PARTE V
No sé que me había dado. Pero
joder… Sus labios saben tan bien…
Estas últimas horas fueron
increíbles. Nunca antes había tenido nada así con nadie… Y sí, la deseaba. La
deseaba muchísimo… y si ese gemido significaba algo, esperaba que fuera la
forma de su cuerpo de decirme que habría más…
Pero Emily… te estás descubriendo ante una desconocida… Mañana tu
carrera se podría ir al traste. Estos últimos años te has esmerado por salir
adelante en este mundo sin que todo girara alrededor de eso… Y esto… Dios…
Serás la nueva Miley Cyrus…
¡Oh vamos! Tampoco te pases… Miley y tú sois completamente diferentes…
Lo sabes por experiencia. Señor… Aún no sabré lo que me entró en esa fiesta…
Pero Vera… Oh, yo quiero que Vera me desee… quiero que me… ¿Qué? ¿Qué
te quiera? ¿Qué quiera una relación conmigo? Sabes que como mucho sacarás una
noche inolvidable… En el poco tiempo que llevamos juntas sí, es divertida,
atenta e inteligente… se nota que le gusta hablar de todo y conocer la verdad
de las cosas… Pero es bastante obvio que es una chica centrada… tiene muy claro
lo que quiere para su futuro y en ningún momento ha mencionado que quisiera a
alguien con ella en él.
- ¿Emily? – Oh vaya… me he
quedado quieta sobre ella sin darme cuenta… - ¿Estás bien? – Vera parecía
bastante preocupada, pero aun así, sus ojos estaban nublados y sus labios
ligeramente húmedos por el beso que nos acabábamos de dar. – Oye… Yo no he
aceptado venir a tu casa para esto… No quiero que te sientas obligada a nada
que no quieras hacer… - Sin poder evitarlo, sonreí de manera nerviosa.
- Lo dices como si hubieras sido
tú la que me ha besado… - Le dije. Parecía que ninguna de las dos estaba
incómoda con la más que estrecha cercanía de nuestros rostros… Por no hablar de
que nuestros cuerpos estabas completamente pegados. Vera sonrió levemente.
- Cómo si lo hubiera hecho…
Emily. No voy a mentirte, me gustas… Y no me refiero a lo obvio. – Dijo, señalando mi cuerpo. – Me lo
he pasado muy bien contigo el poco tiempo que hemos pasado juntas… de verdad.
Hacía mucho que no me lo pasaba tan bien y, ciertamente, no suelo ser tan
confiada con nadie… y menos nada más conocerles…
- Pero… - Dije con voz trémula…
sabiendo que siempre hay un pero…
- Pero… Yo no soy una chica para
esto… Tú tienes tu vida, tu trabajo, la presión… Y yo ni siquiera sé el tiempo
que voy a estar viviendo aquí… Los escarceos de una noche no entran en mis
planes…
- ¿Piensas en esto como eso? ¿Una
pequeña aventura más para una chica famosa verdad? – Pregunté decepcionada.
- Tampoco es eso… Es sólo que… No
quiero levantarme mañana por la mañana y… bueno… Me sentiría expuesta… Yo sólo
he tenido relaciones estables… más o menos cortas, pero siempre estables… Yo
no… es decir… no quiero ser…
- ¡No lo serás! Yo… yo no hago
esas cosas… - Me defendí, algo molesta.
- Aun así… Eres joven…
- Tú también. – Contrataqué.
- No es lo mismo… además, eres
famosa…
- Tu padre también lo es, por
consiguiente tú también lo serás… - Dije de forma natural.
- No es lo mismo ser la hija de
mi padre que ser tu novia, Emily… - Al mismo tiempo que cogía aire y sentía el
calor subir por mi cara, la mandíbula de Vera se abrió con brusquedad y comenzó
a tartamudear nerviosa. – Quiero decir, a-amante… ser tu amante…
- Has dicho novia… - Me mofé,
aunque por dentro saltaba de alegría.
- Yo no… no quería decir qué… me
hago un lío con el idioma… quería decir amante…
- No me mientas… hablas inglés
perfectamente… querías decir novia… - Vera parecía querer huir, pero al estar
encima de ella no tenía escapatoria.
- De verdad que yo no…
- ¿Querrías ser mi novia, Vera? –
Los ojos de Vera se abrieron como platos, claramente asustada. - ¿Es eso? Dime
la verdad…
- Yo no… no lo sé… - Tembló.
- Por favor… - Pedí. – Dime la
verdad… Sí es que no, es que no. No edulcores la verdad… Pero por favor, dime
el por qué no saldrías con alguien como yo.
- Humm… - Las mejillas de Vera se
enrojecieron mientras tragaba ruidosamente. – Vale… seré sincera contigo Emily,
pero antes… por favor, ¿Podrías… quitarte de encima? No puedo pensar con
claridad si… ya sabes… - Al mirar donde Vera me señalaba, moví sin querer mis
caderas hacia delante, recordándome la situación vergonzante entre mis piernas.
El bajo gruñido de Vera ante mi movimiento no ayudó demasiado a querer moverme…
- ¡Oh joder! Sabes… mejor no te
muevas… Sí eso… - Suspiró con fuerza.
- Está bien… ¿Puedo al menos
apoyarme un poco? – Sin esperar su respuesta. Coloqué ambos brazos cruzados justo
encima de su pecho y posé mi cabeza entre ellos. Vera miró todos mis
movimientos conteniendo la respiración.
- Esto es absurdo… ¿Sabes que
desde aquí puedo verte la colita? Y pensar que aún así me pones como un…ejem…
- ¿Cómo un… qué? – Me reí, mientras
jugaba con su camiseta mordía mi labio inferior.
- Como un toro bravo… Esto… ¿De qué estábamos hablando? – Carraspeó.
Ruborizada. Me alcé un poco.
- Ibas a decirme por qué no
querrías ser mi novia… - Susurré. – Pero… creo que ya no quiero escucharlo…
- ¿A sí? ¿Y por qué no? –
Preguntó nerviosa. – Estás… estás muy cerca…
- Porque si había realmente
alguna razón por la que no querrías estar conmigo pienso hacerte cambiar de
idea. – Le susurré al oído. – Sabes… no sé mucho de español… pero cuando tu padre
intenta mostrarnos como debería ser una escena erótica siempre usa la misma
expresión…
- Ah… ¿en serio? No… no lo sabía…
- Tragó nerviosa. – No quería ofenderte…
- Oh… No me ofendes… en absoluto.
Sin embargo, ahora no me apetece nada hablar… - Mucho más segura ahora de lo
que iba a pasar, atrapé sus labios una vez más, implorando que no fuera ella
esta vez la que se echara atrás, profundicé aún más el beso, sintiendo de nuevo
su lengua entrelazarse con la mía… Sin embargo, apenas unos segundos después de
comenzar, Vera se apartó.
- No hay ninguna…
- ¿Cómo? – Pregunté extrañada.
Vera sonrió, con la respiración pesada. Levantó una de sus manos y la puso en
mi mejilla.
- Que… no hay ninguna razón por
la que no quiera estar contigo.
- Y… ¿Mi edad? ¿Mi trabajo? ¿La
fama? – Pregunté, a pesar de estar aguantándome las ganas de sonreír. – Ya
sabes… todas esas cosas…
- Lo cierto es que nada de eso me
importa de verdad… lo único que me asusta eres tú… - Confesó.
- ¿Yo?
- Sí, tú… voy a darte el poder de
hacerme daño… y tengo miedo de no poder olvidarte si decides deshacerte de mí…
- Admitió, apartando la mirada. Conmovida, la obligué a mirarme a los ojos de
nuevo, los cuales estaban ya acuosos.
- Yo no puedo predecir lo que
sucederá de ahora en adelante. Lo único que te puedo dar es mi sinceridad y mi
respeto… - Le dije seriamente. - Vera, tú
también tendrás ese poder, pero además de ese tendrás el poder de hacerme
feliz… y me encantaría poder hacerte feliz también… si quieres…
- Quiero… Claro que quiero… - Y
esta vez, cuando nuestros labios se encontraron, ninguna de las dos se separó…
***
Algún tiempo después…
- ¡Vera! ¡Qué alegría volver a
verla! – Me saludó el aún más anciano Patrick.
- Patrick… - Lo saludé con un
fuerte abrazo. – Ya no estás obligado a recogerme, lo sabes…
- Oh vamos, por una amiga voy a
cualquier parte… No me pasará nada por recoger a mi pequeña Vera en el
aeropuerto, su padre la ha echado mucho de menos… Y la señora Ortiz no ha
parado de hablar de usted con sus amigas… Todos la echan mucho de menos en la
casa… Es la primera vez que se va tanto tiempo…
- Cierto. – Admití, volviendo a
coger mi viejo macuto de viaje. – 6 meses es mucho tiempo… Ya ni siquiera
recuerdo lo que es una ducha… - Patrick se rio y me ayudó a llevar el resto de
mi equipo.
- Su padre me dijo que la llevara
a la casa nada más bajara del avión, pero creo que su padre podrá esperar un
día o dos a que… bueno… vaya a casa a descansar del viaje. – Patrick me guiñó
un ojo.
- Eso estaría genial Patrick…
***
- ¡No, no y no! ¿Qué demonios te
pasa Emily? Ya es la décima toma… Nunca te cuesta tanto. – Dijo John, el
director. De nuevo, miré el reloj del plató… En unas horas ella estará aquí…
- Vamos John… - John bajó de su
silla y gruñó molesto.
- ¡Arg! ¡De acuerdo! – Salí
corriendo hacia John y le abrecé contenta. - ¡Dos días! Ni un minuto más…
Mientras no estás grabaremos las escenas de George y Cindy… ¡Y cuando vuelvas
quiero ver por qué me cuestas un riñón!
- ¡Tenlo por hecho! – Le grité,
comenzando a correr hacia mi camerino. De camino, dejé caer un par cosas pero
nadie me dijo nada… Algunas ventajas tenía que tener ser una de las jóvenes
estrellas más aclamadas de Hollywood…
Al entrar en mi camerino, me
desnudé rápidamente y comencé a ponerme una muda sencilla para ir a recoger a
Vera al aeropuerto cuando una voz a mi espalda me puso los pelos de punta.
- Por favor, no te vistas de
nuevo… así estás perfecta, mi amor… -
Al girarme, mis piernas corrieron hacia ella y salté hasta tener mis brazos mis
piernas rodeándola por completo y mis labios sobre los suyos. Tanto tiempo
había pasado que ninguna de las dos se separó por varios minutos… - Te he
echado de menos… Oh, no sabes cuánto mi
amor…
- Vera… - Mis lágrimas caían
felizmente por mi cara. – Oh, cariño… ¡Has vuelto! Pensé que tu vuelo no
aterrizaba hasta dentro de unas horas…
- Lo sé… En París pude coger otro
vuelo anterior… así podía sorprender a mi pequeña estrella el día de su
cumpleaños… No todos los días se cumplen 21 años…
- Humm… ¡cariño! – La abracé con
fuerza. No podía parar de tocarla, de besarla… Dios, cuanto la había echado de
menos. – Vamos a casa… por favor… Te necesito ahora y no quiero que nos vuelvan
a pillar en el plató… - Vera se rió.
- Qué tiempos aquellos… Está bien
mi amor, vámonos a casa. Ve saliendo,
Patrick está esperando fuera para llevarnos a casa… Yo necesito ir al baño un
momento – Finalizó con un beso.
- Está bien cariño… No tardes…
***
Cuando Emily salió del camerino,
metí la mano en el bolsillo interior de mi chaqueta y saqué la pequeña caja de
terciopelo negro…
Vera… has estado bajo fuego cruzado… hombres encapuchados te han
amenazado con matarte si mostrabas las imágenes que habíais grabado… has pasado
días sin poder comer nada… Te has perdido durante días en el desierto de bādiyat
ash-shām y no has tenido miedo… nunca perdiste la esperanza…
Entonces… ¿Por qué esto te asusta tanto?
Oh si cierto… Porque de esto depende tu salud mental…
Uff… por favor… que diga que sí…
Nooooo :( fue muy cortA creo q podía ser mas larga
ResponderEliminarEste final da para otra historia .... me encanto
ResponderEliminarM.S
Escribes tan bien... como me gustaría que siguieras publicando nuevas historias, me leí todas en una semana. Si alguien sabe donde puedo seguir leyéndote, por favor que me lo diga
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