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miércoles, 22 de julio de 2015

Oculta Entre Las Sombras - Epílogo I

EPÍLOGO I



(1 año y 10 meses más tarde)

(ALEXIA)

El conservatorio estaba inusitadamente vacío el sábado por la mañana, haciendo que las notas del piano retumbaran en solitario por todo el auditorio. Perfecto… Por fin había terminado mi primera pieza para piano. Le estaba dando los últimos retoques al borrador de la partitura cuando escuché que alguien entraba por uno de los vomitorios de la sala.


- ¿Pero se puede saber qué demonios haces aquí? – Al levantar la vista, vi a Ira con un vestido marfil, a la altura de los muslos, y un sombrero cloché de paja. Era un look demasiado clásico para lo que solía llevar así que me quedé de piedra mientras se dirigía hacia mí, con unos altos tacones de charol en crema. - ¿Qué haces? ¡Mueve tu maldito culo… vas a llegar tarde! - ¿Tarde? ¿Qué…? Miré mi reloj de pulsera y vi que era las doce menos cuarto.

- ¡MIERDA! – Cogí la partitura y salí corriendo hacia la puerta abierta con Ira pisándome los talones todo lo rápido que podía. De camino a la salida, me paré en el despacho de mi profesor encargado, donde había dejado mi ropa tendida en una silla y salí literalmente volando por las escaleras de entrada del conservatorio. Justo en frente del Albert Royal Hall estaba David, arreglándose el pañuelo y la corbata de color crema. Van a juego… qué monos… Ira, ya dentro del coche esperando fuera de la calzada, instó a David a entrar en el coche, en el que rápidamente me subí por la parte de atrás. – ¡Corre arranca!

- Voy, voy… demonios, yo no soy quién llega tarde… - Dijo David, pisando el acelerador. – Demonios, Kensington Road está cortado por obras…

- Sal por Carriage hasta Hyde Park Corner… Si cortamos por Constitution Hill llegaremos antes a Birdcage Walk… - Dije con la voz ahogada, mientras me metía la camisa. – Y no mires atrás.

- De eso ya me ocupo yo. – Dijo Ira, mirando directamente a David. Diez minutos más tarde, dos derrapes y casi una multa después, llegamos Westminster Abbey y bajé del coche rápidamente, con el traje algo ladeado y la partitura arrugada en mi mano. A mis espaldas, escuché a Ira y David discutir algo sobre multas, hasta que David apareció corriendo a mi lado, y ambos entramos por la puerta lateral de la iglesia.

Nada más entrar, un hombre alto y robusto me agarró de la chaqueta a una velocidad casi pasmosa para su edad y me metió en una pequeña habitación cercana a la puerta. El ruido de los invitados fuera se ahogó rápidamente con el fuerte sonido de su voz.

- ¡Irresponsable, irrespetuosa, impuntual…! – Iba diciendo, mientras me colocaba el traje correctamente con movimientos bruscos y nada pudorosos. Desde que nos conocimos, El viejo Kensington siempre me trató más como a un hombre que como a una mujer, en el buen y en el mal sentido… supongo que así lo llevaba mejor. – Y esos pelos… ¡Emma! – Al instante, una nerviosa señora Kensington entró en la habitación, y al verme su sonrisa fue tan grande que iluminó la habitación.

- ¡Querida! Ya pensábamos que no venías… - Dijo aun con su sonrisa, pero con la mirada afilada… Genial… tiene que estar histérica… Menudo día me espera… - Anda, ven que voy a arreglar ese maravilloso pelo que tienes… y tienes suerte de tener esa piel… si no tardaríamos horas en maquillarte. – Hábilmente, Emma me recogió el cabello en una trenza semi-recogida a un lado con algunas hebras sueltas. – Lista. Hala fuera… que ya empieza… - De nuevo, William me arrastró fuera de la habitación y, discretamente, nos dirigimos por el lateral de la nave central, hasta el presbiterio, donde nos esperaban David e Ira. Ira, al verme de nuevo, suspiró ruidosamente y levantó la mano en un amago, antes de situarme enfrente de los invitados.

La música comenzó.



La puerta al fondo de la sala se abrió, dando paso a un par de niños pequeños que no sabía de donde habían salido, tirando pétalos blancos al suelo. Varias personas más cruzaron esa puerta, pero sólo una hizo que mi corazón se hinchara en mi pecho.

De la mano de un orgulloso Will, iba la mujer más preciosa y elegante que jamás hubierais visto. Con un precioso vestido de otomán en color natural con la espalda y el escote cerrado de tul bordado en pedrería… un precioso Delfos para mi bailarina…

Su precioso pelo castaño recogido a la perfección, con algunos pequeños diamantes decorándolo, a juego con el vestido, hacían resaltar sus preciosos y claros ojos verdes… que no se apartaron de mí ni un solo instante. Estaba tan absorta en ella, que Will tuvo que carraspear disimuladamente, antes de ofrecerme su mano, para que ambas nos pudiéramos dirigir juntas al altar.

Al sentir sus dedos suaves y finos sobre mi mano, sentí un cálido escalofrío recorrerme por entero. Sé que ella lo notó, porque me apretó la mano un instante, dándome a entender que también me había echado de menos…
Llevábamos un mes sin vernos por una dichosa tradición familiar que el señor Kensington no nos permitió saltar. ¿Por qué no la noche anterior como todo el mundo? ¿Por qué sufrir todo un mes sin verse? Pues al parecer, es la prueba de fuego para los Kensington, ya que al ser una familia de gran carácter e impulsos fuertes, tenían como tradición aguardar un mes entero, después de que un antepasado se casara más de 4 veces arruinando por completo a la familia… Maldito seas George Benjamin Kensington por hacerme esperar todo un mes…

- Nos sentimos muy honrados de celebrar en este maravilloso lugar histórico este acto tan importante para ustedes y del que esperamos puedan llevarse un recuerdo inolvidable… - Comenzó Juez tras dar la bienvenida a los invitados y familiares… - Vamos a proceder a la celebración del matrimonio civil entre Elizabeth Juliet Kensington y Alexia Katrín Buckley…

- Estas preciosa… - Susurré sobre la contundente voz del Juez de Paz, después de que nos mandara sentarnos.

- Has llegado tarde… - Dijo con voz dulce y algo molesta.

- Cuando te vi entrar por esa puerta me volví a enamorar de nuevo… - Le dije, girando mi cabeza y viendo su precioso perfil.

- Que me digas esas cosas no me va a hacer olvidar que has llegado tarde… - Soltó, con una pequeña sonrisa queriendo escaparse de la comisura de sus labios.

- Y por mucho que me apetezca formalizarlo me escaparía ahora mismo contigo, si así puedo tenerte a solas entre mis brazos… - Elizabeth cerró los ojos y suspiró nerviosa.

- No me tientes Alexia… si hacemos eso mi abuelo te perseguirá con un rifle de caza por toda Inglaterra. – El juez cada vez hablaba más alto, dando a entender que este no era un momento para hablar.

- Por ti creo que podría llegar a escocia… Te amo… - Le susurré al oído, ganándome una mirada asesina del Juez. Aun así, el escalofrío que recorrió a Elizabeth valió la pena.

- Yo también te amo…

- Pónganse de pie las contrayentes… - Elizabeth y yo nos levantamos con las manos entrelazadas. - Así pues, ya que vienen libremente a contraer matrimonio y es su decisión amarse y mantenerse unidas conforme a la Ley, unan sus manos y manifiesten su consentimiento ante la Ley y sus testigos… Elizabeth Juliet Kensington, ¿Consiente en contraer matrimonio con Alexia Katrín Buckley?

- Sí, consiento. – Dijo Elizabeth, con voz clara y llena de emoción.

- Alexia Katrín Buckley, ¿Consiente en contraer matrimonio con Elizabeth Juliet Kensington?

- Sí, consiento. – Dije, resistiéndome con todas mis fuerzas para no besarla en ese mismo instante.

- En virtud de la autoridad que me confiere la Ley, yo las declaro unidas en matrimonio. – Ira y David, nos acercaron a ambas los anillos y, sin dejar de mirarnos, nos los pusimos mutuamente pronunciando juntas;

- Recibe esta Alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti…


Y al fin, sus labios y los míos se encontraron, sellando nuestras vidas y uniéndolas para siempre…


***

(ELIZABETH)

Estábamos sentadas en la mesa principal, terminándonos el maravilloso hojaldre de chocolate blanco y fresas frescas, cuando Alexia me pidió que la acompañara.

6 horas antes, había estado a punto de echarme a llorar al ver que no aparecía por ninguna parte… millones de ideas absurdas invadieron mi cabeza al pensar que tal vez se había arrepentido. Ya que ciertamente habíamos casi sido forzadas a casarnos ahora. Si Alexia hubiera sido un hombre se habrían pensado que me había dejado embarazada…

Pero al fin apareció, corriendo como una loca con el esmoquin puesto casi del revés. Al verla desde la ventana de la iglesia tuve que contenerme para no llorar del alivio, y me reí de mí misma por pensar que ella pudiera dejarme plantada en el altar…

Fue ella la que me lo propuso, al fin de cuentas…

Llegamos al centro de la pista de baila y las luces a nuestro alrededor se apagaron.

- Siento mucho haber llegado tarde… pero necesitaba terminar una cosa. – Me dijo, agarrándome con delicadeza por la cintura y estrechándome suavemente entre sus brazos. – Espero que te guste mi regalo de bodas…

Entonces, un piano rompió el silencio en el que nos encontrábamos abarcando mis oídos con una melodía dulce y hermosa, al mismo tiempo que Alexia y yo nos mecíamos tranquilamente, sin dejar de mirarnos. Poco a poco, la pieza fue cambiando, como narrando una historia… Al principio dulce, después melancólica…luego se fue tornando más vigorosa y tempestuosa, para finalizar de nuevo en una melodía dulce y alegre… con cada cambio, Alexia me guiaba y juntas bailábamos sin perder el ritmo, como buena pareja de baile. Durante todo ese tiempo, recordé todos y cada uno de los momentos que viví con ella.

La primera vez que la vi… mis intentos frustrados de llamar su atención… el dolor de verla amar a otra persona… la sensación de tenerla junto a mí… nuestro baile juntas… la vez que casi la perdí y el momento en el que la recuperé…

- Oh Dios… es… - Comencé a decir, con lágrimas en los ojos.

- Sí… somos nosotras. He tardado bastante pero necesitaba plasmarlo de alguna manera… ¿Te gusta?

- Me encanta. – Le dije, mientras besaba mis lágrimas. – es preciosa.

- Pues es toda tuya, mi amor. Es mi regalo para ti. – Se inclinó hacia mí, y me beso con ese cariño que me dejaba sin sentido, dejando mi peso por completo sobre sus brazos. – Te amo, Elizabeth.

- Yo también te amo… con todo mi corazón. – Dije sobre sus labios, una vez acabó la canción y siendo rodeadas de cientos de aplausos y vítores. – Pero me temo que mi regalo de bodas no es tan dulce… - Dije, con una pícara sonrisa.

- Dudo que haya algo que tú me des que no sea dulce…

- Créeme… lo que nos espera en nuestra habitación sería censurado en muchos países… - Vi como los ojos de Alexia se oscurecían de excitación.

- ¿Crees que los invitados se molestarán mucho si desaparecemos antes de tiempo? – Preguntó, con la voz ronca y grave, haciendo que el encaje blanco bajo el vestido se humedeciera de inmediato.

- ¿Quién sabe? ¿Lo comprobamos? – Le dije, mordiéndole ligeramente la oreja antes de apartarme de ella y dirigirme a la parte de atrás de la sala. En menos de cinco segundos, Alexia me seguía con muy poco disimulo, y lo último que oí antes de que Alexia y yo desapareciéramos del salón de celebraciones, fue el grito ebrio de Ira diciendo;

- ¡Novias a la fuga!

Bueno… una podrá decidir cuándo finalizar el día de su boda… ¿No?


Al fin y al cabo, es la noche de bodas la que llevo un mes esperando…

9 comentarios:

  1. Ufff que capitulo, esperaba leer la noche de bodas, como nos dejas bella jejejeje.
    Gracias por regalarnos estos capitulos extras .
    Un besote a la distancia
    Maria Rene

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    Respuestas
    1. Me estas pidiendo sexo? XD puede que algún día ponga hn especial de la noche de bodas :P

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  2. me lei la historia completa el dia de hoy, por mera coincidencia de verdad me quede con ganas de mas las historia elvuelve, atrapa y motiva a seguir leyendo , da ganas de mas muchisimo mas .... mis felicitaciones es demasiado buena la historia att . moreno mex :)

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    Respuestas
    1. Me alegro de que te haya gustado. . Aun quedan por lo menos dos especiales más.
      Moreno mex? Eres un chico? Si lo eres comenta lo que quieras, que siempre es bueno ver la perspectiva masculina ^^

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    2. jajajajaja quizas algun dia soy tomboy, en camino a trans pero poco a poco. solo es mi apellido y apodo respectivamente

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    3. Pues bienvenid@ seas,
      Es un placer que te hayan gustado las historias :)

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  3. ayyy Bella me encanto y decis que hay 2 especiales mas mmm dios quiero maaaas me atrapo la historia,me quedo siempre sin dormir mi siesta para leer cada capitulo y ahora qe hare!!!
    gracias por siempre atraparnos con historias como estas segui asi Bella!!!
    besos y abrazos de Argentina
    Lourdes Avalos

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  4. Me encanto y me reí mucho y si creo q queremos la noche de bodas desenfrenada .
    Y porfavor q no se escape de la cárcel el abogado, q tienes una mente muy retorcida para hacernos sufrir. :)

    Besos
    M.S (galicia)

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  5. Embelesada es poco!! Hermosa historia, con dosis justa de suspenso, romance y una exquisitez narrativa que hace gozar de principio a fin. Me quedo a la espero de los capítulos prometidos.
    Saludos desde Argentina!

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