CAPÍTULO 13
En cuanto Alexia cerró la puerta me dejé caer hasta el suelo y me abracé a mí misma con fuerza, dejando que mis lágrimas corrieran libres. ¿Por qué es tan difícil?¿Por qué si parecía tan perfecto…?
Lloré y temblé sin parar hasta que comencé a sentir el frío suelo del almacén arraigar en mis huesos. Me levanté inestable sobre los tacones y me dirigí hacía la bolsa con mi ropa… quitándome el body y poniéndome de nuevo mi vestido añil y los tacones de tiras.
Me sentía adormilada y débil de tanto llorar. ¡Ya basta Eli! Tú tienes la culpa…sólo tú… ella nunca va a quererte…acéptalo de una vez… comencé a meter el conjunto en la bolsa cuando me recorrió un escalofrió. Dios…este sitio está helado…
Cogí mi pequeño estuche de maquillaje y saqué la polvera para mirarme en el espejo. Tenía toda la boca llena de manchurrones y el pelo estaba hecho un desastre. Saqué una toallita de mi bolso y comencé a limpiarme la boca con movimientos bruscos y rápidos…Mientras antes me quite el sabor de su boca, mejor…
Ya casi había acabado la limpieza cuando escuche el sonido de unos cristales a mi espalda. Me giré asustada pero no vi a nadie más en el almacén…Estoy de los nervios…seguro que sólo me lo he imaginado… cogí el brillo de labios del bolso y me eché un poco usando el espejo como guía. La luz de mi espalda no dejaba de moverse y estaba empezando a exasperarme cuando el pánico se adueñó de mí…
No era la luz la que no dejaba de moverse…era el gran hombre de negro que se cernía sobre mí…
***
- ¿Eli no está tardando mucho? – Preguntó Ira, acercándose a mi oído para que pudiera escucharla sobre la fuerte música. – Por cierto, nunca te habría imaginado de las salvajes en la cama. – Me dijo, frotándome fuertemente la barbilla. – Sigues teniendo carmín por todas partes. Ten. – Me tendió un pañuelo verde que llevaba en su bolso. – Ya me lo devolverás el lunes en clase. – Asentí sin más y acepté el pañuelo.
Estaba frotándome con fuerza la boca mientras miraba de nuevo el móvil… Elizabeth ya lleva más de 20 minutos en el almacén… ¿Debería ir a buscarla? No… mejor que no… todo ha sido demasiado incómodo para que ahora…
David se levantó de la mesa para ir un momento al baño e Ira fue a pedir otra ronda de cervezas cuando Sabine se acercó y se sentó en la silla vacía a mi lado.
- Hace mucho que no hablamos Alex… me tienes olvidada… - Dijo con un puchero exagerado. No sé si era cosa mía, pero Sabine parecía estar parpadeando más de lo normal… entonces sentí como su mano se cerraba en uno de mis muslos, más cerca de la cuenta de un lugar muy sensible. – Dime… ¿Qué tiene la frígida de Elizabeth que no tenga yo? – Dijo mientras jugaba con sus dedos sobre mi pierna…Me estoy cabreando… - Lo único que tiene esa que no tenga yo es el dinero… ni siquiera tiene amigos de verdad. Sólo le toleran a esa arpía sus tonterías por ser hija de quién es…
- ¡Basta! – Le grité, agarrando con fuerza el botellín de cerveza que tenía en las manos. – ¡Te recuerdo que estás hablando de MI NOVIA, así que lo menos que puedes hacer es cerrar esa cloaca que tienes por boca e irle a joderle la vida a otro! – Vi a Ira llegar hasta la mesa y permanecer a una distancia prudencial de nosotras…Espera… se nos escucha…David venía hacia la mesa. Era la oportunidad perfecta. – ¡Estaba en el baño el Lunes y te oí decir que en tu vida tocarías a una “huérfana enfermiza” como yo, así que deja de meterte en mi vida! – Sabine quitó la cara de asombro que tenía por una mucho más perversa.
- ¿Y qué si me escuchaste? ¿De verdad creías que era amiga tuya por tu sonrisa adorable y dulce? ¡Já! Si no hubiera sentido lástima por ti seguirías siendo una mojigata solitaria a la que le gusta ir llorando la muerte de sus padres por todas las esquinas… a veces me preguntaba si no hubiera sido mejor para el mundo que te hubieras muerto también… - Sentí como varias lágrimas involuntarias salían de mis ojos… pero no me detuve… ahora no podía detenerme… David ya había escuchado la última parte y estaba asombrado de la crueldad de su novia… ahora…
- ¡Eres una grandísima zorra Sabine! Y créeme que pienso contarle a David todo lo que escuché… él no se merece lo que le vas a hacer. – La desafié. David se estaba acercando más para separarnos… Vamos estúpida… ¡pica de una vez! Sabine me empujó bruscamente y me miró con odio.
- ¡No te atreverás niñata estúpida! ¿Crees que en serio el imbécil de David te creería a ti antes que a mí? – David se paró en seco ante el insulto, a tan solo dos pasos de nosotras. – Ese pijo estúpido sólo piensa con el gusano que tiene entre las piernas, y dado que yo soy la que le da de comer por las noches no creo que haga nada que desanime a su “corazoncito” – David se estaba poniendo colorado. Sabine comenzó a darme pequeños golpecitos despectivos con el dedo sobre el pecho. Tenía unas ganas horribles de pegarle, pero aún no Alexia… aún no… Venga pendona… ¡Sigue cavando tu tumba! – El bobo hasta se ha creído que de verdad estoy empezando a tomar la píldora…
Lo que sucedió a continuación no me lo esperaba. Ira le llamó la atención a Sabine para que se girara, y en cuanto esta lo hizo, le pego a puño cerrado en toda la nariz. Sabine gritó de dolor poniéndose una mano sobre su cara, blasfemando contra Ira con la voz ahogada por la sangre que le caía en torrente por la nariz. Mientras tanto, Ira lloraba de dolor por su mano.
- ¡Joder, no pensé que dolería tanto! – Decía abrazando su mano dañada contra su pecho. Yo no pude evitar partirme de la risa ante la imagen que se me mostraba… Ira furiosa y con la mano dolorida dando saltos intentando contener las lágrimas. David debatiéndose en si merecía la pena o no pegar a una mujer y Sabine ajena por ahora al jaleo con la cabeza echada hacia atrás sin poder evitar manchar su vestido de sangre. - ¡Tú zorra! – Le gritó Ira a Sabine, haciendo que esta bajara la cabeza mareada y viera por primera vez a David. – Será mejor que te largues antes de que llame a seguridad… ¡esto es una fiesta privada! – Sabine miró a David con expresión dolida, pero al ver que él tenía tantas ganas de pegarla como lo había hecho Ira, se marchó rápidamente hacia la salida del local. Después de un rato, David se acercó a Ira y le apoyó una mano torpe en el hombro. – Yo… siento haberla pegado… de verdad… pero es que…
- No te preocupes… gracias Ira. – Ira sonrió de manera nerviosa hasta que volvió a poner una mueca de dolor. - ¿Te duele mucho? – Ira asintió. – Déjame ver. – Ira le tendió la mano temblorosa y David la miró con cuidado. – Te has roto la mano… parece que le has dado fuerte.
- Sí… ya lo creo. – Dije, acercándome a la escena. – ¿Por qué no llevas a Ira al hospital? Creo que a las enfermeras no les importará hacerle un regalo de cumpleaños en el que podamos pintar con rotulador indeleble. – Dije dándole a Ira un empujón cariñoso. – Eres toda una campeona… recuérdame que nunca me meta contigo…
- No te preocupes… ya tienes suficiente con Eli… ella pega más fuerte… - ¡Elizabeth! Se me había olvidado… Miré hacia la puerta del almacén y vi que seguía cerrada. ¿Cuánto tiempo había pasado ya? – Ay…
- Venga Ira, te llevaré al hospital. – Dijo David cogiendo el bolso de Ira con una mano y pasando el brazo por los hombros de ella. En un instante Ira dejó de temblar de dolor y se puso tan colorada como un tomate. – Muchísimas gracias Alexia…por todo. – David me tendió la mano y se la estreché con seguridad. – Te debo una. – Antes de que David se llevará a la Ira carmesí, me agaché y le susurré al oído.
- Creo que el Great Ormond tiene un servicio de urgencias muy lento los fines de semana… - Ira me miró extrañada pero aún roja. – Quién sabe lo que puede pasar en la sala de espera de un hospital… - Le giñe un ojo y dejé que David se llevará a ahora una muy feliz Ira.
Me puse mi chaqueta y comprobé que no quedaba nada más en la mesa antes de dirigirme hacia el almacén. Al llegar a la puerta, giré el pomo pero la puerta no abría. ¿Qué…? Entonces escuché el grito de Elizabeth dentro del almacén junto con otros ruidos bruscos y voces graves. Golpeé la puerta varias veces pero esta no se abría. Corrí rápidamente hacia la barra y le pedí a la camarera las llaves del almacén. Después de mucho insistir me las dio y corrí de nuevo hacia la puerta.
Abrí la puerta con manos nerviosas pero al entrar no había nadie. La silla estaba tirada al suelo junto con la bolsa de Elizabeth y un estuche de maquillaje roto. ¿Dónde están? No pueden habérsela llevado muy lejos… Entonces sentí una brisa suave detrás de unas pilas de cajas de plástico… ¡Hay puerta trasera!
Corrí sin pensarlo hasta la puerta, que estaba abierta de par en par, cogiendo dos botellas grandes de vodka vacías por el camino… El destino tiene un sentido del humor muy peculiar dándome por segunda vez la posibilidad de morir usando una botella de cristal como única protección…
(Música de fondo en la discoteca)
Hayyy siempre siempre nos vas a dejar asi??? Ademas hoy es jueves!!!! Porq!!!!!
ResponderEliminarPor fa que no le hagan daño a Elizabeth y a alexia...
Y me alegro mucho por lo de Ira y David... harán bonita pareja...
Esto se supo color de hormiga, lastimas que tenga que esperar, viernes, sábado, domingo y de paso lunes mas :( . Pero no importa esperare lo que sea necesario, un besote para vos ^^
ResponderEliminarpor diosssss , otro finde sin saber que va a pasar .
ResponderEliminarpero aguantaremos la espera :)
M.S(galicia)
Buena tarde/noche chicas... Es mi imaginación o como va esto sabine siente algo por elizabeth..
ResponderEliminarOoo que opinan
saludines Naty...