CAPÍTULO 18
(LIZ)
Cuando
Kate desapareció tras la puerta de su habitación, volví a respirar con
normalidad, pero la imagen que tenía en mi cabeza seguía tan fresca como cuando
había soltado sin querer que… uff…
desnuda, Kate desnuda en su cama, con sus más que seguros preciosos pechos alzados como dos cumbres que
coronar… su cintura estrecha y el maravilloso vello dorado entre las piernas…
Humm… y tumbada boca-abajo… con ese culo pequeño y redondito listo para…
-
¿Liz? – Me pegué un susto de muerte al escuchar la voz de Susan justo detrás de
mí. – Dios, tranquila, que te va a dar un sincope. – Suspiré con fuerza y
empecé a caminar hacia mi habitación, pero antes de llegar fui interceptada de
nuevo por Susan. – Oye, Además de que quiero saber qué es lo que pasaba por esa
preciosa cabecita tuya, ¿Tienes alguna idea de a lo que vino todo esto? Así de
repente fiesta pijama, la cubanita comportándose como una cría de trece años y
Loren tan rara… ¿Tú crees que ya se han liado? – Preguntó Susan horrorizada.
-
Ahh Susan… - Gemí frustrada. - ¿Es que no lo veis o qué? Loren con su paranoia
estúpida y tú igual… no hacéis más que buscaros líos donde no los hay. Cada vez
que se le acerca una chica tú estás de los nervios y cuando tú te pones a
tontear con chicos la pobre Loren se muere de pena… Creo que te mereces exactamente
lo que tienes. – Le dije, justo antes de entrar en mi habitación y cerrarle la
puerta en las narices.
Sé
que no estaba bien, pero es que ya estaba harta. Ellas al menos se querían la
una a la otra pero habían sido tan estúpidas de no haberse dado cuenta de sus
sentimientos a pesar de que llevan años juntas… por no decir las estupideces que
dice siempre Susan… ¿Cómo es posible que con todas las veces que se quedaron
una en casa de la otra, o cuando se desnudaban en los vestuarios, y ya puestos
ducharse juntas… cómo veían normal esas miradas? Era más que obvio que se
gustaban… tal vez el universo se confundió y debería haberles puesto en un
cuerpo de tío a las dos… así al menos se verían lo emocionadas que están siempre
al verse en bolas…
Fui
a la gaveta y saqué mi pijama de Snoopy
& Woodstock, aunque antes de empezar a ponérmelo, lo analicé con
detenimiento. Era con mucho mi pijama favorito. Un pantalón celeste largo y fino,
lleno de imágenes en miniatura de los dos y una camiseta sin mangas blanca, con
un enorme Snoopy en medio con Woodstock en su cabeza… cómodo, fresco…
pero nada sexy. Dejé de nuevo el pijama en la gaveta y vi algo que aún no sabía
por qué había traído.
Era
un regalo de Susan… y de los caros. Se había propuesto ponerme en evidencia
delante de mi padre en cuanto sacó la aterciopelada caja roja con el logo de Victoria’s Secret en oro. “Para una noche especial” me dijo,
dejando a mi pobre padre con un ataque de tos. Mi madre, por el contrario, se
rio y me dijo que todo mujer debe tener un conjunto así para ocasiones
especiales… pero que por ahora no lo usara. Traducción; Sí cariño, lo que tú
quieras pero hasta los treinta no te quitas de virgen.
Levanté
la tapa de la caja y sentí un escalofrío al tocar por primera vez la seda y el
encaje rojo. Era un conjunto de Babydoll
con sujetador y tanga a juego… que obviamente eran más que visible bajo la
traslucida prenda rojo pasión. Agité la cabeza y cerré la caja, volviendo a
coger mi pijama de Snoopy… bueno, si
ese día especial llega alguna vez, nadie me impedirá ponerme ese conjunto… por
ahora, no creo que sea adecuado enseñar mis atributos a medio edificio… puede
que si un día me quedase a solas con Kate… pudiera decirle que se me olvidó
hacer la colada y era lo único que tenía limpio… Siempre diciendo “Qué inocente Liz” o “La virginal Liz”… pues si
supieran que esta virginal tiene una mente más que depravada y lujuriosas no lo
dirían tanto…
(KELLY)
Ya
estaba llegando al bloque de apartamentos de Lance en Chelsey. La zona no
estaba demasiado mal, aunque los pisos eran muy altos para mi gusto. En la
calle 25, el piso de Lance tenía al menos 60 plantas y a una chica a la que no
le hacen mucha gracia las alturas, visitar a su novio en la planta 43 era
demasiado.
En
una mano llevaba una caja llena de donuts rellenos de frambuesa y chocolate y
en la otra, un par de películas que acababa de alquilar. Era mi pequeña ofrenda
de paz por la pelea que tuvimos esta tarde.
Sé que gran parte de la culpa es mía, pero él
tampoco hizo nada por comprender como me sentía. A una chica, y más a tu novia,
no le gusta ver como ligas con toda hembra viviente delante de sus narices… y
ya cuando estábamos terminando de tomarnos un café en el Soho, no pude evitar montarle el espectáculo al ver como se
guardaba el ticket con el número de teléfono de la camarera… me dijo una y otra
vez que no lo había visto, que sólo se guardó el cambio y el ticket juntos…
pero ya estaba tan harta de todos esos rumores…
Hablar
con Katherine esta mañana me dio algo de respiro, ya que necesitaba hablar
urgentemente con alguien. Ya subiendo en el ascensor volví a pensar en si mi
forma de enfrentarme al mundo era la correcta… cuando entre en la Academia,
sólo pensaba en triunfar, en llegar a lo más alto… conocí a Lance, guapo,
talentoso y encantador, y no pude negarme, pero con los demás siempre mantenía
las distancias… ¿Para qué hacer amigos si en realidad todos ellos son tus
futuros rivales? ¿Qué sentido tiene?
Con
Katherine era diferente, por mucho que no me gustara admitirlo era muchísimo
más buena que yo… en todo. Pero al contrario que yo, ella no se ocultaba tras
su talento… era amable, simpática y hasta irritantemente modesta. Nunca había
visto a nadie que con sus habilidades, en un mundo como este, fuera tan dada a
ayudar o aconsejar… cuando me dijo que si Lance no me hacía feliz tenía que
seguir adelante no pude refutárselo… quiero a Lance, pero su reputación y su
comportamiento me están matando poco a poco… pero quiero intentarlo. Quiero que
las cosas salgan bien…
Abrí
la puerta de su apartamento con mi llave y me encontré con toda la casa a
oscuras. Me extrañé, ya que Lance no suele salir entre semana y tampoco se
acuesta tan pronto. Dejé los donuts y las películas encima del sofá y vi la luz
del baño encendida. Al acercarme, pude escuchar la ducha, así que no dude en
abrir la puerta para unirme a él… Sin embargo, por mucho que hubiera querido,
no habría cabido con él y las dos chicas morenas que le acompañaban divertidas.
Fue tal mi asombro de pillarle, no sólo con una, sino con dos chicas, que me
quedé en la puerta como una estatua durante casi un minutos, sin que ninguno de
los tres de diera cuenta…
No
estaban teniendo sexo… pero se tocaban como si ya fueran amantes… no fue hasta
que a una de las chicas se le cayó el bote de gel que pegó un grito al
encontrarme ahí parada en la puerta. En ese momento, reaccioné y una ira que
creía inexistente salió de lo más profundo de mi corazón.
-
¡KELLY! ¿QUÉ HACES AQUÍ? – Chilló Lance, saliendo a trompicones de la ducha y
tapando estúpidamente a las otras dos… como si aún no las hubiera visto.
-
¡PÚDRETE EN EL INFIERNO LANCE! – Le grité, saliendo rápidamente de allí. Cogí las
películas y los donuts que pensaba zamparme yo sola y tiré mi llave del piso a
en algún lugar del salón. Lance, con una toalla torpemente enroscada en su
cintura salió del baño con urgencia.
-
Por favor Kelly, sólo son unas ami… - A medio camino de encontrarse conmigo en
la puerta, Lance se resbaló y se quedó espatarrado en el suelo, completamente
desnudo, apoyando todo su peso en un brazo mal colocado. - ¡JODER!
-
Espero que te duela… - Le solté, antes de salir por la puerta, y dejársela abierta,
para que un par de señoras mayores que pasaban por allí, pudieran disfrutar
también del espectáculo.
Ya
en el ascensor, mis lágrimas comenzaron a salir descontroladas. Con furia,
guardé las películas en mi bolso y saqué de la caja uno de los donuts de
frambuesa, gimiendo al sentir el dulces del azúcar glas y la mermelada en mi
boca… Dios Bendiga al Dunkin Donuts…
Estaba
llegando a la estación de Penn y terminando mi segundo donut con cubierta de
chocolate, cuando volví a ponerme a llorar como una estúpida, atrayendo la
atención de los transeúntes. Aquí fue
donde lo conocí… ¡Ya basta!
Cogí
el móvil con la intención de llamar a mi hermana, cuando cambié de idea en el
último momento.
- ¿Diga?
– Respondió una voz con personalidad al otro lado del teléfono. Aun llorando, sonreí
ante su actitud a pesar de la hora.
-
¿Katherine? Oye… no me encuentro muy bien… yo… - No podía para de llorar. Había
llamado a casi una completa desconocida para que me diera consuelo…
-
¿Kelly? ¿Qué te ocurre? ¿Te ha pasado algo? – Sonaba tan preocupada que mi
corazón aleteó sin remedio… Jesús… ¿Por
qué eres tan buena?
-
No… sí… es que… iba a encontrarme con Lance esta noche… le quería dar una
sorpresa ya que hoy no habíamos peleado y… él… estaba… Dios… He sido tan
estúpida… - Dije entrecortadamente.
-
Muy bien Kelly, tranquila… ¿Por qué no te vienes esta noche a mí apartamento?
Mis compañeras de piso y yo hacemos una pequeña fiesta de pijamas… ya sabes,
mucha comida basura, mucho alcohol… creo que deberías venir… quédate a dormir…
hay sitio de sobra… - No me hacía mucha gracia ir a una fiesta con
desconocidos, pero comida basura, alcohol y Kate era lo que necesitaba en este
momento…
-
Claro… estaría bien.
-
Perfecto. Te esperamos en el 523 Oeste de la calle 55, 6ºC. Y Kelly, no te
preocupes… él no te merece. – Nos despedimos y pedí un taxi que me acercara a
mi apartamento en el Soho antes de
ir. Una vez que cogí algo de ropa y la botella de whisky que guardaba para
emergencias como esta, volví a bajar al taxi y me dirigí a Hell’s Kitchen. Esta
noche pienso beber y comer hasta olvidar…
Hay Dios mio esa pijamada va estar que arde, como para alquilar balcón... Y mañana que no hay capitulo :(
ResponderEliminarHas regresado con toda bella, un saludo y no nos hagas dar un paro cardíaco porfisss.
Luisa V.
Muajaja... ahora me vendrían bien esos emoticonos de demonios... xD Que noo... tranquilas, que os haré disfrutar ^^
Eliminarpor fis por fis no nos hagas esperar mucho n.n me fascinan tus historias
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