BELLA'S

¡NO OLVIDÉIS SEGUIR LA PÁGINA EN FACEBOOK!
¡CUANTOS MÁS SEGUIDORES HAYA EN EL BLOG Y EN FACEBOOK, MÁS FACILIDAD TENDRÉ PARA ESCRIBIR A DIARIO!

Para poneros en contacto conmigo, no dudéis en escribirme al correo: belladonnaliteraria@gmail.com


HISTORIA MÁS POPULAR

domingo, 29 de noviembre de 2015

Bajo El Punto De Mira - Parte V

PARTE V



No sé que me había dado. Pero joder… Sus labios saben tan bien…

Estas últimas horas fueron increíbles. Nunca antes había tenido nada así con nadie… Y sí, la deseaba. La deseaba muchísimo… y si ese gemido significaba algo, esperaba que fuera la forma de su cuerpo de decirme que habría más…


Pero Emily… te estás descubriendo ante una desconocida… Mañana tu carrera se podría ir al traste. Estos últimos años te has esmerado por salir adelante en este mundo sin que todo girara alrededor de eso… Y esto… Dios… Serás la nueva Miley Cyrus…

¡Oh vamos! Tampoco te pases… Miley y tú sois completamente diferentes… Lo sabes por experiencia. Señor… Aún no sabré lo que me entró en esa fiesta…

Pero Vera… Oh, yo quiero que Vera me desee… quiero que me… ¿Qué? ¿Qué te quiera? ¿Qué quiera una relación conmigo? Sabes que como mucho sacarás una noche inolvidable… En el poco tiempo que llevamos juntas sí, es divertida, atenta e inteligente… se nota que le gusta hablar de todo y conocer la verdad de las cosas… Pero es bastante obvio que es una chica centrada… tiene muy claro lo que quiere para su futuro y en ningún momento ha mencionado que quisiera a alguien con ella en él.

- ¿Emily? – Oh vaya… me he quedado quieta sobre ella sin darme cuenta… - ¿Estás bien? – Vera parecía bastante preocupada, pero aun así, sus ojos estaban nublados y sus labios ligeramente húmedos por el beso que nos acabábamos de dar. – Oye… Yo no he aceptado venir a tu casa para esto… No quiero que te sientas obligada a nada que no quieras hacer… - Sin poder evitarlo, sonreí de manera nerviosa.

- Lo dices como si hubieras sido tú la que me ha besado… - Le dije. Parecía que ninguna de las dos estaba incómoda con la más que estrecha cercanía de nuestros rostros… Por no hablar de que nuestros cuerpos estabas completamente pegados. Vera sonrió levemente.

- Cómo si lo hubiera hecho… Emily. No voy a mentirte, me gustas… Y no me refiero a lo  obvio. – Dijo, señalando mi cuerpo. – Me lo he pasado muy bien contigo el poco tiempo que hemos pasado juntas… de verdad. Hacía mucho que no me lo pasaba tan bien y, ciertamente, no suelo ser tan confiada con nadie… y menos nada más conocerles…

- Pero… - Dije con voz trémula… sabiendo que siempre hay un pero…

- Pero… Yo no soy una chica para esto… Tú tienes tu vida, tu trabajo, la presión… Y yo ni siquiera sé el tiempo que voy a estar viviendo aquí… Los escarceos de una noche no entran en mis planes…

- ¿Piensas en esto como eso? ¿Una pequeña aventura más para una chica famosa verdad? – Pregunté decepcionada.

- Tampoco es eso… Es sólo que… No quiero levantarme mañana por la mañana y… bueno… Me sentiría expuesta… Yo sólo he tenido relaciones estables… más o menos cortas, pero siempre estables… Yo no… es decir… no quiero ser…

- ¡No lo serás! Yo… yo no hago esas cosas… - Me defendí, algo molesta.

- Aun así… Eres joven…

- Tú también. – Contrataqué.

- No es lo mismo… además, eres famosa…

- Tu padre también lo es, por consiguiente tú también lo serás… - Dije de forma natural.

- No es lo mismo ser la hija de mi padre que ser tu novia, Emily… - Al mismo tiempo que cogía aire y sentía el calor subir por mi cara, la mandíbula de Vera se abrió con brusquedad y comenzó a tartamudear nerviosa. – Quiero decir, a-amante… ser tu amante…

- Has dicho novia… - Me mofé, aunque por dentro saltaba de alegría.

- Yo no… no quería decir qué… me hago un lío con el idioma… quería decir amante…

- No me mientas… hablas inglés perfectamente… querías decir novia… - Vera parecía querer huir, pero al estar encima de ella no tenía escapatoria.

- De verdad que yo no…

- ¿Querrías ser mi novia, Vera? – Los ojos de Vera se abrieron como platos, claramente asustada. - ¿Es eso? Dime la verdad…

- Yo no… no lo sé… - Tembló.

- Por favor… - Pedí. – Dime la verdad… Sí es que no, es que no. No edulcores la verdad… Pero por favor, dime el por qué no saldrías con alguien como yo.

- Humm… - Las mejillas de Vera se enrojecieron mientras tragaba ruidosamente. – Vale… seré sincera contigo Emily, pero antes… por favor, ¿Podrías… quitarte de encima? No puedo pensar con claridad si… ya sabes… - Al mirar donde Vera me señalaba, moví sin querer mis caderas hacia delante, recordándome la situación vergonzante entre mis piernas. El bajo gruñido de Vera ante mi movimiento no ayudó demasiado a querer moverme… - ¡Oh joder! Sabes… mejor no te muevas… Sí eso… - Suspiró con fuerza.

- Está bien… ¿Puedo al menos apoyarme un poco? – Sin esperar su respuesta. Coloqué ambos brazos cruzados justo encima de su pecho y posé mi cabeza entre ellos. Vera miró todos mis movimientos conteniendo la respiración.

- Esto es absurdo… ¿Sabes que desde aquí puedo verte la colita? Y pensar que aún así me pones como un…ejem…

- ¿Cómo un… qué? – Me reí, mientras jugaba con su camiseta mordía mi labio inferior.

- Como un toro bravo… Esto… ¿De qué estábamos hablando? – Carraspeó. Ruborizada. Me alcé un poco.

- Ibas a decirme por qué no querrías ser mi novia… - Susurré. – Pero… creo que ya no quiero escucharlo…

- ¿A sí? ¿Y por qué no? – Preguntó nerviosa. – Estás… estás muy cerca…

- Porque si había realmente alguna razón por la que no querrías estar conmigo pienso hacerte cambiar de idea. – Le susurré al oído. – Sabes… no sé mucho de español… pero cuando tu padre intenta mostrarnos como debería ser una escena erótica siempre usa la misma expresión…

- Ah… ¿en serio? No… no lo sabía… - Tragó nerviosa. – No quería ofenderte…

- Oh… No me ofendes… en absoluto. Sin embargo, ahora no me apetece nada hablar… - Mucho más segura ahora de lo que iba a pasar, atrapé sus labios una vez más, implorando que no fuera ella esta vez la que se echara atrás, profundicé aún más el beso, sintiendo de nuevo su lengua entrelazarse con la mía… Sin embargo, apenas unos segundos después de comenzar, Vera se apartó.

- No hay ninguna…

- ¿Cómo? – Pregunté extrañada. Vera sonrió, con la respiración pesada. Levantó una de sus manos y la puso en mi mejilla.

- Que… no hay ninguna razón por la que no quiera estar contigo.

- Y… ¿Mi edad? ¿Mi trabajo? ¿La fama? – Pregunté, a pesar de estar aguantándome las ganas de sonreír. – Ya sabes… todas esas cosas…

- Lo cierto es que nada de eso me importa de verdad… lo único que me asusta eres tú… - Confesó.

- ¿Yo?

- Sí, tú… voy a darte el poder de hacerme daño… y tengo miedo de no poder olvidarte si decides deshacerte de mí… - Admitió, apartando la mirada. Conmovida, la obligué a mirarme a los ojos de nuevo, los cuales estaban ya acuosos.

- Yo no puedo predecir lo que sucederá de ahora en adelante. Lo único que te puedo dar es mi sinceridad y mi respeto… - Le dije seriamente. -  Vera, tú también tendrás ese poder, pero además de ese tendrás el poder de hacerme feliz… y me encantaría poder hacerte feliz también… si quieres…

- Quiero… Claro que quiero… - Y esta vez, cuando nuestros labios se encontraron, ninguna de las dos se separó…

***

Algún tiempo después…

- ¡Vera! ¡Qué alegría volver a verla! – Me saludó el aún más anciano Patrick.

- Patrick… - Lo saludé con un fuerte abrazo. – Ya no estás obligado a recogerme, lo sabes…

- Oh vamos, por una amiga voy a cualquier parte… No me pasará nada por recoger a mi pequeña Vera en el aeropuerto, su padre la ha echado mucho de menos… Y la señora Ortiz no ha parado de hablar de usted con sus amigas… Todos la echan mucho de menos en la casa… Es la primera vez que se va tanto tiempo…

- Cierto. – Admití, volviendo a coger mi viejo macuto de viaje. – 6 meses es mucho tiempo… Ya ni siquiera recuerdo lo que es una ducha… - Patrick se rio y me ayudó a llevar el resto de mi equipo.

- Su padre me dijo que la llevara a la casa nada más bajara del avión, pero creo que su padre podrá esperar un día o dos a que… bueno… vaya a casa a descansar del viaje. – Patrick me guiñó un ojo.

- Eso estaría genial Patrick…

***

- ¡No, no y no! ¿Qué demonios te pasa Emily? Ya es la décima toma… Nunca te cuesta tanto. – Dijo John, el director. De nuevo, miré el reloj del plató… En unas horas ella estará aquí…

- Vamos John… - John bajó de su silla y gruñó molesto.

- ¡Arg! ¡De acuerdo! – Salí corriendo hacia John y le abrecé contenta. - ¡Dos días! Ni un minuto más… Mientras no estás grabaremos las escenas de George y Cindy… ¡Y cuando vuelvas quiero ver por qué me cuestas un riñón!

- ¡Tenlo por hecho! – Le grité, comenzando a correr hacia mi camerino. De camino, dejé caer un par cosas pero nadie me dijo nada… Algunas ventajas tenía que tener ser una de las jóvenes estrellas más aclamadas de Hollywood…

Al entrar en mi camerino, me desnudé rápidamente y comencé a ponerme una muda sencilla para ir a recoger a Vera al aeropuerto cuando una voz a mi espalda me puso los pelos de punta.

- Por favor, no te vistas de nuevo… así estás perfecta, mi amor… - Al girarme, mis piernas corrieron hacia ella y salté hasta tener mis brazos mis piernas rodeándola por completo y mis labios sobre los suyos. Tanto tiempo había pasado que ninguna de las dos se separó por varios minutos… - Te he echado de menos… Oh, no sabes cuánto mi amor

- Vera… - Mis lágrimas caían felizmente por mi cara. – Oh, cariño… ¡Has vuelto! Pensé que tu vuelo no aterrizaba hasta dentro de unas horas…

- Lo sé… En París pude coger otro vuelo anterior… así podía sorprender a mi pequeña estrella el día de su cumpleaños… No todos los días se cumplen 21 años…

- Humm… ¡cariño! – La abracé con fuerza. No podía parar de tocarla, de besarla… Dios, cuanto la había echado de menos. – Vamos a casa… por favor… Te necesito ahora y no quiero que nos vuelvan a pillar en el plató… - Vera se rió.

- Qué tiempos aquellos… Está bien mi amor, vámonos a casa. Ve saliendo, Patrick está esperando fuera para llevarnos a casa… Yo necesito ir al baño un momento – Finalizó con un beso.

- Está bien cariño… No tardes…

***

Cuando Emily salió del camerino, metí la mano en el bolsillo interior de mi chaqueta y saqué la pequeña caja de terciopelo negro…

Vera… has estado bajo fuego cruzado… hombres encapuchados te han amenazado con matarte si mostrabas las imágenes que habíais grabado… has pasado días sin poder comer nada… Te has perdido durante días en el desierto de bādiyat ash-shām y no has tenido miedo… nunca perdiste la esperanza…

Entonces… ¿Por qué esto te asusta tanto?

Oh si cierto… Porque de esto depende tu salud mental…


Uff… por favor… que diga que sí…

FIN

¿Te apetece leer otra historia?

3 comentarios:

  1. Nooooo :( fue muy cortA creo q podía ser mas larga

    ResponderEliminar
  2. Este final da para otra historia .... me encanto

    M.S

    ResponderEliminar
  3. Escribes tan bien... como me gustaría que siguieras publicando nuevas historias, me leí todas en una semana. Si alguien sabe donde puedo seguir leyéndote, por favor que me lo diga

    ResponderEliminar

Entradas populares