PARTE
VII
1/1/16
(00:55h)
(MELINDA)
- ¿Señora Hillis? –
Pregunté tímidamente, acercándome a la viuda de Frank. Casi al instante, Junior
apareció a su lado y me miró de forma amenazante.
- ¿Qué demonios quieres
Ross? ¿No ves que mi madre y yo estamos de duelo? ¡No nos molestes! – Gruñó,
enfadado. Su prometida, una rubia delgada y con expresión fiera lo agarró del
brazo, calmándolo un poco.
- Lo siento, pero tengo
que hacerle unas preguntas a la señora Hillis sobre Frank…
- ¿y quién te da
derecho para hacerlo? ¡Ya tenemos bastante con que mi padre nos haya dejado tan
repentinamente! – Dijo, alzando tanto él como su prometida la barbilla hacia
arriba, de manera despectiva.
- Con el derecho que le
concede el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, señor Hillis. – Dijo
entonces, Jackie, apareciendo a mi lado. Le sonreí tímidamente en respuesta.
- ¿El Departamento de
Justicia? ¡Nosotros somos el Departamento de Justicia! El hombre que ve ahí
tirado era el jefe del Departamento de Justica de Filadelfia. – Gruñó Junior,
señalando a su padre, ahora cubierto parcialmente con uno de los manteles de la
sala.
- Disculpe, me
explicaré mejor. – Dijo Jackie, con una sonrisa burlona. – La señorita Ross
está actuando en nombre de la Oficina Federal de Investigación Criminal de los
Estados Unidos. O FBI, si lo prefiere. – Tanto Junior como su prometida miraron
fruncidamente a Jackie.
- ¿En serio? ¿Y quién
se supone que le da esa autoridad? ¿Usted? – Dijo Patricia desdeñosamente.
Junior se tensó a su lado.
- Creía que la amiga de
Mindy era sólo una poli. – Soltó Junior, mirando hacia donde estaba Logan. Siempre
que Junior me llamaba así mis pelos se ponían de punta al recordar a Phil y su
insistencia. Odiaba ese maldito apodo.
- Si se refiere a su
esposa. Sí. La Agente Especial Patterson fue inspectora de policía, al igual
que yo. Sin embargo, ahora trabaja para la Administración Para el Control de
Drogas, que, mire por donde, también es una agencia del Departamento de
Justicia.
- ¿Y usted es?
- Agente Especial Wild,
del FBI. Hasta que las autoridades locales sean capaces de llegar hasta aquí,
yo y mis compañeras tenemos que hacernos cargo de lo sucedido. Aquí la señorita
Ross se ha ofrecido amablemente a ayudarnos a recopilar toda la información que
pudiera sobre el difunto. Pensamos que una mano menos… autoritaria, sería lo
más adecuado para tratar con la Señora Hillis después de lo sucedido. ¿No cree?
- Sí. Sí, por supuesto.
Es sólo que mi madre está muy alterada por lo sucedido y no quiero que nadie le
cause más pesar. – La expresión de Junior se relajó un poco, aunque aún se le
veía molesto.
- Bien. ¿Entonces no le
importará que le haga unas preguntas? – Le preguntó Jackie a Junior. – Así la
señorita Ross podrá hablar con más tranquilidad con la señora Hillis sobre el
historial clínico de su padre.
- Está bien. Acompáñeme
al bar. Necesito una copa. – Junior y su prometida se marcharon hacia la barra.
Jackie, antes de marcharse con ellos, me dedico un rápido guiño y se marchó. Suspirando
con pesadez, me dirigí de nuevo a la viuda de Frank, que parecía ajena a todos
los que la rodeaban, mirando al cuerpo tumbado de Frank en la sala.
- ¿Señora Hillis? –
Volví a preguntar, sin obtener respuesta. Alcé mi mano para tocarla, pero me dio
pavor, así que busqué en mi mente el nombre de esta mujer. – Humm… ¿Sarah? –
Despacio, lo ojos de la mujer se encontraron con los míos. Me sorprendí al
encontrar furia en ellos.
- ¿Qué quiere? – Dios, menuda sangre. Y yo que creía que era
Rachel la que mordía.
- emm… Soy Melinda
Ross. He estado trabajando con Frank desde hace más de un año y… - Los ojos de
Sarah llamearon.
- ¿Con que sí eh? Me
alegra conocer por fin a la nueva putita de Frank. Y ahora, apártate de mi
vista si no quieres que te demande. – Casi me escupió, volviéndome la espalda. Yo
estaba de piedra. ¿La putita de Frank? ¡Será mala pécora!
- Disculpe. Sé que debe
estar muy dolida por la muerte de Frank, pero esa no es forma de hablarle a
alguien a quién ni siquiera conoce. – Dije, con los dientes apretados.
- ¿Y a mí qué? Mi
marido ha muerto y una buscona viene a hablar conmigo cuando el cuerpo de mi
marido aun está caliente. – Soltó, furiosa. – Dígame, ¿Cuánto quiere? ¿Diez? ¿Veinte?
Ya estoy bastante acostumbrada a escoria como tú. ¡Pero si crees que sacarás
algo más estás muy equivocada!
- ¿Qué? Insinúa que ya
le había pedido dinero antes por ¿qué? ¿Chantaje? – Sarah arqueó un ceja,
acentuando sus arrugas, casi imperceptibles a pesar de que debería rondar cerca
de los sesenta.
- ¿Sorprendida de no
ser la única sanguijuela del estanque?
- ¿Qué? ¡No! – Dije rápidamente.
– Por favor, deje de insinuar eso. Yo sólo era la ayudante de su marido y Frank
siempre fue muy respetuoso conmigo. Estoy aquí para saber si sufría de algún tipo
de dolencia cardíaca para informar a mis acompañantes, que se están haciendo
cargo de lo sucedido.
- ¿Sus acompañantes? –
Preguntó Sarah, confusa. - ¿Y por qué tendrían ellas que ocuparse de nada? A mi
marido le ha dado un ataque. Punto y final.
- Bueno, ellas son
agentes federales y sólo están intentando dejarlo todo atado para cuando llegue
la policía del condado. Recuerdo que Frank comía muy bien siempre y cada vez
que podía salía a dar un paseo por la manzana. Nunca mencionó que tuviera
ningún problema médico por eso pensamos en preguntarle a usted. ¿Sabe si sufría
alguna dolencia?
- ¿Y yo qué sé? Apenas
veía a mi marido y él nunca me comentó nada. Sólo sé que seguía una dieta muy
estricta porque siempre tuvo el colesterol alto, pero anda más. – Sarah me miró
de reojo, cruzando los brazos. – Ya sé quién eres. Mi hijo me ha hablado de ti…
eres la lesbiana que trabajaba para Frank. – Intentando parecer calmada, le
respondí.
- Estoy casada con una
mujer, si es a eso a lo que se refiere.
- Por lo tanto, eres
lesbiana. – ¡Dios! Levaba sólo unos
minutos con ella y ya quería estrangularla. ¿Cómo explicarle a esta mujer que
no me considero nada? ¿Que sólo amo a Logan y punto? En fin…
- Sí, supongo que sí. –
Masculle entre dientes.
- A mi hijo le
pareciste un buen partido. Creo recordar que tu familia estaba en política,
pero obviamente Patricia era mucho mejor partido.
- Ya estaba casada con
Logan cuando entré en el bufete.
- ¿Y? Hoy en día la
gente se divorcia por nada, a veces sin pensar en el dinero, pero lo normal es
que sea por él. Y si un hombre adinerado se presenta en tu puerta, si eres
lista abrirás la puerta…
- ¿Usted y Frank tenían
un matrimonio feliz? – Girándose bruscamente. Sarah me miró con los ojos como
platos.
- ¿Cómo se atreve? ¡Por
supuesto que sí!
- Sólo lo preguntaba
porque dijo que no se veían mucho… - Y
porque hablando de divorcio se le notaba que estaba pensando en algo…
- ¡Mi marido y yo éramos
muy felices! ¡Llevamos casi treinta años casados, por el amor del cielo! El se
pasa el día en el bufete y yo tengo también mis propios deberes. – Ya, ir al club de campo y jugar al bridge, ¿a
que sí?
- Lo lamento, sólo
pretendo conocer un poco mejor la situación de Frank. Conozco como era en el
trabajo, pero a penas sé nada de su vida. Siempre fue muy privado con eso. –
Sarah bufó, agitando su mano.
- Si quieres saber algo
más sobre su vida privada te has confundido de persona, ricura. Yo que tu probaría
con su hermano. Quedaba con él casi todas las semanas para tomar algo, o al
menos, eso es lo que Frank decía. Pero yo que tú hablaría con su secretaría. Esa
mujer siempre fue una buscavidas.
- ¿Se refiere a Winnie?
- Por supuesto que sí. Esa
mujer siempre ha estado bajo la sombra de mi marido todos estos años. A saber
que tenían esos dos. Pero no soy ciega. Es obvio que esa mujer iba tras mi
marido. Frank siempre lo ha negado pero yo no le creía…sigo sin creerlo.
- Bueno. Gracias por decírmelo.
Se lo comunicaré a mis compañeras ahora mismo, aunque creo que ya están
hablando con ella… - Dije, observando a Amelia hablar con Winnie y Enora.
- Bien. Es lo justo.
- Mencionó que Frank
quedaba todas las semanas con su hermano. No sabía que tenía uno… ¿Podría darme
su nombre para que mis amigas puedan encontrarlo? – Confundida, Sarah miró por
encima de mi hombro.
- Tus amigas, las
federales… una de ellas fue la que intentó salvar a mi marido, ¿No?
- Sí. Cameron. ¿Por qué?
- Porque ella y otra
chica están hablando ahora mismo con el hermano de Frank. – Rápidamente, me
giré y miré a donde la señora Hillis me señalaba. Efectivamente, allí estaban
Cameron y Annie hablando con Roger, que parecía muy nervioso.
- Pero si ese es sólo
Roger. – Dije extrañada. Sarah bufó.
- Bueno, pues “sólo” Roger
es el hermano de Frank… su hermanastro más bien. ¿Si no por qué crees que iba a
aguantar a ese repugnante en el trabajo? – Sarah negó con la cabeza. – Cada vez
que venía a casa para un cena siempre evitaba quedarme a solas con él… mira de
una manera… no sé. No me daba buena espina. Ni cuando era joven ni ahora. ¡Ni siquiera
ha sido capaz de encontrar a una mujer! Tal vez sea como tú… quién sabe… -
Ignorando su último comentario, pensé en ello.
- Si eran hermanos, ¿Por
qué ninguno ha dicho nunca nada?
- Me temo que eso sólo
puedes preguntárselo a él. Que yo sepa todos lo sabían. Puede que tú no al
haber llegado hace poco, aunque tampoco es algo que ha Frank le gustaría que se
supiese. El padre de Frank abandonó a su madre cuando se enteró de que le había
puesto los cuernos con su propio hermano… por aquel entonces Fran solo era un
crío, pero por suerte su padre se lo llevó lejos de esa mujer…
- ¿Lo engañó con su
hermano? Vaya… eso tuvo que ser muy duro para él. – Sarah hizo una mueca de
desprecio, al parecer, una expresión que llevaba mucho.
- ¡Más que duro es
aberrante! Hacerlo con alguien de tu propia familia… ¡Es incesto!
- Espere… ¿dice que la
madre de Frank se acostó con su propio hermano? – Pregunté asombrada.
- Pues claro, ¿No me
oíste la primera vez? – Por un momento, Sarah pareció comprender. – Claro, lo
normal no es pensar que fue con “ese” hermano. Pues sí… por eso no me gusta
Roger. La gente así no sale bien. Tienen un toque dado, ¿Sabe a lo que me
refiero? – No respondí. No sabía que responder. – La madre de Frank siempre
dijo que la forzó, pero nadie la creyó. Al parecer, pasaba desde mucho antes de
que ella se casara con Ben. Este en cuanto lo supo pidió que le hicieran
pruebas a Frank, para comprobar que fuera hijo suyo… antes no era tan fácil,
pero por suerte la prueba fue bien y se lo llevó lejos de esa familia de
enfermos. Sin embargo, cuando Frank cumplió la mayoría de edad, se empeñó en
conocer a Roger y desde entonces ese bicho no se ha separado de él ni un
instante… al menos ahora que mi marido se ha ido no tendré que soportar la
presencia de ese engendro nuca más.
- Comprendo. –
Contesté, aturdida. – ahora debo irme, pero, por favor, si recuerda cualquier
otra cosa sobre el estado de Frank, no dude en decirse a alguna de mis
compañeras.
- Por supuesto.
Asombrada por mis
descubrimientos, me dirigí hacia Logan, que aún seguía hablando con Rachel y su
acompañante. Pensé en esperar a que terminaran pero tenía que contarle lo que
me había dicho Sarah inmediatamente. Estaba a tan sólo unos pasos de ellas cuando
escuché a Logan decir algo en un susurro fuerte y amenazante que me dejó de
piedra.
- Eres una
sadomasoquista. ¡Supéralo! - ¿Que qué?
Nota de la Autora: Ohh... el salseo comienza xD En fin, voy a intentar darle chispa a esto antes de que me estalle la cabeza y me olvide de quién es el asesino.. Porque de verdad, a veces me pongo malita con tantas cosas en la cabeza xD
Massssss de todo entre ellas, mas interacción!! ME encanta esta historia no la dejes Bella por favor !! GRACIAS x el tiempo y talento . Carmen
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