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domingo, 15 de mayo de 2016

Por Las Mentiras De Él, La Encontré A Ella - Capítulo 23

Capítulo 23



- ¿Cómo está el cabronazo? – Pregunté con asco cuando entre en la sala donde tenían a William. Gustavo se giró y me miró.


- Sigue inconsciente.

- Lástima, aquí mi amigo y yo queríamos divertirnos un poco antes de que lo interrogarais. – Jimmy entró justo detrás de mí. Con una de sus mejores caras de chico malo… Y pensar que usa esa cara para ligar en las discotecas…

- No sé Max. Ya está muy machacado y Félix…

- ¿Lo quiere muerto no? – Grité. – ¡Este cabrón me engañó a mí y a otras mujeres! ¡Ha estado a punto de abandonar a su familia! – Miré a Gustavo con todo el odio que pude encontrar dentro de mí. Pensé en Misha, y en lo que le estaría haciendo a mi padre… a Kyle.

- Está bien… Pero sólo cinco minutos. Y no le arranques nada. Debe estar vivo cuando vengan los demás.

- Tranquilo. Sólo usaremos el puño cerrado. – Para enfatizar mis palabras, Jimmy crujió sus dedos de manera desagradable. Gustavo asintió y pidió a los otros dos que también estaban en la sala que salieran. Cuando la puerta se cerró a nuestras espaldas dejé escapar un suspiro de alivio. – Bien. Démonos prisa.

Dejando a Jimmy desatar los agarres de William, abrí la ventana más grande que había en la habitación y miré afuera. Daba al patio lateral, al otro lado de donde estaban los coches.

- ¡Mierda! – Gruñí entre dientes. – Jimmy, quédate aquí. Voy a traer la moto. – Estaba a punto de traspasar la ventana cuando noté que Jimmy me agarraba con fuerza del hombro.

- ¿Cómo que la moto? ¡Ahí no cabemos los tres!

- ¡No puedo coger un coche, Jimmy!

- ¡Pero no puedes ir sola! En la moto ni siquiera podrás ocultarlo…

- Tendrás que ponerle tu ropa a William… No sospecharán si piensan que voy contigo…

- ¡No!

- ¡No hay tiempo!

- Arg… - William gimió aun en su silla, volviendo a la consciencia.

- Date prisa y cámbiale la ropa. Cuando se den cuenta de que no está podrás salir sin que se den cuenta…

- Porque tú lo digas…

- Si te pillan mi madre no dejará que te pase nada.

- ¡Pero sabrán que has sido tú y no quiero que vayas sola! ¡Te matarán!

- No hay tiempo para esto… ten listo a William cuando vuelva. – Salí finalmente por la ventana y corrí por el jardín hasta llegar a la entrada, donde había dejado la moto. No tenía mucho combustible, pero si el necesario para llegar al muelle con William. Sin encenderla, llevé la moto hasta donde me esperaba Jimmy con un tambaleante William. La ropa de William le quedaba demasiado estrecha a Jimmy, así que llevara el traje y la camisa abierta. - ¿Está lo suficientemente despierto?

- No te acerques a mi bollera de mie… - Jimmy golpeó a William en el estómago haciendo que este cayera de rodillas al suelo.

- ¡Basta! Debe aguantar encima de la moto.

- ¡Cretino!

- Da igual. William, si quieres tener una oportunidad para salir de aquí, será mejor que te agarres a esta bollera. – Me subí a la moto y vi como Jimmy obligaba a William a subirse detrás de mí. – Ponle el casco. – Jimmy hizo lo que le pedí. Incluso cerró las manos de William alrededor de mi cintura. Al arrancar la moto sentí sus manos subir hasta mis pechos sin ningún pudor.

- Me lo debes… te has tirado a mi mujer. – Dijo tras el casco.

- ¡Oh, que le jodan! Jimmy.

- Un placer. – Jimmy golpeó a William en la nuca. Al instante sí el peso muerto de William a mi espalda.

- Átale las manos bajo mi chaqueta con el cinturón. – Jimmy tardó apenas treinta segundos en terminar de agarrar a William y luego me miró con preocupación. – Estaré bien. El FBI estará conmigo… - Jimmy hizo una mueca.

- Y tu madre conmigo…

- Sales ganando.

- Por favor, ten cuidado.

- Siempre lo tengo. Y ahora escóndete. Eres demasiado blanco como para pasar desapercibido. – Me puse en marcha dejando atrás a William. Mentiría si dijera que no tenía miedo.

Tenía miedo por mi padre, por Kyle y sí… tenía miedo de no volver a ver a Laura. Ojalá todo salga bien.

***

- ¿Muriel? – Al entrar en el salón me alegré de ver que Muriel taba sola. – Muriel. Max está muy rara…

- ¿Qué quieres decir querida?

- No lo sé. Estábamos en la habitación cuando de pronto llegó William y empezó a echarle en cara muchas cosas… a mí también… parecía afectada.

- Es normal, Laura. Mi pequeña es demasiado responsable a veces y seguro que lo que os dijo tu exmarido no fue nada agradable. A ella siempre le ha gustado hacerse la víctima…

- Sí pero… cuando se fue, hablamos y volvió a la normalidad, pero entonces recibió esa llamada de su prima y…

- ¿Prima? – Preguntó Muriel, extrañada.

- Eh, sí. Se puso a hablar incluso en polaco, creo. Entonces se puso muy rara y salió literalmente huyendo de mí.

- Tanto yo como Bartozt somos hijos únicos y ya no nos queda familia en Polonia. Esa es una de las razones por las que seguimos aquí. En Estados Unidos.

- Entonces, ¿Por qué ella…?

- ¡No está! ¡Encontradlo! – Los gritos de varios hombres captaron nuestra atención. Así que salimos al vestíbulo. Donde varios de ellos estaban corriendo de un lado para otro.

- ¿Qué ocurre? ¿Por qué tanto alboroto? – Preguntó Muriel.

- Señoras, por favor. Entrad de nuevo en el salón. Será más seguro…

- ¿Dónde está Max? – Pregunté asustada.

- Salió del complejo junto con su compañero hace un rato. Dijo que iban a por algo de ropa… especial. – Rio uno de ellos.

- ¡Basta! ¡Continuad buscando! Si Félix se entera rodarán cabezas…

- ¿A quién estarán buscando? – Dijo Muriel distraídamente, mientras volvíamos al salón.

- No será que… - justo antes de pasar por la puerta del salón, vi a alguien por el rabillo del ojo subir rápidamente las escaras hasta el segundo piso. – Esto… voy a ir a mi habitación un momento, Muriel. Ahora vengo.

- Está bien querida. No tardes demasiado.

- No lo haré… - Subí rápidamente la escalera y esquivé a algún que otro hombre de Félix que seguían corriendo de un lado a otro buscando a alguien. Estaban buscando a William. Estaba segura. También estaba segura de que ese idiota volvería a nuestra habitación para volver a meter el dedo en la llaga. Al llegar a la habitación vi que la puerta del armario temblaba ligeramente y me dirigí furiosa hacia él. – ¡Deja de esconderte maldito…Jimmy! – Mayor fue mi sorpresa al encontrarme al enorme compañero de Max encorvado en el armario. - ¿Qué haces tú…? Espera… esa ropa… ¡Es la ropa de William! – Jimmy me tapo la boca rápidamente para evitar que volviera a gritar.

- ¡Shh! No pueden encontrarme, aún no.

- Pero… dijeron que habías salido con Max para… - La sangre se me heló.

- Laura…

- ¡Dime que no es lo que estoy pensando! ¡Dímelo! – Exigí.

- Laura. Era necesario…

- ¿Por qué? ¿Por qué iba Max a arriesgar su vida por salvar a William? Cuando Máximo y Félix se enteren podrían… Oh Dios… - Llevé mis manos a la cabeza. Frustrada.

- El FBI va a ayudarla. No estará sola…

- Llévame con ella…

- No puedo hacer…

- ¡He dicho que me lleves con ella! No pienso volver a dejarla sola.

- Pero es muy peligroso.

- ¡No me importa! Si no quieres que les diga a todos esos matones donde estás será mejor que me lleves con ella. Estoy harta de esperar sentada con miedo a que le pase algo…

- Si ella no va sola podrían hacerles daño… - Jimmy cerró los ojos con fuerza antes de darse un golpe en la frente. – No debería haber dicho eso.

- ¿Hacerles daño? ¿De quién hablas? – Jimmy negó con la cabeza y abrió la boca pero hablar pero lo callé. - ¡Dímelo o comenzaré a gritar!

- Los rusos tienen a su padre y… - Noté como mi cuerpo se cortaba cuando un escalofrío me recorrió por entero.

- No…

- Ella va a hacer un cambio. William por…


- Kyle

1 comentario:

  1. Bueno, gracias por subir capitulos ! desde mi movil no me permite comentar asi que aprovecho que estoy conectada desde mi laptop. Saludos a todas las lectoras como yo y tambien para ti Belladonna por alegrarme con tus historias, Maria de Argentina

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