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lunes, 14 de diciembre de 2015

Máscaras de Porcelana - Parte I

PARTE I



Otro día más en el trabajo. Bum Bum Bum. No sé por qué son tan poco originales… si yo fuera mi propia jefa lo estaría haciendo de otra manera… no sé, más original al menos… Bum Bum Bum. Y los focos…están demasiado fuertes… seguro que hacen que me vea de un pálido enfermizo… Bum Bum Bum…


- ¡Corten! – Dijo el director. – Chicos, ¿os importaría volver a la pose de antes? Quiero tomar alguna toma más. – Jim y yo nos volvimos a poner de pie. – Bien… 3, 2…

- ¡Espera! – Dije antes de empezar.

- ¿Sí, Barbara? – Preguntó el director, con un deje cansado y molesto. El hombre de arrugados 60 años, regordete y con acuciantes entradas me miraba exasperado.

- Necesito algo más de lubricante… está empezando a escocer… - Un ayudante trajo un pequeño bote y echó un chorro de líquido transparente encima de mí… el contraste de temperaturas hizo rechinar mis dientes antes de que Jim lo aplicara bien.

- Así mejor. – Dijo Jim con una sonrisa. Yo sencillamente me volví a inclinar a la espera de que comenzara de nuevo el rodaje… creo que esta noche comeré pasta… me apetecen hidratos nocturnos…

- Bien… continuemos… 3, 2… ¡Acción! – Dijo el director…

Bum Bum Bum…

No, definitivamente pienso pedir comida china…

***

- ¿Un puto productor de cine porno? – Grité al leer la información. - ¿Por qué coño tengo que liquidar a un productor de cine porno?

- Y qué más te da… la paga es cojonuda. Esta vez el cliente quiere que te cargues a todo el que esté con él… como un plus… parece un ajuste de cuentas. Tendrás que ir mañana por la noche. El tío da una fiesta para celebrar el final de su última película… - Me tumbé en el sofá y solté un suspiro.

- Está bien… déjame el material donde siempre. Quiero los treinta mil en mi cuenta en tres días. – Fue entonces cuando vi la hora que marcaba el reloj. – Tengo que colgar y esta vez quiero armas de calibres pequeños…no quiero que me vuelvas a encasquetar esos mamotrecos de hace siglos… tardo mucho más en acabar… - Apagué el móvil antes de que pudiera responderme y corrí hacia la puerta.

Antes de salir intenté domar un poco la mata de pelo negro que cubría mi cabeza… tenía poco más de dos minutos…

Al cerrar la puerta de mi apartamento guardé mi llave en el bolsillo interior de mis pantalones y deslicé la de repuesto dentro de mi apartamento. Corrí como alma que lleva el diablo hacia las escaleras de emergencia y bajé los tres pisos hasta la planta baja y salí por la puerta lateral a tiempo para verla doblar la esquina. Y como cada vez que la veía noté como un nudo se formaba en mi vientre al tiempo que mi respiración se agitaba.

Su larga melena dorada se mecía de un lado a otro al ritmo del contoneo de sus caderas perfectas, que coronaban unas piernas largas y firmes enfundadas en simples vaqueros claros. Su camiseta, corta y blanca, destacaba muchísimo más los altos y turgentes pechos de piel ligeramente tostada…

Ella era la mujer más hermosa que había visto en mi vida… era dulce, ingenua… y mortalmente sexual…

Con el atuendo más sencillo conseguía la atención de todos los que se cruzaba y las miradas que le dedicaban me hacían hervir la sangre… Con ella me entraban ganas de matar a todo aquel que osara mirar a tal ángel con semejante descaro… Pero yo tampoco tenía derecho a hacer nada… Pero si lo tuviera… no tendría balas suficientes…

Avancé de la forma más natural que pude hasta la entrada de nuestro bloque justo cuando ella llegaba y abría la puerta con la ayuda de sus magníficas caderas. Tardó algunos segundos  verme dado que llevaba las gafas de sol negras que yo sabía que no estaban graduadas… El día que la vi con gafas casi me da un infarto…

- ¡Shawn! – exclamó con sorpresa cuando me vio a su lado. – No te había visto… ¿Tú también llegas ahora del trabajo? Pensaba que tenías el turno de noche en el pub… - Oh sí, mi tapadera… camarera en el turno de noche en un pub de mala muerte de las afueras… fue lo mejor que salió de mis labios cuando la conocí… que le vamos a hacer, no soy de piedra…

- Oh no… esta noche estoy libre… sólo he bajado a sacar la basura. – Comente, señalando el callejón por el que había salido.

- Vaya… ¿Sigue estropeado el conducto? – Preguntó, dejándome pasar al interior con ella.

- Parece que sí… - Dije. Esa fue una de mis últimas trastadas, atorar el conducto de la basura para tener una excusa para encontrármela de vez en cuando… al igual que el misterio de porque sólo funcionan dos lavadoras en la lavandería y yo tenga la suerte de disponer del único apartamento con espacio suficiente como para tender la ropa tendida… era agradable ver su ropa interior colgada de vez en cuando en mi apartamento…

- Este edificio se cae a pedazos… - Comentó mientras ponía una mano en el sensor del ascensor para que pudiera pasar adentro con ella. – Sólo falta que este trasto también se estropee… - Oh, vaya… no estaría mal que se estropeara justo cuando estamos las dos juntas… tendré que pedir que para próxima vez me den algunas herramientas más…

- Y que lo digas… - Comenté. - ¿Qué tal fue tu día en la peluquería?

- Pues fue… - Comenzó, algo dubitativa. – bien… dentro de lo que cabe.

- No pareces muy convencida… ¿Has tenido algún problema hoy en el trabajo? – Pregunté, ya saliendo del ascensor.

- Se podría decir que sí… Aunque no me apetece hablar de ello…

- Tranquila, no quería incomodarte… - Dije rápidamente, amonestándome por atosigarla demasiado.

- Oh, no lo haces… En absoluto. La verdad es que siempre es un alivio hablar contigo. – Dijo. Su respuesta me sorprendió, y cuando la miré a la cara, su suave piel clara estaba ligeramente ruborizada. – Esto… será mejor que entre… - dijo señalando su apartamento.

- Oh… vale… - Entonces, sin querer poner fin a nuestro encuentro. Comencé a palparme los pantalones y los bolsillos de manera ansiosa. - ¡Mierda! – Exclamé de manera exagerada.

- ¿Qué ocurre?

- Me he dejado las llaves dentro… Tendré que coger la de repuesto… - Dije con cara de circunstancia, mientras miraba en el canto de la puerta sin encontrar nada. - ¿Dónde demonios está? Ayer estaba aquí…

- Puedes usar mi teléfono para llamar a un cerrajero si quieres… - Ofreció rápidamente ella.

- O… no te preocupes… - Dije comenzando a negarme, aunque por dentro saltara de alegría.

- Insisto. – Dijo, levantando las gafas de sol y clavando sus intensos ojos azules en mí.

- Está bien… - Dije casi embobada, siguiéndola dentro del apartamento.

***

Podía escuchar los murmullos de Shawn desde mi habitación. Lo cierto es que esta situación me tenía algo nerviosa. ¿De qué podía hablar con ella? ¿Y si hacía muchas preguntas? Aún me parecía increíble que Shawn no supiera quien era… eso, sin duda, la hacía una persona muy interesante… No había ningún hombre que no hubiera visto alguna de mis películas… y aunque las mujeres no vean demasiadas de mis películas, todo el maldito edificio lo sabía… La señora Carlson ha escupido al suelo más de una vez después de que yo pasara…

Aunque tampoco he visto a Shawn hablar con nadie aparte de mí… eso me hace sentir especial…

Después de ponerme algo más cómodo me asomé por la puerta y la vi apoyada cómodamente en la pared mientras hablaba por teléfono. Shawn era una mujer muy atractiva. Era muy alta y atlética, pero tenía un cuerpo muy femenino. Hoy llevaba unos vaqueros negros pegados al cuerpo y una blusa gris que hacía destacar el pequeño sujetador de encaje oscuro que llevaba puesto…

Por muchas veces que la mirara a los ojos, aún no sabía si sus ojos eran verdes o grises… a veces incluso tuve que contenerme para no inclinarme más cerca de ella y averiguarlo…

- El cerrajero no puede venir hasta mañana por la mañana. – Dijo Shawn, sacándome de mis pensamientos. – Intentaré llamar a alguien para quedarme esta noche y…

- ¡Por supuesto que no! – Exclamé, sin pensármelo demasiado. – Tú te quedas aquí… si no te importa compartir la cama conmigo… No es muy grande pero las dos cabemos perfectamente… - No sabía por qué, pero estaba hablando demasiado rápido.

- ¿Compartir la…la ca-cama… con-contigo? – Tartamudeó Shawn. Vi como su cara se ponía roja de repente y me asusté… ¿Me habré pasado? A lo mejor no se siente cómoda conmigo cerca… a lo mejor si que sabe lo de las películas…

- Yo… quiero decir… podría dormir en el sofá si no quieres… bueno, dormir conmigo… - Dije apesadumbrada. ¿Le daré asco como a todos los demás?

- ¡Por supuesto que quiero! – Dijo dando un paso hacia adelante, aunque nada más decirlo su mandíbula comenzó a temblar – Quiero decir… que no me importa compartir la cama… contigo. Es solo que no quiero ser una molestia… podría dormir en el sofá.

- Entonces dormiremos juntas, no hay más que hablar… - Hasta entonces no me había dado cuenta de que ambas teníamos las manos metidas en los bolsillos en idénticas posiciones… sonreí sin poder evitarlo. – Voy a ver que encuentro para que estés más cómoda. – Comencé a decir mientras me volvía a girar para entrar en mi habitación. – Por cierto, hoy iba a pedir comida china para cenar… ¿Eso está bien para ti?

- Perfecto. – Asentí contenta y fui a sacarle algo de ropa cómoda. Me sentía de nuevo como una adolescente dando una fiesta de pijamas con sus amigas… Bueno, tal vez así es como se sienten, porque yo nunca he tenido eso… ¿Hablaremos de chicos? ¿Tendrá pareja? Nunca la he visto con nadie… aunque puede que mantenga una relación a distancia o algo así… Es demasiado guapa para ser soltera… Bueno, tal vez esta sea la noche para averiguarlo.

***

- Dios… como coma un rollito más voy a explotar. – Reí, sintiendo el empacho acariciar mi garganta.

- Lo mismo digo…

- Vamos Rose… Apenas has comido nada. Yo estoy así porque básicamente me has obligado a comerme tu parte. Deberías comer más. – La regañé. Lo cierto es que esta última hora me había rejado bastante en su compañía… Al menos ya no me nublaba tanto su presencia y podía hablar con mayor naturalidad.

- Oh no, estoy bien… Además, lo cierto es que estoy haciendo trampa. No debería comer hidratos por la noche. No me conviene engordar por el trabajo…

- ¿El trabajo? – Pregunté extrañada. - ¿Es que tu peso influye en como cortas el pelo? – Rose se agitó algo nerviosa.

- Eh… quiero decir que… Las clientes son algo chismosas y miran con lupa cada gramo que gano. – Dijo rápidamente bajando la mirada.

- Pues no les hagas caso. Estás más que fantástica… Quién no lo vea está ciego. – Dije sin un ápice de vergüenza.

-Gracias… aunque a veces preferiría no ser tan… fantástica. Parece que es lo único que ve la gente, ¿Sabes? Mi físico. – Dijo apesadumbrada. – A veces sólo me gustaría ser Rose y no… bueno, un trozo de carne.

- No eres un trozo de carne…

- ¿A no? Entonces dime. ¿Qué fue lo que pensaste cuando me viste por primera vez? – Yo me quedé de piedra. ¿Que qué fue lo primero que pensé cuando la vi? Dios, no puedo decirle eso… quedaré completamente expuesta… - Ningún hombre tiene que abrir la boca para “decirme” lo que piensa de mí y las mujeres siempre me miran con recelo… cómo si estuvieran celosas o preocupadas de que les robe a sus hombres… Já. – Se jactó, con una media sonrisa. – Ojalá no hubiera tantos hombres en mi vida…

- ¿Tantos novios has tenido? – Pregunté, con un nudo en la garganta.

- Pues… - Rose pareció dudar. – Yo realmente… nunca he tenido uno… Quiero decir, he estado con hombres… pero ninguno me pidió nunca salir… Resulta vergonzoso con casi 27 años.

- No es vergonzoso…

- ¿Y tú qué? ¿No tienes novio? Nunca te he visto con nadie. – Vale, momento peliagudo. Sólo hay dos opciones. Decirle la verdad o mentir como una bellaca…

- Yo… nunca he tenido novio. – Admití. Rose me miró con los ojos muy abiertos.

- ¿Nunca? ¡Pero si eres muy atractiva! – Oh… piensa que soy atractiva…

- Verás Rose… Es cierto que yo nunca tenido una relación seria… pero sí que he estado con muchas… bueno… mujeres. – Me esperaba la típica frase que acompañaba siempre a ese tipo de afirmaciones, pero sólo me encontré con la sonrisa de Rose y un suave asentimiento.

- Vaya…nunca antes había conocido a una lesbiana de verdad, ¿Por qué lo eres no? ¿O eres bi?

- O… no, no. Soy lesbiana. – Dije rápidamente.

- El sexo con una mujer también está bien… - Tuve que repetir esa frase varias veces para procesarla…

- Espera… ¿Te has acostado con una mujer? – Exclamé.

- Por supuesto… incluso una vez lo hice con dos a la vez… es interesante. La verdad es que lo veo mucho más entretenido que el sexo con un hombre… - Mi mandíbula se desencajó por completo.

- ¿Hi-hiciste un… un trío? – Oh joder… me va a dar un ataque.

- Sí… ¿Tú nunca has hecho uno? – Negué con la cabeza muy lentamente, intentando no balbucear ni hacer ruidos estúpidos en mi estado catatónico. – Bueno… tampoco te pierdes nada… La verdad es que es mucho más cómodo con una sola persona… con dos pierdes algo de intimidad…

- Ya… intimidad… - Tartamudeé.

- Oh vaya… ¿Te estoy incomodando verdad? Lo siento mucho… la verdad es que para mí resulta natural hablar de sexo… no me doy cuenta de que es un tema desagradable… - Dijo Rose nerviosa…

- Oh no… no es desagradable. Es sólo que… guau… Es algo que no me esperaba…

- ¿Por qué?

- Buen… sencillamente, creo que nunca he pensado en tu vida sexual. – Dije, algo cortada. – Si acaso, sólo he pensado en los demás… no me gustaba pensar que… bueno, que te miraran como un objeto sexual… eso me cabrea… - Oh mierda… ¿Por qué he dicho eso?

- ¿Te cabrea? ¿Por qué? – Rose se había acercado ligeramente y sus largas pestañas negras entornaban un poco sus ojos azules.

- Humm… Pues… - ¿Cómo es posible pueda matar a decenas de personas sin pestañear y no ser capaz de decirlo y ya está? Joder… - Supongo que tiene que ver con lo que me preguntaste antes… lo que pensé cuando te vi por primera vez…

- ¿Pensaste que era un objeto sexual? – Preguntó, algo decepcionada.

- No… para nada. Yo creí… - Respiré hondo. – Creí que eras un ángel… por eso me molesta que la gente te mira así…

***

- ¿Ángel? – Pregunté asombrada. - ¿De verdad te parecí… un ángel? – Me había acercado instintivamente a Shawn, y cuando ella asintió avergonzada pude ver como sus ojos pasaban de gris a verde al dilatarse sus pupilas. – Eres un encanto… - Fue un impulso normal en mí. Era mi forma de dar las gracias… Un pequeño beso en los labios… Sin embargo, cuando mis labios tocaron los de Shawn, sentí una agitación extraña. Una sensación que oprimió mi pecho y me hizo temblar ligeramente…


Por primera vez en mi vida no quería dejar de besar a alguien… y tuve miedo. Tuve mucho miedo…
Nota de la Autora: Bueno sí, no sé porque me ha dado, pero quería escribir una historia corta de un tema que yo considero un poco "humor absurdo", ya que es una historia que se va a tratar de manera muy...  bueno, absurda xD En fin, es una actriz porno y una asesina a sueldo... Aún no sé si la historia tendrá 1 parte más o 2, pero será otra historia corta...
PD: Me ha tocado la patata todos y cada uno de vuestros comentarios de la entrada anterior. En serio chicas, sois geniales ^^

5 comentarios:

  1. increiblee me encanto jeje espero mas qiero mas jajaj un besaso GUAPAA!!! desde argentina

    by:Lourdes Avalos

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  2. buenisima jajaja y yo tambien quiero la continuacion

    besos
    M.S(galicia)

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  3. Genial Natalia,enganchada ya con tan solo un capitulo,ansiosa esperando maaaassss!!

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  4. buenisimo ,como todo lo que escribes,besos

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  5. Me gustaria decir que me gusta la historia pero el sexo no es lo mio peor si.es actriz porno. Creo que seguire esperando oculta entre la sobras jijiji

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