CAPÍTULO 15
(SUSAN)
Estaba
sentada en el metro con un humor de perros y mirar los asientos de enfrente no
me ayudaba demasiado. Loren había decidido invitar al apartamento a su nueva,
aparentemente, amiga del alma.
Lola,
una bajita, atractiva e insufriblemente melosa cubana, estaba sentada al lado
de Loren sin parar de tocarla una y otra vez. La habíamos conocido en la
presentación del curso con la mala tina de que no sabía hablar demasiado bien
Inglés y Loren amablemente se había ofrecido a ayudarla los primeros meses
hasta que se habituara al idioma del todo. También iba a estudiar derecho y lo
único en lo que pensé cuando dijo entre multitud de erres y jotas mal
pronunciadas que no entendía muy bien la conferencia de apertura era que si
estaba allí sin saber inglés era que tenía que tener un montón de dinero… y al
ver más detenidamente su ropa se volvió un hecho.
Y realmente
me importaba una mierda que tuviera o no un padre mafioso en cuba que le pagara
un ático en Nueva York, ya que era básicamente lo que hacia mi padre conmigo. Pero
no podía ver como la sonriente morena besaba cada dos por tres la mejilla de
Loren o le cogía el culo sin venir a cuento.
¿Qué coño se ha creído? ¿Y por qué
demonios Loren no le dice nada? ¿Por qué demonios la invita a venir al
apartamento? Tal vez si sea cierto que no se acuesta con Kate y ahora que ha
encontrado un ligue nuevo se lo va a llevar a su habitación para… No, ¡No! No pienses
en eso Susan, ella no es así… ¿Verdad? Ella al menos se preocuparía por conocer
un poco más a la otra chica… no es de las que vayan a tirarse a alguien así sin
más... por muchas tetas que tenga… Porque en serio, esas tetas no son normales,
¡No me jodas! Están demasiado altas para el peso que tienen que tener… Me miré a mí misma el pecho sin poder contenerme… Sí, vale, tengo tetas, no soy plana… pero
mierda, preferiría tener un par de melones más grandes a las copas de Martini que
tenía por delantera… y eso que la mayor parte de mi busto es relleno… ¡Odio mi
pecho!
-
¿Susan? – Me llamó Loren, ya levantada.
-
¿Sí?
-
Nuestra parada es la próxima, date prisa. – Me levanté corriendo, evitando tocar
demasiado al exceso de personas que había en aquella lata de sardinas, y me
enganché a la camisa de Loren… le habría cogido el brazo pero Looola la tenía, al parecer, toda para
ella. Loren me miró con cierto aire de disculpa. – Lo siento. – Me susurró,
justo antes de que las puertas se abrieran y el tumulto de personas que
entraban y salían se mezclaran y me aplastaran, alejándome de ellas.
-
No importa. – Le dije irónicamente a nadie en particular. - ¿Qué más dará qué
dejes que una completa extraña te sobe mientras tu mejor amiga acaba aplastada
entre una marabunta de gente?
- ¿Me
has dicho algo? – Me preguntó Loren, apareciendo a mi lado con su lapa
particular.
-
No, no… sólo estaba hablando conmigo misma. – Le dije intentando mostrar mi
mejor sonrisa. Pero Loren me miró preocupada. – En serio Loren, no es nada,
solo estoy algo cansada y quiero llegar pronto a casa. – Loren asintió y las
tres salimos del metro, yo delante, ya que no me apetecía tener que ver como
Lola seguía con su falta de pudor por el tacto ajeno.
Sólo espero que esto no sea un ejemplo
de lo que conllevaba vivir en Nueva York con Loren… porque no soportaría ver
como una fila de chicas pasaban por su cama mientras yo me comía las uñas en la
habitación de al lado… Antes prefiero ahorcar a todas sus pretendientes, pensé
mientras me giraba y miraba con una furia glacial a Lola. La cual llegó incluso
a frenarse en seco en medio de la calle, mientras yo seguía avanzando con una
sonrisa de suficiencia en el rostro.
Jajaja susan esos pensamiento son muy chevres... espero q no haga lo ultimo o si??? Y sigo sin entender como loren no se da cuenta de su atracción... bueno a esperar mas vivencias de las chicas
ResponderEliminarempiezan los celos y las ganas de matar jajaja , a ver q pasa con las cuatro
ResponderEliminarM.S(galicia)