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viernes, 18 de marzo de 2016

Máscaras de Porcelana - Parte IV

PARTE IV


Nota: El próximo cap de Blog con V/Vlog con B lo subiré mañana desde el trabajo. Que no había ningún ordenador disponible y un chico muy amable me ha dejado usar el suyo unos minutos para editar esta entrada. Así que dadle las gracias David y disfrutad de esta entrada. Ahora me voy corriendo a clase que llego tarde!!! D:


Los labios de Rose se posaron sobre los míos sin que pudiera hacer nada para evitarlo… ¡Qué demonios! No quería evitarlo.

Fue un beso dulce, pero posesivo al mismo tiempo. Luché para evitar que mis piernas se doblaran cuando su cuerpo se pegó completamente al mío. Dios, la deseaba tanto. No había nada que quisiera más que hacer el amor con ella ahora mismo. Pero no podía… no podía…

Mañana me marcharía para no volver… ¿Y qué es peor? ¿Irse sin haberla probado nunca? ¿Dejando de lado la posibilidad de haber tenido un breve pero apasionado romance con ella? O, por el contrario, ¿vivir eternamente con el recuerdo de su cuerpo contra el mío? Estaba indecisa… la necesitaba, pero la quería demasiado como para poder sobrevivir sola después de esto…

Pero su piel, sus labios… me quemaban y me derretían… sabía que no tenía forma de evitar lo que iba a pasar, y sin embargo, a pesar de mi lucha interna, fue Rose la que se apartó con la respiración entrecortada y las pupilas dilatadas de necesidad.

- No… Espera…- Jadeó, a escasos centímetros de mis labios. Yo estaba tan ensimismadas con sus hinchados y voluptuosos labios que asentí a pesar de que mi boca volvió a unirse con la suya, arrancándole un gemido de placer tan grave que estuvo a punto de romper cualquier duda que me quedaba. Más tarde, me sentiría fatal por querer romper su ropa y violarla, ligeramente, en ese hotel, pero me aparté de ella el tiempo suficiente para que pudiera hablar. – Shawn… Espera…

- Espero… - Dije, casi automáticamente, aún anonadada. Dios… quería perderme tanto en eso labios…

- Yo… No quiero hacer esto ahora. – Soltó, jadeante, aunque sin apartar su cuerpo del mío. Yo, inevitablemente gruñí. Su cuerpo gritaba tantas cosas… calor, lujuria, necesidad, quería dárselo todo, pero sus ojos eran tan suplicante y necesitados que tuve que esperar, a pesar del grito silencioso de mi entrepierna. – Esto no está bien…

- No. No está bien… - Ni siquiera sabía lo que decía, me sentía como un robot automatizado. Espera… fue ella la que me besó…¿Verdad?

- Llévame contigo. – Su sentencia, porque fue así como me pareció, una sentencia, firme y unánime, borró por completo cualquier otro estado de mi cuerpo la excitación, el deseo, la necesidad… todos ellos fueron borrados de un soplo con esas palabras…

- ¿Qué? – Pregunté confusa. Intentando obviar sus manos acariciando mi cuello y sus caderas tan pegadas a las mías…

- No quiero hacer esto así… quiero irme contigo… A donde sea que vayas. No me importa. Sólo quiero estar contigo… - Más confusa que antes, la aparté de mí con cuidado, para poder pensar con claridad.

- ¿Por qué? – Pregunté casi estúpidamente. – Rose… Soy una asesina. No existe ningún futuro conmigo…

- ¡Claro que lo hay! Sé que nada es seguro… sé que algún día pueda que estés en una situación de vida o muerte… pero no quiero estar aquí pensando en que podrías estar muerta… ¡Sencillamente no quiero! – Rose me cogió la cara con cuidado y me miró de una forma que me hizo querer apartar la mirada, pero no podía. – Shawn… sé que es precipitado… y algo extraño… pero quiero estar contigo… quiero intentarlo… Sólo quiero… sólo te quiero a ti… - Si poder evitarlo, mis ojos se abrieron. Indecisos y asustados. Rose quería… ¿Estar conmigo? Pero… ¿Por qué? ¡Yo era escoria! Era una asesina… una puta mercenario que cobraba por matar a otras personas… ¿Por qué una mujer como ella quería estar con algún cómo yo?

- Rose… eso no tiene sentido. ¡Soy una asesina! – Por toda respuesta, Rose acarició mi mejilla con ternura.

- Y yo… como tú bien dijiste antes, no hay mucho que me diferencie de una prostituta... – Rose tomó aire, aparentemente incómoda. – Sé que lo que he hecho, consciente o no, puede llegar a molestarte… Pero yo te prometo, Shawn, que nadie volverá a tomarme… Nadie volverá a tocarme de esa manera… Si tú… Si tú decides que yo merezco, al menos, formar parte de tu vida…

- Rose…

- Por favor… Yo quiero… Necesito que me des una oportunidad… - Alejándome de ella, comencé a pasear por la habitación, nerviosa.

No. Esto no estaba bien. ¡Sencillamente no lo estaba! ¿Por qué me pedía esto? ¿Por qué quería estar con alguien como yo?

Pacientemente. Rose me miraba desde la ventana esperando a que dijera algo. ¡Cualquier cosa! Pero sentía mi garganta completamente cerrada. Tenía ganas de vomitar… La falta de aire me quemaba los pulmones… ¡Estaba completamente ida!

- ¡¿Es que no lo entiendes?! – Grité. - ¡No hay ningún futuro a mi lado! ¡Pueden matarte!... ¡Puedo matarte!

- No me importa…

- ¡Pero a mí sí me importa! – Dije exasperada. – No podría estar tranquila sabiendo que podrían hacerte daño por mi culpa… ¡Que yo podría hacerte daño simplemente por celos o porque ya no quieras estar conmigo!

- No me harás daño… - Dijo dulcemente, acercándose a mí. Pero yo me aparté.

-¡No! ¡Sí que lo haré! ¿Y si en unos meses dejas de querer estar conmigo? ¡O peor! ¿Y si conoces a otra persona? Una persona que pueda darte una vida normal… ¿Crees de verdad que no se me cruzaran los cables? ¿Qué dejaré que me abandones por otra persona sin hacerte daño o romperle todos los huesos a ese bastardo?

- ¡Sí que lo sé! – Exclamó furiosa – Sé que podrías hacer todo eso… ¿Pero sabes qué? ¡No me importa! ¿Y sabes por qué Shawn? ¡Porque confío en ti! – Una mueca incrédula se formó en mis labios.

- ¡Apenas me conoces!

- ¡Quiero hacerlo! Si tú me dejaras… - Mientras gruñía en silencio con mis manos tapándome la cara, noté que Rose se acercó aún más a mí, casi con timidez… - Shawn, por favor… déjame estar contigo… - Noté la mano temblorosa de Rose posarse en mi hombro. Al apartar mis manos, vi unos intensos ojos azules mirarme casi con desesperación. – Sé que nada es seguro… Sé que ninguna de las dos sabe qué pasará en el futuro. Si saldrá bien o no, pero… ¿No son así todas las relaciones? Yo quiero intentarlo…

- Rose…

- La decisión es tuya, Shawn.

***

El sonido del mar y la leve pero constante brisa marina me tenían aletargada. Estaba a punto de quedarme dormida sobre la hamaca cuando escuché los pasos de alguien acercarse por las dunas a mi espalda.

- Di-disculpe… - Usando la mano como sombrilla, me erguí un poco y contemplé a un nervioso muchacho moreno muy cerca de donde estaba tumbada. - ¿Es… es tú? – El pequeño nativo mostró ruborizado una vieja revista para adultos. Bastante usada, al parecer. Algo incómoda, asentí ante mi propia imagen tomada varios años atrás, en mi debut en un mundo ya olvidado. - ¡Ohhh! ¿Puedes…? – El chico hizo un gesto en el aire antes de tenderme un bolígrafo… Suspiré resignada mientras cogía con cuidado la revista y la firmaba rápidamente, intentando no tocarla demasiado. Feliz, el chico sacó un móvil de última generación y se cocó más cerca de mí para hacerse una foto conmigo. Estaba a punto de negarme cuando un fuerte gruñido a nuestras espaldas hizo saltar al muchacho lejos de mí.

- ¿Cuántos años tienes? – La oscura figura a nuestra espalda se acercó amenazante al muchacho que tragó con fuerza, nervioso.

- Di-di-di… - El joven, tembloroso, no era capaz de terminar una palabra.

- ¡Cuántos! – Gritó de nuevo.

- Di-diecisiete… Se-señora. – Los ojos verdes de Shawn se desviaron momentáneamente a los pantalones del chico.

- No sabes la suerte que tienes, cabronazo… - Antes de que el muchacho pudiera hacer nada, Shawn le golpeó con fuerza en el pequeño bulto que tenía en los pantalones. El chico, asombrado y dolorido, gimió y se dobló por la mitad. - ¡Largo! – Gruñó, mientras veía al muchacho marcharse lloriqueando. Yo, mientras tanto, no sabía si reírme a llorar por la expresión fruncida de Shawn cuando llegó a mi lado y se colocó detrás de mí, abrazándome con posesividad. – Me marchó un par de semanas y cuando vuelvo te encuentro ligando con menores… - Le di un golpecito de manera juguetona en una de las piernas que me rodeaban desde atrás. – Te he echado de menos… - Shawn me dio un beso húmedo y cálido en la clavícula que me erizó la piel…

- Yo también te he echado de menos, cariño. – Dejé que Shawn me abrazara sin mostrar la preocupación que me había estado reconcomiendo las últimas dos semanas… Se suponía que Shawn estaría fuera un par de días, y cuando no supe nada de ella, tuve que luchar con todos mis demonios para no pensar en lo peor.

- Siento haberte preocupado… - Las palabras suaves de Shawn en mi oído derrumbaron por completo todas mis barreras. Girándome en redondo, casi tirándonos a ambas por el brusco movimiento, me abracé con fuerza a su cuello y me puse a llorar como una niña pequeña. – Shh… lo sé mi amor, lo sé…

- Pensé… pensé… - Shawn me abrazó con fuerza mientras me dejaba desahogarme. Notaba los pequeños besos que me dejaba en la parte superior de la cabeza y las caricias firmes y dulces en mi espalda desnuda.

- Se acabó cariño… No volveré a irme nunca más… - Confusa, me aparté un poco y la miré.

- ¿A qué te refieres?

- Lo he dejado cariño… No más viajes de negocios, no más secretos, no más preocupaciones… Se acabó… - Shawn me limpió con delicadeza las lágrimas mientras sonreía de manera tranquila.

- Pero… Me dijiste que nunca podrías dejarlo… Que sólo terminaría si…

- Moría. – Terminó por mí. – Bueno… digamos que la semana pasada mi último encargo salió mal y acabé calcinada en un almacén de Wisconsin… Mis contactos creen que he muerto y la organización ya ha contratado a otro para que se encargue de mi estropicio…

- ¿Entonces…? – Sonreí, con une las sonrisas más bobas y risueñas de mi vida.

- Entonces… Tú y yo podremos comenzar a vivir como otra aburrida y común pareja de nuestra época. Tendremos que encontrar un trabajo mal pagado, intentar no acumular demasiadas facturas y pelearnos con el casero cuando la calefacción se vuelva a estropear… No será ni mucho menos tan glamuroso como a lo que estamos acostumbradas pero al menos…

- ¡Seremos libres! – Exclamé, besándola con todo el alivio y la alegría que sentía. Al separarnos, la expresión de Shawn era tan calmada que casi vuelvo a llorar.

- Feliz aniversario, cariño. – Arrugué mi nariz, divertida.

- Nuestro aniversario fue ayer…

- ¡Maldito año bisiesto! – Exclamó, aunque sin un ápice de molestia en su voz.

- Eres todo un caso…Pero sí. Feliz aniversario, mi amor. – Volví a besarla con todo el amor y cariño que los últimos años habíamos consagrado. Aún no me podía creer que lleváramos 4 años juntas… 4 años complicados y difíciles, pero que ambas habíamos sabido superar a pesar de las circunstancias… eufórica, decidí vengarme un poco de Shawn por tenerme preocupada tanto tiempo. – ¡Es tan maravilloso! Deberíamos buscar un sitio con buenos colegios… No quiero que los niños se críen en un mal ambiente…

- ¿Espera…qué? – Preguntó, confusa.

- Oh, es verdad. No te preocupes cariño… Lo primero, por supuesto, es buscar un lugar bonito para casarnos… Esta playa es preciosa, ¿No te parece? Y tú estarías tan guapa de blanco…

- Blanco… ahh… - A Shawn le estaba empezando a dar un ataque de pánico. – Casarnos… sí… yo… humm… - Divertida, besé a Shawn para tranquilizarla.

- Tranquila cariño, yo no… - De repente, sentí algo frío deslizarse por mi dedo anular izquierdo. Al mirar, vi a Shawn deslizar un sencillo anillo plateado en mi dedo. Casi en shock, llevé mi mano derecha a mi boca, intentando evitar comenzar a llorar de nuevo.

- Sabes que no se me da muy bien este tipo de cosas… Pero yo… Yo quiero dártelo todo… Y si tú quieres una… una boda en la playa y un millón de hijos correteando por ahí… seré feliz si eso es lo que te hace… - Con una fuerza mayor de la que me esperaba, me lancé contra ella tirándonos a ambas a la arena, mientras la cubría a besos por todas partes.

- Sólo te necesito a ti para ser feliz, ¿Me oyes? No necesito un anillo para recordármelo… - Asombrada y con el pelo cubierto de arena, Shawn me miró con una suave sonrisa en sus labios.

- ¿Eso es un sí? – Absoluta y completamente enamorada de la mujer que tenía debajo de mí, me asegure de que no hubiera nadie en los alrededores antes de desatarme la parte de arriba del bikini.

- Creo que conocerás mi respuesta en unos minutos…


Efectivamente, unos minutos más tarde Shawn conoció mi respuesta en el tono más íntimo y romántico que conocía. Y no quedó ninguna duda de que ese, era precisamente el lugar en el que quería estar, y con la persona que desde hacía años, se había convertido y mi razón de ser y la responsable de una vida que deseaba comenzar a vivir… siempre a su lado.

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