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domingo, 6 de septiembre de 2015

Wild & Wise: Doll House - Parte VI

PARTE VI



1/05/15 (07:00h)

(AMELIA)

El sonido del despertador retumbó en mis oídos, sacándome de un sueño muy agradable del que ya apenas recordaba nada. Estiré la mano apagando la alarma de mi móvil y volví a hundirme contra el tibio y fuerte cuerpo a mi lado. No necesitaba abrir los ojos para cerciorarme de quién era.


A pesar de haber dormido solo dos días con ella, era la única persona con la que me había acostado que por la mañana seguía abrazándome con fuerza. Era una sensación agradable… me sentía como un enorme osito de peluche estrechada entre sus brazos… firmes, pero suaves a mi alrededor.

Por un momento, dejé de pensar en sus brazos, inocentemente colocados sobre mis caderas, para pensar en mis propias extremidades. Al contrario que Jackie, yo si me había movido… pero en vez de moverme lejos de ella había acabado echada casi por completo sobre ella. Mi brazo derecho estaba rodeando su cuello, por lo que podía sentir la subida y bajada de su pecho por la respiración… la izquierda, más recogida, se aferraba entre nuestros cuerpos a su camiseta, muy cerca de su terso vientre… y mi pierna… oh señor, mi pierna estaba anclada entre las suyas… por lo que mi propia entrepierna había quedado sobre el duro muslo de Jackie… si me movía solo un poco Jackie me sentiría contra ella…

Estaba inmóvil sobre ella sin saber qué hacer, cuando finalmente mis ojos se cerraron de nuevo… Bueno… no pasa nada por no salir a correr hoy… se está demasiado bien aquí…

***

1/05/15 (08:15h)

Me sentía muy bien… había algo debajo de mí que se movía de forma lenta y agradable… inconscientemente, ronroneé ante la agradable sensación. Noté algo blando y firme contra mi mano… cuanto más la movía, más cambiaba de forma… hasta sentir la agradable sensación de la excitación bajo mi mano. Un gruñido ronco siguió a las manos que apretaron mis nalgas con fuerza hacia abajo…

- Annie… - ¿Annie? ¿Pero qué…? Abrí los ojos y lo primero que me encontré fue mi mano sobre el pecho de Jackie, cuyos pezones se marcaban a la perfección contra la tela de su camiseta… Oh señor… entonces… esa sensación agradable…

Efectivamente, las manos de Jackie estaban aferradas a mi trasero, aplastando mi entrepierna contra su muslo… Joder… estoy excitada… Jackie volvió a apretarme contra ella. Tenía los ojos cerrados y la boca ligeramente abierta… podía sentir el calor de su entrepierna tras los finos boxers que llevaba… Mordí mi labio intentando alejarme de ella, pero no podía… Mierda… si esto sigue así va a ser muy incómodo…

- Annie… - Oh… ¡A la mierda!

- ¡Jackie! – Grité, después de soltar su pecho. Jackie, asustada, se alzó de la cama, dejándome a horcajadas sobre ella, con sus manos aun torturándome.

- ¿Qué? ¿Qué ocurre? – Preguntó alterada, mirando a todas partes y aferrándome contra ella. Yo sentía mi cuerpo caliente, y no sólo de la vergüenza… Por fin, Jackie me miró, sin comprender al principio. Así que la miré con todo el autocontrol que pude y nos señalé a nosotras mismas con la mirada. Poco a poco, vi como las pupilas de Jackie se abrían y se cerraban de nuevo por el pánico. Apenas un segundo después de la comprensión, Jackie quitó las manos de mí y me volcó en la cama, antes de salir huyendo de la habitación. - ¡Oh Mierda! – Gritó, antes de entrar en el cuarto de baño cerrando la puerta de un portazo. Asombrada por su reacción, me levanté de la cama, sintiendo la parte baja de mi pijama bastante tirante.

- ¿Jackie? – La llamé golpeando la puerta un par de veces. – Jackie tranquila no…

- ¡Déjame en paz! – Gritó desde el interior del baño con la voz rota. Me sentía muy mal… no sólo porque Jackie se comportara así… Annie, ¿Será…?

- Será mejor que la dejes sola con sus demonios. – Dijo una voz a mi espalda, asustándome. Al girarme, me encontré con Logan, ya vestida y duchada.

- Pero yo… no ha sido culpa suya… - Comencé a decir…

- Eso no importa. Ahora ella necesita estar sola. – Asentí con pesar, volviendo a la habitación. – Puedes usar el baño de Jackie, nosotras ya hemos acabado. – Volví a asentir y después de coger algunas de mis cosas, me fui directa a la ducha de la habitación de Jackie.

***

Salí de la ducha apenas veinte minutos más tarde, con la intención de hablar con Jackie. Pero al llegar al pasillo, vi que el baño estaba vacío y la habitación estaba recogida. Fui rápidamente al salón, pero allí sólo estaban Melinda y Logan.

- ¿Dónde está Jackie? – Pregunté en cuanto alzaron las miradas.

- Se fue hace unos cinco minutos. – Respondió Logan. – Dijo que había quedado con el… - Miró a Melinda y suspiró. -  especialista en quince minutos. Nos pidió que te acompañáramos a comisaría antes de irnos…

- ¡Pero teníamos que ir juntas hoy! – Casi grité. - ¿Cómo puede haberme dejado aquí? ¡Se supone que somos compañeras, Joder! – Logan abrió los ojos como platos.

- Vaya… nunca pensé que te oiría decir una palabrota. – Dijo, con una media sonrisa. – No te enfades con ella… hablará contigo cuando esté lista. Voy a empezar a meter las cosas en el coche. – Logan agarró un par de bolsas y salió del apartamento, dejándonos solas a Melinda y a mí.

- Puedo entender a Jackie, ¿sabes? – Dijo Melinda.

- Pues yo no. Y ya estoy empezando a hartarme de toda esta mierda. – Me dirigí a la habitación de invitados y comencé a empaquetar mis cosas.

- ¿Te vas? Pensaba que Troy no volvía hasta la semana que viene.

- No importa, si necesito quedarme en casa de alguien, puedo llamar a Paul…

- Jumm… ¿Quedarte en casa de otro tío cuando tu novio no está no puede parecer un poco sospechoso? – Dijo Melinda con una sonrisa.

- No. Paul es el mejor amigo de Troy… por no decir que es un cabeza hueca… A Troy no le importará. – Le respondí, guardando mis deportivas en una bolsa antes de meterla en mi maleta.

- ¿Te refieres a que no le importará tanto como el hecho de que te quedes en la misma cama con tu compañera lesbiana?

- ¡Eso es ridículo! Troy confía en mí…

- Sea como sea… deberías decirle a Jackie la verdad. – La miré sin comprender. - No creo que ella te hubiera dejado dormir encima de ella si supiera que te gustan las mujeres… - Cogí aire con fuerza.

- Es mejor que no lo sepa. – Dije con firmeza. – La tensión en el trabajo no es buena y ella tiene su pasado… yo no escondo mi sexualidad pero ella tampoco me ha preguntado directamente… así que…

- No deberías esconderte detrás de eso. Se supone que tienen que confiar la una en la otra. Y si la engañas en algo como eso, pensará que eres como ella…

- ¿Cómo quién? – Pregunté. Aunque ya sabía la respuesta. Melinda, salió de la habitación un momento y volvió con algo entre sus manos.

- La encontré esta mañana y Logan me contó lo que ella le hizo… después de ver la foto, casi no pude creerlo… parecían tan… felices… - Cogí la foto de sus manos y vi un par de figuras femeninas de uniforme. Abrazadas la una a la otra… Casi no reconocí a Jackie. En la foto no podía tener más de 25 años y tenía una sonrisa contagiosamente alegre para el paisaje que las rodeaba. Tarde un momento en fijarme en la chica a su lado, que lanzaba un beso a la cámara mientras estrechaba a Jackie con fuerza. Era bastante más bajita que Jakie y mucho más frágil… me habría costado decir que era militar por la estructura aparentemente delicada de la joven. Tenía el pelo castaño recogido en un gorra del ejército y sus oscuros ojos azules parecían profundos y brillantes… era una chica preciosa.

- ¿Qué le hizo? – Pregunté, sin apartar los ojos de Jackie en la foto.

- No sé demasiado. Logan me dijo que salieron durante gran parte de su servicio allí. Lo mantenían en secreto, para evitar el acoso de sus compañeros y que las echaran de allí. Logan me dijo que cuando Jackie le contó cómo se conocieron se dio cuenta de que aún seguía enamorada… y muy dolida. Para resumírtelo, llevaban más de dos años juntas… Una noche, Annie llegó a su tienda e hicieron el amor… - Intenté no desviar la mirada… es normal, eran pareja ¿verdad? – Pero al día siguiente, Annie no estaba en el campamento. Unas semanas más tarde, les llegó un comunicado por el que uno de sus superiores era trasladado a Washington. Cuando Jackie les preguntó a sus compañeros se enteró. Al parecer, Annie había estado saliendo con él durante más de seis meses e iban a casarse un mes más tarde… por eso se había ido. No se volvieron a ver, pero Jackie lo pasó muy mal, porque básicamente era un secreto a voces que era lesbiana y que su pareja la había dejado por una polla de un rango superior. Annie consiguió la promoción y se retiró cómodamente después de casarse y Jackie… bueno, Jackie dejó el ejército.

- Yo también pasé por algo parecido, Melinda. Entiendo que lo pasara mal, pero no creo que el ocultarle mi sexualidad le haga algún daño… somos compañeras, no una pareja. Con quién me acueste no debe importarle…

- Claro que le importa. No te das cuenta de que hace tan sólo una hora estabais una encima de la otra. – Abrí la boca para protestar. – No Amelia, puedes ocultarte detrás de una relación, pero la única verdad es que te sientes atraída por ella… por eso no se lo quieres decir… Esta mañana escuché tu despertador y vi cómo te despertabas y decidías quedarte exactamente en la misma postura comprometida que ha hecho daño a Jackie. – No pude evitar ruborizarme.

- No era nada sexual, sólo…

- ¡Claro que lo es! Todo el maldito asunto lo es… A una amiga no la abrazas así Amelia. Puede que ella te haya confundido con otra… - Ese comentario me dolió más de lo que esperaba. – Pero tú sabías perfectamente sobre quién estabas echada y no la despertaste hasta que dijo su nombre. - ¿Cómo…? – Sí, lo oímos. Este puñetero apartamento tiene paredes de papel y admite que la detuviste porque te molesto que dijera su nombre no porque te estuviera tocando…

- Yo no…

- ¡Admítelo!

- ¡Sí vale! ¡Sí! Me molestó que me estuviera tocando mientras susurraba su nombre. ¿A quién no le molestaría? – Admití. – Y sí… Jackie me atrae, pero yo quiero a Troy. Le quiero de verdad… estos días he estado algo sensible por el caso… por eso he dormido con Jackie, pero si no…

- No lo hubieras hecho… ¿Es que no lo entiendes? Eso es precisamente lo que va a hacerle daño a Jackie… La estás usando y la estás engañando… igual que hizo Annie… - Suspiré con fuerza, derrotada.

- Recuérdame que nunca cometa un delito en Filadelfia… Eres condenadamente buena sacando los trapos sucios de la gente…

- Lo tomaré como un cumplido. – Sonrió Melinda, victoriosa. – Prométeme que hablaras con Jackie y le dirás la verdad. – La miré alarmada. – No me refiero a que le digas que te atrae… sólo, dile que aunque estas con Troy, también te gustan las mujeres… ¿Quién sabe? A lo mejor eso os acerca más. – Eso es precisamente lo que me da miedo…

***

1/05/15 (09:25h)

(JACKIE)

Me estaba empezando a arrepentir de venir sin Amelia, pero es que es tan incómodo… ¿Cómo demonios acabamos así? Yo sólo recuerdo estar soñando con… Oh joder… Hacía meses que no soñaba con Annie… y siempre es lo mismo… A veces creo que nuestra relación era puramente sexual… aparte de sexo no teníamos mucho en común… seguramente por eso ni siquiera vi venir su pasión por los penes flácidos…

- ¡Arrgg! – Gruñí con asco. Aún sigo confusa con toda esa mierda. Yo sé que quería a Annie… ¿Pero Annie me quiso alguna vez a mí o sólo jugó conmigo? Durante mucho tiempo pensé en que había alguna razón para todo lo que hizo… ¿La forzaría a casarse con ella? ¿Fue su familia? ¿Qué? Después… cuando por fin salí del ejército y conocí a Vivian, me di cuenta de que las atenciones que me dedicaba Annie podrían haber sido las de una buena amiga… con derecho a roce… pero una buena amiga… No le importaba pasarse meses sin verme y muy pocas veces la vi realmente fogosa en la cama… Sabía que tenía miedo… ella descubrió que le gustaban las mujeres conmigo… a lo mejor pensó que se le pasaría si se casaba con un hombre… Puñeteras hetero-confusas… Annie hizo añicos mi corazón por sus inseguridades.

No pude evitar pensar en Amelia… esta mañana cuando desperté y la encontré sobre mí de esa manera… Señor… podía ver el pulso acelerado de su cuello, el intenso color rojo en sus mejillas, las pupilas dilatadas, el calor de su centro… estaba excitada, pero molesta… no puedo pasar por eso otra vez. Amelia es una mujer guapísima y sé que caería como una estúpida si me da a entender que tengo alguna oportunidad… Dios… sería tan fácil dejarse llevar con Amelia…

¿Tendrá alguna idea de lo atractiva que es para mí? Es exactamente el tipo de mujer que quiero en mi vida. Y no sólo físicamente. Aunque su cuerpo sea exactamente lo que busco en una mujer para ponerme a tono es su carácter lo que más me atrae de ella. Es decidida, meticulosa y muy peleona… o sí, le gusta pelear. Pero no hay ninguna maldad en ella. Sus manías son absurdamente adorables y sé podría llegar a donde se proponga. La veo como Teniente o Capitana, pero también la veo como madre… Sí, sin duda Amelia es toda una mujer… Pero no para mí…

- ¿Detective? – Alcé la mirada y vi a un par de hombres trajeados, no me hizo falta ninguna presentación.

- ¿FBI? – El hombre que preguntó sonrió de medio lado.

- Exactamente, ¿Quién hay dentro?

- Un par de técnicos y un taxidermista especializado. – Respondí mecánicamente.

- Bien. Vengo a informarle de que el caso ha pasado a manos del FBI, no es la primera vez que actúa. Encontramos casos similares en Carolina del Norte, Minnesota y Ohio… Nuestros especialistas creían que actuaría en Pensilvania o Nueva York, así que este escenario rompe un poco con su pauta…

- No exactamente. La familia vivía en Filadelfia antes de mudarse… puede que sencillamente no quisiera cambiar de objetivo. Llamaré al departamento para darles una copia de los informes y los interrogatorios. – Dije sacando mi móvil.

- Sabe, es la primera vez que la policía no pone ninguna queja con que le quitemos un caso.

- Créame agente, cualquiera querría deshacerse de un caso como este… yo y mis compañeros tendremos suerte si nos olvidamos de lo que vimos ahí dentro.

- Le entiendo, a mí tampoco me hace mucha ilusión… Llevo siguiendo a este desgraciado los últimos seis meses… es un cabrón escurridizo.

- Todos lo son ¿No? Pero a este le gusta creerse un puto Dios. – Dijo su compañero. – Estaremos en contacto con usted mientras estemos aquí Agente…

- Wild, Jackie Wild. – Les di la mano a ambos.

- Wild… Wild… ¿Usted estuvo en el ejército? – Suspiré con fuerza.

- Sí, lo estuve.

- Ya sabía que me resultaba familiar. Usted es un héroe de guerra, mi regimiento escuchó los rumores sobre lo ocurrido en la embajada india de Kabul… Salvó a casi todo el pelotón y a centenares de civiles.

- Se equivoca Agente… No salvé a cientos de personas, perdí a 17. – Ambos hombres asintieron solemnemente.

- Entiendo. ¿Alguna vez ha pensado en entrar en el FBI? Es lo más parecido al ejército aquí en Estados Unidos… Vendría bien alguien como usted deteniendo a desgraciados como este. – Sonreí con pesar.

- Me encantaría… pero no me quedan nada bien los trajes de ejecutiva. – Ambos hombres rieron.

- No se preocupe por eso… no todos somos unos metiches trajeados. La llamaremos, Agente Wild. – Asentí y vi como ambos hombres entraban en la casa. Lentamente me dirigí al coche… Sí… puede que esa sea la solución…

***

1/05/15 (10:45h)

- ¿Seguro que es lo que quieres? – Preguntó de nuevo el Teniente Jackson, mirándome fijamente.

- Sí, Señor. – El teniente asintió, aunque no parecía de acuerdo.

- Está bien. Te avisaré cuando lo tenga arreglado. – Salí del despacho antes de que volviera a soltar algún otro impeditivo para que…

- Jackie. – Me giré rápidamente y me encontré con Amelia. Como siempre, iba impecablemente vestida con una falda de pletina alta en color gris y una blusa blanca de cuello asimétrico remetida por la cintura… A veces me pateaba a mí misma por aprenderme los nombres de esas cosas, pero siempre las estaba repitiendo y era imposible no escucharla. Intenté no fijarme en el suave carmín rosa de sus labios y la miré directamente a sus profundos ojos castaños. - ¿Podemos hablar? – Asentí en silencio, y la seguí por el departamento. Me extrañó que bajara las escaleras y saliera a la calle, pero al verla ir hacia la derecha, comprendí a dónde íbamos.

Llegamos a una pequeña cafetería de la esquina y nos sentamos en una pequeña mesa del fondo. Esta curiosa por su nerviosismo, pero también aterrada.

- Jackie, yo… tengo que decirte algo. – En ese momento la camarera vino y nos tomó nota… no pude evitar sonreír cuando Amelia pidió un enorme batido de chocolate y nata… vale, está nerviosa. Le doy gracias a sus hábitos alimenticios por decirme que no está enfadada. Nos quedamos en silencio el minuto que la camarera tardó en traernos el pedido. La sonrisa no se apartó de mis labios cuando vi como Amelia hundía un dedo con perfecta manicura francesa en la nata y se lo llevaba rápidamente a la boca con un gemido de placer.

- ¿Bueno? – Pregunté mientras soplaba mi café.

- Delicioso. – Una vez que la cereza se perdió en su boca y más de medio batido fue sorbido por la pajita, vi como Amelia recuperaba algo de fuerza y continuó hablando. – Tengo que decirte algo… algo importante.

- ¿Tiene que ver con lo que pasó esta mañana? – Amelia suspiró con fuerza.

- No. – Me relajé. – Pero puede que sí explique muchas cosas.

- ¿Qué clase de cosas? – Ay señor…

- Cosas como por qué no me molesta lo que pasó esta mañana. – Casi escupo el café al escuchar aquello.

- ¿Cómo que no… te molestó? Amelia te metí mano estando dormida. Deberías haberme partido la cara de un guantazo. – Amelia se rio y yo fruncí el ceño molesta. – ¡No te rías! ¿Crees que me gusta comportarme como un adolescente con sueños húmedos y descubrir que le he metido mano a mi compañera?

- No, no, por supuesto que no… es solo que… escuché que llamabas a una tal Annie y verás… es la primera vez que una mujer me mete mano sin ni siquiera pensar en mí… - Hundí la cara en mis manos soltando un gemido.

- ¿Dije su nombre? ¿En serio? – Amelia asintió algo incómoda.

- Sí.

- Lo siento mucho Amelia. Es sólo…

- No te preocupes Jackie. – Me cortó. – Sé que hay cosas en tu pasado que aún no me has contado, y lo entiendo es sólo que… hay algo que no te he dicho y creo que es muy importante para que podamos trabajar juntas. – Amelia respiró hondo. – En primer lugar quiero que sepas que quiero muchísimo a Troy, de verdad. Hay personas que cuando les digo lo que te voy a decir, menosprecian mis relaciones, sean cuales sean y espero… me gustaría, que tú no fueras una de esas personas.

- Amelia, sé que quieres al patilargo de tu novio. – Ese es uno de mis grandes problemas contigo… - Así que no tienes de qué preocuparte. – Amelia sonrió.

- Soy Bi. – Dijo sin más. Yo no la comprendí.

- ¿Bi?

- Sí, Bisexual. – Me tapé la boca con la mano, intentando ocultar la enorme ingesta de aire. Miré a Amelia, intentando encontrar algún tipo señal que me demostrara que se trataba de un chiste. – Sí Jackie, es verdad.

- Pero… tu eres tan…tan…

- ¿Tan qué? ¿Por qué las personas no se creen que hay mujeres femeninas a las que les gustan otras mujeres? – Dijo molesta.

- Lo siento…es que… serías la primera mujer bisexual que conozco que no es o una puta o una hetero curiosa…

- Pues ni soy una puta ni una hetero curiosa.

- ¿Y has estado antes… con una mujer?

- Sí a las dos preguntas.

- Sólo he hecho una.

- Ya, pero después vendría la segunda. Sí Jackie, me he acostado antes con una mujer… bueno, más de una… y sí, he estado en una relación seria con una durante dos años… pero no funcionó… ella fue la que me puso los cuernos con una pasarela de mujeres.

- Oh. – Dije asombrada. – Pensé que se trataba de un tío.

- Lo sé. Es lo bueno de ser ambigua y tener novio… nadie da por sentado que hables de una mujer.

- Ya…

- Mira Jackie, Cuando estuve con Sandra nadie creía que fuera bisexual… creían que era una bollera miedosa que se ancla a los hombres por miedo, y cuando he estado con hombres bueno… o se ponen cachondos pensando en que lo que estoy diciendo es que quiero un trío o directamente piensan que soy algo curiosa… nada más. Pero no es así. Estoy muy orgullosa de poder decir que amo a las personas sin importarme su sexo.

- ¿Y si estás orgullosa por qué no me lo dijiste? – Amelia se puso colorada.

- Bueno… cuando nos conocimos no eras precisamente un encanto que digamos… y luego… simplemente tuve miedo de tu reacción.

- ¿Por qué?

- Bueno Jackie, admite que no eres precisamente abierta con estas cosas… la última vez que entramos en un bar y viste a un chico liarse con una chica y un chico a la vez nos pusiste verde a los bisexuales… No a todos nos gusta disfrutar de ambos sexos a la vez, ¿sabes?

- Siento eso. – Dije avergonzada. – Si lo hubiera sabido no habría dicho esas barbaridades.

- Lo supongo.

- Entonces… ¿Eso quiere decir que puedo hablar contigo de tías? – Amelia se rio.

- Supongo que sí. – Admitió.

- Genial, porque la camarera tiene un polvazo. – Amelia negó con la cabeza divertida.

- No tanto como la morena de ojos azules del fondo. – Me giré ligeramente y vi a una morena de ejecutiva con un culo que quitaba el hipo.

- Acabas de quitarme todas las dudas que tenía… menudo…

- Trasero. – Acabamos ambas. Nos miramos a los ojos unos instantes antes de comenzar a reír como locas.

- Oh señor, esto es increíble. – Estuvimos en la cafetería hablando de mujeres… quién lo hubiera dicho. Bisexual consumada. Será posible. Después de más de media hora contando momentos vergonzosos de nuestras vidas sexuales, pagamos la cuenta y nos dirigimos de nuevo al departamento.

Al sentarnos en nuestros escritorios la embriaguez de la noticia dio paso a un nerviosismo extraño… Quiere a su novio… pero es bisexual… eso quiere decir que tengo una oportunidad, ¿No?

Amelia me miró por encima del escritorio y me sonrió de forma cómplice antes de volver su atención a su ordenador.


Sí, sin duda es una oportunidad…

3 comentarios:

  1. Bueno, bueno espero q este empujoncito q le dio
    Melinda sirva para algo :-P
    A ver si espabilan

    M.S( galicia)

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  2. Oh oh... Ya están las cartas sobre la mesa, ahora esperemos como las juegan.
    Muy ansiosa por el próximo.
    Saludos. Luisa V.

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  3. Siiii....muy bueno ....este capitulo se centro mas en la relación entre ellas mas que en el caso y me gusto. Ambas están empezando a verse de manera diferente, ojala sigan con el magreo jejee...saludos Bella

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