda lo mejor será echarle un buen par y hablar con ella, a ser posible en algún lugar privado, sin ex’s que puedan molestar o amigas que intenten mediar… — Hice una mueca de disgusto. — Confía en mí. Lo más seguro es que Amelia te aporree un par de veces, pero luego su mente racional se pondrá en marcha y comenzará a echarte en cara todos y cada uno de tus errores como si a ella no le importaran. Es su sistema de defensa…
— Vale. Digamos que por un momento consigo estar a solas con Amelia. ¿Qué puedo decirle? “Oye Amelia, siento haberme marchado como lo hice. Pero estaba empezando a enamorarme de una mujer aparentemente prometida, ¡y con un hombre nada menos! Así que como buena lesbiana corrí con el rabo entre las piernas para que no destrozarás mi ya triste y ajado corazón…”
— No está nada mal para empezar… — Rió Cammie.
— ¡Vamos Cammie! Esto es serio… No es la primera vez que me dejan por un hombre. — Escupí con rencor. — Antes era joven e ingenua y conseguí salir más o menos ilesa… No podría pasar de nuevo por eso, y mucho menos siendo Amelia la que… — Me agarré del pelo con fuerza, frustrada. — ¡No puedo hacerlo! —Gemí.
— ¡Claro que puedes!—Dijo quitando mis manos de mi pelo. — No te rindas antes de intentarlo. Ya has conseguido lo más difícil, ¿Recuerdas? —Gruñí avergonzada.
— No me lo recuerdes… Estaba borracha… Ella también lo estaba. Fue un completo desastre…
—No lo creo… Amelia parece estar muy enfadada. Si hubiera sido un mal polvo sencillamente lo ignoraría. Pero ese cabreo guarda algo de pasión. ¡Aprovéchalo!
— Ni siquiera sé por qué me ayudas. Se supone que estás intentando recuperar su amistad. ¿No se enfadará si se enterara que ahora mismo estás hablando conmigo? — Cammie sonrió.
—Si todo esto es lo que creo que es, me lo agradecerá. Sigo siendo del Team Amelia, no te equivoques. Pero si para hacerla feliz tengo que ser una espía doble, lo haré encantada.
—Me parece bien… — Miré mi reloj y vi la hora. — Oh Dios, ya es muy tarde, pero no quiero volver a la habitación con Annie. Esa sí que me da miedo. No sé por dónde va a tirar esta vez… —Dije mientras me frotaba la frente cansada. — Y necesito dormir bien para lo que nos espera mañana.
— No puedo hacer nada por esta noche, pero si quieres, mañana puedo encargarme de esa Annie tuya. Al menos quitártela de en medio el tiempo suficiente como para que Tú y Amelia habléis un poco. Calmar las aguas, ya sabes. —Suspiré con fuerza, intentando calmar mi nervioso corazón.
—Sí. Lo sé…Sólo espero que este nuevo año empiece con algo que celebrar…

31/12/15 (21:00h)

(MELINDA)

Logan y yo estábamos esperando en la recepción del hotel a que aparecieran las demás. Ninguna de ellas se había presentado a la comida informal ni al cóctel de las cinco, y lo cierto es que casi las entendía. Era la tercera vez que me cambiaba de vestido hoy y estaba empezando a odiar todos y cada uno de mis tacones.
Logan, por el contrario, fue más inteligente que yo y durante el día había llevado un traje informal y sólo se había enfundado en un mono negro con tacones para la cena. El sencillo mono le quedaba como un guante y sólo tenía ganas de quitárselo. Yo, y casi la mitad de los hombres que pasaban a nuestro lado.
— Si vuelvo a ver a otro de estos chupatintas mirarte de nuevo pienso olvidar mi promesa… ¡Van a rodar cabezas! —Gruño a mi lado, enfadada.
— No me miran a mí, cielo. Te miran a ti. — Le pellizqué la mejilla con cariño ganándome un suave beso en los labios.
— Sueña todo lo que quieras, cariño. Pero eres tú la que atraes todas y cada una de las miradas. En la próxima fiesta que tengamos que ir juntas vas a ir en chándal… — Me reí mientras veía como Logan fruncía el ceño. — Y no me refiero a ese tanga con sujetador que usas en casa… me refiero a un saco de patatas grande y grueso… — Sin poder evitarlo, me reí mientras la abrazaba y la besaba con fuerza.
—Eres adorable cariño. Pero a la única a la que quieren arrancar la ropa es a ti…
— No a ti… — Susurró de una manera monísima sobre mis labios.
— No a ti…
— ¡Sí a las dos! — Dijo alguien a nuestra espalda. Al girarnos, vimos a Jackie enfundada en un traje femenino sencillo, casi oficial, y a su pequeña compañera luciendo un brillante vestido de lentejuelas dorado que le sentaba como un guante. — Haced el favor de no alterar muchas feromonas esta noche. No me apetece tener que amenazar a nadie con mi arma esta noche… —Continuó Jackie, entre incómoda y divertida. — Y me refiero a Logan. — Mi amor frunció el ceño pero acaba por sonreírle a Jackie.
— Que bien me conoces, vieja momia. — Dijo Logan al acercarse para darle un abrazo amistoso a Jackie y saludar a Annie con cortesía. El comportamiento de Logan con Jackie había mejorado mucho el último mes a pesar de la distancia. El caso en el que trabajaron las acercó mucho más de lo que esperaba y me alegraba de que tuviera una amiga como ella.
— ¿A quién llamas vieja, mocosa? Yo ya llevaba un arma cuando tu aún tenías granos por toda tu cara… — Siguieron así un rato más hasta que Jackie se calló abruptamente.
Al otro lado de la sala, vimos a Cammie, la amiga rubia de Amelia vistiendo con elegancia un atrevido y corto vestido negro que destacaba mucho su cuerpo elegante y femenino, sin embargo, no fue ninguna sorpresa que los ojos de todos, sobre todo los de Jackie, estuvieran centrados en la mujer morena a su lado, enfundada en un recatado pero ajustado vestido de manga larga rojo sangre, a juego con sus labios. Ambas lucían un maquillaje y peinados exquisitos, que seguramente les llevó horas.
La fiera mirada de Amelia se encontró con Jackie sólo durante unos segundos antes de dirigirse hasta nosotras con una sonrisa condescendiente en los labios. Rápidamente, me adelanté a las demás e hice de anfitriona antes de que la situación saltara por los aires.
— Amelia, Cameron, estáis… ¡fabulosas! ¿Verdad cariño? — Le pregunté a Logan mientras saludaba a las recién legadas.
— Absolutamente… — Dijo Logan, siguiéndome. — Aunque para mí sigues siendo la dama más hermosa del planeta mi amor… — Amelia y Cameron sonrieron mientras le daba un cariñoso empujón a Logan.
—Aduladora… Bueno chicas, ¿Están todas listas para la fiesta? — Le pregunté a nadie en particular. — Y recuerden que aquí menos ustedes todos son abogados, así que nada de pasarse de la raya… No podré sacaros a todas de la cárcel al mismo tiempo… — Las risas aligeraron un poco la tensión, sin embargo, había una inconfundible aura asfixiante que rodeaba a Amelia y a Jackie, sobre todo después de que la pequeña compañera de Jackie se aferrara con fuerza a su brazo mientras miraba a Amelia de arriba abajo sin disimulo. Cameron parecía sencillamente… divertida.
— Bueno, ¿Alguien quiere una copa antes de la cena? — Pregunté mientras las guiaba hasta el salón. — Yo sin duda voy a necesitar una… — Susurré para mí misma. Logan me sostuvo por la cintura y me apretó con cariño contra ella. Mi roca… no sabría qué haría sin ella…
31/12/15 (22:30h)

(AMELIA)

¡No me lo puedo creer! Exclamó suavemente Melinda, al otro lado de la mesa. La mujer de hielo ha traído a una mujer con ella… ¡Y vaya mujer! Dijo señalando a una pareja de mujeres al otro lado de la sala. Sabía que era posible que le gustaran las mujeres con esa actitud de macho que tiene en la oficina, pero de ahí a que pueda querer a alguien…
Cariño… Le llamó la atención Logan.
Lo sé, lo siento. Pero tendrías que ver a Rachel en la oficina. Sola sabe ladrar órdenes y soltar tacos… Y esa mujer que la acompaña… Me resulta vagamente familiar…
¿Te refieres a las morenas del fondo? Preguntó Cammie a mi lado.
Sí, Rachel es la de traje y pelo corto, y a la mujer de pelo largo y vestido negro nunca la había visto… pero me suena muchísimo…
A mí también me suena… Comentó Cammie, pensativa.
Podría ser una mujer de compañía… Muchas personas importantes o con dinero acuden a estas agencias para que les manden a una mujer atractiva y discreta para no ir solos a las fiestas de sociedad… Fruncí el ceño ante el comentario de Annie, sentada a mi derecha, al otro lado de Jackie. Que sí, había acabado sentada a mi lado para más inri.
O sencillamente podría ser que tu compañera de trabajo disfruta de mantener una relación con una mujer sin que en su trabajo metan las narices. Dije molesta. En el mundo del derecho aún no se ve del todo con buenos ojos la homosexualidad, y mucho menos en una mujer.
En eso tienes razón. Dijo Melinda, sin percatarse de mi enfado. Y más Rachel. Es una de las posibles candidatas a sustituir a Frank cuando se jubile…
¿Frank? Preguntó Jackie. Hasta ahora había estado muy callada.
Mi jefe, el fiscal del distrito de filadelfia…
Pensaba que había más de una fiscal por distrito. Dijo Cammie.
En los distritos pequeños o más centralizados sí. Explicó Melinda. En Ocean’s, por ejemplo, sólo había un fiscal a cargo. Al igual que puede haber sólo uno en Brooklyn y otro en Queens… Es más una representación por población y distrito. Frank tiene a su cargo más de veinte fiscales en el distrito de Filadelfia, sin contar las zonas rurales. Él es el fiscal del distrito, mientras los otros son fiscales del Estado o fiscales del condado. El fiscal del distrito se encarga normalmente de los casos más importantes, sobretodo de los que son algo más… controvertidos, por así decirlo. Además de ser el representante y voz de los otros Fiscales del Estado. En nuestro bufete también hay algún que otro fiscal libre asociado, pero la mayoría son del Estado. Rachel es Fiscal del Estado y trabaja principalmente en la zona sur de la ciudad… Una zona bastante dura. Roger, por ejemplo… Señaló a un hombre nervioso en la otra punta de la sala. Esta en las afueras, en Camden. Tampoco es un camino de rosas pero no es lo mismo que ser fiscal en plena ciudad.
Qué interesante… La verdad es que nunca me había parado mucho a pensar en lo que hacían los picapleitos. Dijo Jackie. Normalmente sólo trato con ellos para conseguir alguna orden y dar un poco la brasa a algún que otro abogado defensor para que me deje interrogar a su cliente, por lo demás, era el teniente el que se dedicaba al papeleo…
Se supone que en la academia tenías que aprender el funcionamiento de los poderes tanto legislativos como judiciales además del  ejecutivo. Escupí antes de beber de mi copa de champagne.
Apenas estuve en la academia unos meses. Yo entre como militar, sólo tuve que aprender algo del funcionamiento policial y me dieron la placa a los pocos meses…
Cierto. Solté con sorna. Se me había olvidado que antes ibas de verde títere… Gruñí. Para mi desagrado, fue Annie la que contestó.
¿Tienes algún problema con los militares, Amalia? Escupió. Estuve a punto de romper mi copa de lo fuerte que la solté en la mesa.
Es Amelia. A-me-lia… y no, sólo tengo un problema con aquellas personas sin personalidad suficiente como para no acatar órdenes estúpidas…
¡Los soldados arriesgan su vida cada día para que princesitas como tú puedan vivir en una Norte America libre y segura! Gruñó Annie.
¡Já! ¿Libre y segura? ¿En serio? ¿Se te olvida que aquí todas nos dedicamos a luchar contra el crimen? Al menos los policías nos dedicamos a detener a las personas que han cometido algún crimen y no masacramos a gente inocente porque lo manden…
¡Basta! Gritó Jackie a mi lado. Sorprendida, me giré y me encontré con sus furiosos ojos azules rojos de ira. Si tienes algún problema conmigo ¡Muy bien! Pero no te atrevas a hablar sobre algo de lo que no tienes ni puta idea Amelia. Siguió. — ¡Serví con orgullo y vi morir a personas que luchaban por lo que ellos consideraban correcto!
— Jackie… yo no… — Quise disculparme, arrepentida, viendo aún la furia en sus ojos. Jackie se levantó bruscamente de la mesa.
— Necesito tomar el aire… si me disculpáis… — Sin más, Jackie se marchó hacia el vestíbulo sin mirar atrás.
— Jackie espera… — Dijo Annie, siguiéndola. Apreté los dientes, dolida. Había metido la pata y ni siquiera podía ir a disculparme por culpa de ese mal bicho de Annie. Me levanté de la mesa… Necesitaba una copa más fuerte.
— Lia… — Dijo Cammie, comenzando a levantarse.
— Necesito estar sola Cammie. — Deje a Cammie y las demás y me dirigí a la barra. — Un vodka Martini, por favor. — Le pedí a la camarera. En cuanto tuve la copa delante, saqué el pincho con la aceituna y me bebí de un tirón la copa. Cuanto mordí la aceituna ya tenía lágrimas en los ojos… no sabía si era por el ardor del alcohol en mi garganta o por lo idiota que podía llegar a ser…
¿Por qué me preocupo? Fue ella la que se fue… ¿Qué más da si le he hecho daño? No importa en absoluto… Ella tiene a su Annie… Y yo, yo no tengo a nadie…
— ¿Mala noche? — Asombrada, vi a un hombre mayor a mi lado mirándome compasivamente mientras subía y bajaba una bolsita de tila en agua caliente.
— De las peores… — Contesté, buscando a la camarera para pedir otra copa.
— Bueno, tal vez podrías hablar con este viejo sobre ese problema que tienes… — Dijo en hombre, apartando la bolsita. — No hay ningún problema que yo no pueda resolver. — Dijo con una sonrisa.
— Lo siento, pero no le conozco y no soy de ir a contarle mis penas a un desconocido…
— Oh, pero sin duda es lo que mejor sienta… Creo que eres una de las invitadas de mi pequeña Melinda. — Dijo el hombre mirando a nuestra mesa. — No sé cómo ha conseguido multiplicar las invitaciones, pero con las preciosidades que ha traído a esta fiesta de momias es de agradecer. Y siempre está bien salirse del campo laboral de vez en cuando… Esto harto de hablar sobre juicios y casos que salieron mal… — El hombre parecía afable y no dejaba de sonreír, así que decidí abrirme un poco.
— Amelia. — Me presenté tendiendo mi mano. Él me la tomó con placer.
— Encantado, yo soy Frank.
— ¿El jefe de Melinda?
— El mismo… ¿Qué te ha dicho esa pillina de mí?
— Nada fuera de lo normal, se lo prometo… — Frank sonrió mientras soplaba su tila.
— ¿Tú también eres policía?
— Inspectora de homicidios, sí. — El asintió.
— Melinda me dijo que todas sus amigas tenían algo que ver con un cuerpo u otro… Si de joven hubiera sabido que había tantas mujeres hermosas en la policía me hubiera dedicado a poner multas…
— Habría sido más fácil que meter a gente en la cárcel, sin duda.
— Sin duda… Pero no tan emocionante, ¿No te parece? — Miré a Frank mientras este bebía lentamente su tila. — Y bueno, señorita. ¿De cuál de las otras sexy-policías estás enamorada? — Abrí los ojos con sorpresa.
— ¿Pero cómo…? — Frank se rió con fuerza.
— Oh querida, son muchos años ya descifrando a la gente y bueno… Es obvio que sufre de mal de amores y siendo amiga de Melinda y viendo las bellezas de esa mesa… Era la primera opción. Aunque también pude haber metido la pata… — Suspiré con pesadez, mirando la barra.
— No se equivoca. — Cuando volví a mirar a Frank, este hizo un cómico gesto con la mano.
— ¡Genial! ¡Aún no he perdido mi toque! Y dime… supongo que no tiene nada que ver con la rubia con la que viniste. Es muy guapa, pero no parece ser ella…
— No. Ella y yo somos amigas… — Dije mientras ambos mirábamos a Cammie.
— Oh… entonces debe ser la otra rubia con pinta de poder partirte por la mitad… la que se acaba de marchar echa un basilisco seguida del pajarillo castaño. — A mi pesar, sonreí de medio lado ante la descripción.
— Más que un pajarillo es una sanguijuela molesta… —Gruñí al pensar en Annie. — Y tampoco diría que es tan fuerte… — Sin embargo, nada más decirlo, vi el recuerdo del cuerpo de Jackie sobre mí, duro y firme como una roca y al mismo tiempo tan suave y delicado…
— Yo nunca me metería en su camino, si pides mi opinión. Aunque claro, yo tampoco tengo lo que tú tienes jovencita… No creo que lo que esa muchacha pueda hacerte tenga que ver con partir nada… Espero…
— Dios… no me puedo creer que esté teniendo esta conversación… — Me reí, incrédula.
— Soy viejo, pero no estúpido. Si yo fuera tú estaría aún viviendo la noche salvaje o como lo llaméis ahora los jóvenes…
— No lo llamamos de ninguna manera…
— Mejor… El sexo es sexo a fin de cuentas… — Miré de nuevo asombrada a Frank. No sabía si este hombre era adorable o un viejo verde, pero decidí que me caía bien.
— Menos mal que usted no es mi jefe… es todo un caso.
— Entonces… dime pequeña. ¿Cuál es el problema? Es obvio que a ti te interesa…
— Sí pero… es complicado…
— Complicado. — Se mofó. — ¡El amor no es complicado! Se ama o no se ama. Punto. Créeme jovencita. Lucha por lo que amas… No importa nada más, sólo importa eso. Yo lo aprendí por las malas pero tú aún tienes tiempo para luchar por lo que quieres… No la dejes escapar… — Los ojos de Frank se perdieron en la multitud con tristeza. — En fin… — Frank se terminó la tila y me golpeó con cariño la mano. — Ha sido un placer hablar contigo, Amelia. Espero volver a verte pronto antes de que estos dichosos chupasangres acaben conmigo… — Se rió.
— Lo mismo digo, Frank. — Me despedí.
— ¡Y no lo olvides! ¡No dejes de luchar pase lo que pase! — Vi como Frank volvía a mezclarse con los invitados y me sentí como si me hubieran quitado un enorme peso de encima. Decidida, me encaminé hacia el vestíbulo…

31/12/15 (22:50h)

(JACKIE)

— ¡Déjame sola Annie! — Le grité, apartándome de ella y dejándola en el balcón de la cafetería. No quería que Annie estuviera conmigo. No la quería cerca de mí en estos momentos… Sólo quería golpear algo con todas mis fuerzas.
¿Cómo ha podido Amelia decir algo así? ¿Tanto me odia ahora? Ella no solía pensar así… siempre tuvo mucho cuidado hablando del ejército porque sabía cómo me afectaba… Y ahora… ahora solo puedo pensar en lo hermosa que está en ese vestido rojo…
Vi una puerta entre abierta y aproveché mi oportunidad para esconderme de Annie. La habitación parecía una habitación en reformas y tras cerrar la puerta permanecía un rato escuchando en la puerta. Oí a Annie gritarme y la milagrosa voz de Cammie diciéndole que me había visto volver a la fiesta… Me importaba muy poco el por qué Cammie estaba ahí, pero lo agradecí enormemente.
Más relajada, di vueltas por la habitación intentando calmarme. Hacía frío y necesitaba moverme… y quería romper algo. Así que aproveché los escombros que había en un lado de la habitación, cogí un enorme trozo de cemento y yeso y lo estampé con fuerza contra los mismos escombros. Algo mejor, volví a repetir la acción tantas veces como trozos había.
Respirando con dificultad, me dirigí al bañó y agradecí que al menos hubiera agua corriente. Me limpié los restos de yeso de las manos y las muñecas del traje y volví a la habitación. Las manos me escocían del agua fría pero me daba igual, al menos ahora estaba calmada.
— Siento mucho lo que dije… — La voz de Amelia me sorprendió. Debió entrar mientras estaba en el baño… o tal vez antes… Lo cierto es que no estaba segura, pero me daba igual… Amelia estaba aquí, a solas, conmigo… — Pero estaba furiosa… Aún lo estoy. — Oí que Amelia dio un par de pasos hacia mí, pero la escasez de luz proveniente de la ventana apenas me permitió ver del todo su rostro, que seguramente estaba enfadado.
— Lo sé… Lo siento. — Dije, bajando la mirada.
— ¿Eso es todo lo que vas a decir? ¿Qué lo sientes? — Amelia gritó acercándose aún más.
— Amelia… — Suspiré.
— ¡No Jackie! ¡Debiste hablar conmigo! ¡Debiste al menos despedirte! — La voz de Amelia sonaba rota y furiosa.
— ¡Lo sé y lo siento! ¡Dios lo siento tanto…! — Amelia me empujó con fuerza, haciéndome retroceder.
— ¡Tú cobarde! — Volvió a empujarme. — ¡Idiota! — Amelia cerró los puños y los estampó en mi pecho, quitándome la respiración. Me apoyé en la pared para no caer con su nueva embestida. — ¡Te mereces todo mi desprecio! ¡Me dejaste tirada! ¿Tan poco signifiqué para ti?
— No, yo… — Una fuerte bofetada me dio en la mejilla izquierda, dejándome sin habla y con ganas de llorar.
— ¡Creí que eras mi amiga! ¡Creí que te importaba! — Me gritó.
— Me importas… — Otra bofetada en la misma mejilla. El escozor se convirtió en un dolor punzante.
— ¡Y una mierda! ¡Si te hubiera importado no te hubieras ido! — Me golpeó de nuevo en el pecho.
— ¡No tenía alternativa! ¡Tenía que irme! — Grité frustrada y con la garganta agarrotada.
— ¿Por qué? — me empujó. — ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? — Con cada pregunta, un nuevo golpe llegaba, aunque cada vez más débil que el anterior… No podía más, no podía…

— ¡Porque te quería! — Le grité, casi sin voz. — Porque aún te quiero… — Suspiré, quedándome inerte sobre la pared viendo como la conmoción se dibujaba en la cara de Amelia. Entonces, con una fuerza mayor que la de cualquiera de los otros golpes, Amelia, furiosa, me dio un puñetazo en la mejilla derecha, dejándome tan atontada que apenas sentí del todo cuando me agarró con fuerza de la chaqueta y unió sus labios con los míos…


Nota de la Autora: Va tarde, pero es más largo que los otros...a demás... tanta brasa que me dais que si lo cortaba antes de la última escena me matabais... aunque aún habrá alguna que me diga "lo has dejado por la mejor parte!!" Paciencia Bella's... ¿Cuán vas a matar a alguien? Esto es muy bonito para ser cierto... ¿A que te vas a cargar a alguna? de nuevo... paciencia... quiero que sea un caso largo, con muchas pequeñas historias secundarias por ahí y atar bien todas las cosas... Y ahora Bella's, a ver la gala de los Oscar, a ver si mi querida Jennifer se vuelve a matar con las escaleras xD

2 comentarios:

  1. Pues si como siempre en la mejor parte,ni se te ocurra matarnos a ninguna de las chicas , bueno siempre puedes matar a annie no me gusta ,y si te cargas a alguien q sea de una forma ...sicópata q para eso estudias lo que estudias y a mi me mola
    ;)

    Estaré esperando el capítulo
    M.S

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  2. ME ENCANTAAAA ESTA HISTORIA!!!!! ME MUERO XQ JACKIE Y AMELIA EMPIECEN UNA RELACION Y MASSSS PASION PARA TODAS NO ESTARIA MAL ;) JEJEJ HA ESPERAR CON ANSIAS EL SIGUIENTE!!!! GRACIAS X EL TIEMPO Y EL TALENTO BELLA. CARMEN

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