Bajo El Punto De Mira - Parte IV

PARTE IV

Cuando se cerró la puerta del apartamento de Emily toda mi valentía se fue al traste…

¿Pero qué demonios estoy haciendo yo aquí? Oh, cierto, ya me acuerdo.

Primero, creo que sufrí un colapso nervioso cuando vi a la jovencísima Emily Hall siendo abrazada por esa brillante y suave tela negra en perfecto contraste con el largo liso pelo negro y esos ojos tan oscuros como la noche… Fue tal la impresión que intenté huir como una cobarde con la hinchazón entre las piernas… No me había esperado que ver a una chica joven y bonita podría ponerme como un toro… Yo no me pongo así fácilmente… debe ser la falta de sexo…

Segundo, y no menos importante… Emily me acaba de admitir que le interesan las mujeres… ¡Joder! ¡Eso para mí fue una insinuación en toda regla! Me invita a su piso, insiste varias veces, y encima… cuándo hago mi primer y único avance hacia ella, me confirma mis sospechas a su insistencia… Vera, sé que tu entrepierna quiere mambo esta noche… Pero piensa con claridad.

Uno, es una cría… le llevas más de cinco años… sabes que eso complica las cosas… Oh, pero es una chica muy inteligente… y divertida… y qué decir que su cuerpo hace mucho que dejó de ser el de una niña…

Dos, es famosa… ¿Sabes cuantos problemas traerá eso? No me dejarán en paz… dejarás de ser Vera, la mejor periodista de investigación, para ser Vera, la amante de Emily Hall, que consiguió un puesto de trabajo en alguna revista estúpida de Hollywood porque la directora quería tener todas las noticias relacionadas con la joven estrella en exclusiva… Vamos Vera, no flipes… sabes que sólo serías noticia unas semana… luego los buitres buscarán alguna que otra noticia mucho más jugosa… Por no decir que la que más perdería sería Emily… Los medios se centraran en ella… en la joven que traumatizó a los jóvenes de América siendo una depravada homosexual… Además, si no es por Emily, sabes que pronto descubrirán de quieres hija… Lo quieras o no ya formas parte de esta mierda de espectáculo y tendrás que aprender a vivir con ello…Si eres inteligente podrás usarlo para impulsar tu futuro, pero no dejarás que lo controle…

Y tres, y no menos importante… Sabes que caerías como una idiota por esta chica. Es inteligente, divertida y condenadamente sexy… Una chica por la que dejarías de pensar en la soltería… Y lo más seguro, es cuando se harte de mí, me tire como un pañuelo usado y pase a su siguiente victima… En este mundo una pareja estable resulta aburrida… Por no decir los celos… Todas esas películas en las que tendrá que besar a otras personas… tocarlas… acostarse con ellas… Sí, será actuación… ¡Pero joder, me moriré de celos! Bueno, pero ella también tendría que lidiar con tu trabajo… Deseas viajar, estar en primera línea… Puede que ella se encuentre bajo los focos, pero tú te encontrarás bajo el punto de mira de algún yihadista, esquivando bombas y disparos en Siria o en cualquier otro conflicto del mundo… Cómo mamá… Puede que no sea inmediato…. Pero es lo que quieres hacer con tu vida… y no todo el mundo querría ser la pareja de un corresponsal de guerra… Y bueno, hablas de la posibilidad de amar a una chica como ella pero… ¿y las posibilidades de que ella te ame? Lo maravilloso que sería volver a casa y que una mujer así te abrace y te bese con la pasión de un amante que no has visto en días y la dulzura de alguien que te ama… ¡Basta!

- Bienvenida a mi hogar – Dijo Emily sacándome de mi discusión conmigo misma. Se había apoyado en la pared después de encender las luces de su piso. Y lo más seguro, por la forma cansada y mecánica con la que se quitaba los tacones, es que no supiera lo sexy que estaba apoyada en esa pared blanca quitándose los Louis Vuitton de suela roja. – Sé que no es tan grande como la casa de tu padre, pero sin duda…

- Es mucho más elegante. – Terminé por ella, desviando mis pensamientos del cuerpo de Emily. Emily se rió.

- Bueno, iba a decir acogedor. Aunque no te niego que la casa… - Comenzó…

- Es un espanto. No sé cómo a mi padre no le sangran los ojos… - Emily comenzó a reírse con fuerza, arrancándome una sonrisa aún mayor. Dios, me encanta ese sonido…

- Bueno, en ese caso debe de querer mucho a Jessica… - Rió.

- Sí, lo hace… Aunque me cueste creerlo mi padre verdaderamente ama a su nueva mujer y ella parece quererlo también… a veces el amor es extraño… - Susurré al final, sin embargo, cuando miré a Emily, su risa había parado, y sus ojos castaños me miraban con una calma extraña.

- Sí… a veces lo es… - Dijo, apoyándose en el enorme sofá de piel negro del salón. – A veces tenemos esa suerte… - La intensa mirada de Emily me provocó una corriente cálida en el pecho que me dejó momentáneamente sin respiración… Tuve que toser discretamente un par de veces para volver a encontrar mi voz.

- Humm… Esto… ¿Dónde puedo…? – Señale mi pequeña maleta. – Ya sabes…

- ¡Oh! La segunda puerta a la derecha… Es la habitación de invitados… mientras iré llamando a pizzería…

- Gracias y… ¿Seguirás… llevando eso? – Pregunté, señalando su vestido. – Porque en serio… te queda genial… pero yo he traído una camiseta raída y unos pantalones de chándal para dormir así que… - Emily rió de nuevo.

- Tranquila, mi uniforme de andar por casa es más o menos lo mismo… Espero que no te asustes cuando la magia se esfume. – Dijo.

- No creo que se esfume… sólo creo que te dará un encanto diferente. – Noté como el rubor comenzaba a subir por mis mejillas así que me giré y comencé a dirigirme a la habitación. Sin embargo, antes de cerrar la puerta, pude escuchar como Emily parecía responderse a sí misma…

- Eso espero…

*

Unos minutos más tarde, el maquillaje había sido retirado de mi cara y mi horrendo atuendo de andar por casa estaba sobre mi cuerpo. Mientras me colocaba el pelo detrás de las orejas pensé en las enormes posibilidades que mi actual aspecto podría efectivamente borrar las posibilidades que tenía con Emily… No, yo sí que le daré un encanto diferente… el encanto que tienen las amigas en las fiestas de pijamas…. Acabo de reducir las probabilidades de tener sexo esta noche a cero… Yo y mis ansias de hacer las maletas…

Salí de la habitación, preparándome para encontrarme con una visión del atuendo casual y seguramente arrebatador de Emily en su pijama… seguramente con algo de encaje… o tal vez seda… Por eso, cuando la vi por fin despatarrada en el sofá, no pude parar de reírme.

- ¿Qué? – Preguntó, algo indignada, levantándose del sofá haciendo no sólo que su moño deshecho botara de un lado a otro, si no que consiguiera ver la bola peluda de color chocolate que el mono de dormir tenía en el trasero, haciéndome caer en el suelo partiéndome de risa. – ¡Oh fantástico! Esto me pasa por ponerme mi pijama favorito delante de una idiota… - Dijo Emily, algo molesta, aunque acabo tirándome un par de cojines que logre esquivar mientras intentaba evitar sonreír. - ¡Basta! Tampoco es tan gracioso… - Rió.

- ¡Oh… sí que lo es! – Reí mientras me levantaba y esquivaba el tercer cojín que me tiraba. – Eres una osita muy mona – Me burlé, sacándole la lengua.

- ¿Quién es la mocosa ahora? Eres peor que un crío de cinco años…

¡Ding Dong!

- ¡Pizza! – Gritamos al unísono.

- Creo que iré yo. – Le dije. – No quiero que al pobre repartidor se le rompan sus sueños con  sexy Emily Hall… - No sé de donde lo sacó, pero esta vez sí que recibí un certero cojinazo en la cara. – ¡Ay!

- ¡Te lo mereces!

Unos minutos después, volví al salón con una enorme pizza de queso y me encontré con que mi adorable osezno había traído algunos refrescos y ya estaba preparando la película.

- Bueno mamá oso… aquí está nuestro sustento de esta noche… ¿Los zombies están listos?

- Lo están… - Emily saltó de vuelta al sofá. – Humm… me encanta el queso…

Las próximas dos horas sólo se pudieron describir como mágicas. Risas, bromas, imitaciones, payasadas… en unas horas Emily se había convertido en una persona en la que confiaba, con la que no me importaba hacer el payaso… Y ella parecía tan cómoda conmigo como yo con ella…

- Vale, vale… sabes hacer el mismo sonido que una paloma. – Me dijo Emily riendo. – Yo me temo que sólo sé hacer el mono. – Emily comenzó a saltar de un lado a otro rascándose la cabeza con una mano el costado con la otra. – ¡Uh uh uh! – Me dolía el estómago de tanto reírme así que empecé a negar con la cabeza.

- ¡No más por favor! No más… ¡Esto duele! – Dije señalando mi estómago.

 - ¿Te duele eh? – Preguntó justo antes de saltar encima de mí en el sofá y comenzar a hacerme cosquillas. - ¡Ahora te dolerá aún más!

- ¡No! ¡Para! – Grité, intentando agarrar sus manos, pero la muy pillina era rápida. - ¡Por favor Emily! – Emily bajó el nivel de las cosquillas, pero no paró… Sin embargo, algo en el ambiente había cambiado… El dolor en mis costillas causado por el exceso de risas se estaba calmando y empecé a notar todos y cada uno de los lugares en los que el cuerpo de Emily tocaba el mío… No sé cuándo sucedió pero una de sus piernas estaba cálidamente situada entre las mías… sólo bajé la mirada un segundo para comprobar que efectivamente estaba ahí y cuando la alcé de nuevo, la mirada de Emily se había oscurecido tanto que era incapaz de distinguir la pupila del iris… una mirada tan oscura y a la vez tan clara…

- ¿Cómo lo supiste? – Me preguntó con la voz tan baja que tuve que acercarme un poco para oírla bien.

- ¿El qué?

- Que me gustabas… - Cogí aire con tanta fuerza que hasta me dolió.

- Yo… yo no sabía… eso… - Tartamudeé.

- Pues ya lo sabes… - Lo siguiente que salió de mis labios, fue un gemido que Emily acalló con sus labios…

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Nota de la Autora: Siento la tardanza Bella's, entre el trabajo y lo cercano que están los exámenes estoy hasta arriba y nada más terminar los capítulos los subo. Intentaré que el capítulo de mañana no se publique tan tarde. ¡Un abrazo a tod@s!

PD: Si queréis que os recomiendo alguna lectura más y os facilite el link, comentadlo y pronto haré otra entrada con nuevas recomendaciones ;)