Capítulo 5
- No me parece justo. – Dijo de nuevo Brigitta,
mientras caminábamos de camino al comedor principal. - ¿Por qué ella puede
hacer su prueba en privado y nosotros no? ¿Tan mala es que no quiere que lo
veamos? Maldito bicho raro… - Tanto yo como los demás nos sorprendimos del
brusco cambio de dirección de Natalie. Ésta se había parado frente a Brigitta y
la había encerrado con suavidad, pero sin posibilidad de movimiento, contra la
pared del pasillo.
- Queridísima Bree. Puede que aun no lo sepas, pero
llegará el día en el que te arrepientas de tus palabras. La curiosidad mató al
gato… recuérdalo bien. – Natalie se acercó un poco más a Brigitta, consiguiendo
que la alta modelo pareciera mucho más pequeña y vulnerable con su rostro
completamente sonrojado. – Todos nosotros tenemos suerte de que Valentina esté
con nosotros. No nos hace falta saber el por qué, sencillamente deberíamos dar
las gracias de que no esté contra nosotros…
- Espera… Tú sabes algo. – La acusó J.J. -
¿Qué es lo que sabes? – Inquirió con desden, como si estuviera dándole una
orden. Natalie se rió con sorna, separándose de la nerviosa Brigitta.
- Yo lo sé todo, mendrugo prepotente. – Le
espetó, comenzando a caminar de nuevo. – Y ahora si me disculpáis, me están
buscando… - Antes de que J.J. pudiera responder, una figura pequeña corriendo
por el pasillo nos llamó la atención a todos.
Fue fácil reconocerla, ya que la había
visto en algunas imágenes antes. Era la hija de la Directora Guerrero.
Sophie. Sin embargo, la joven adolescente que corría hacia nosotros no se
parecía ya demasiado a la niña que había visto en algunas fotografías. Su Don,
ya que no podía tener otro nombre, era fascinante. Ser capaz de ver todas las
posibilidades… Aún no sabía como esta niña no se volvía loca…
- Natalie… - Dijo nada más llegar.
Entonces, capté algo… sutil, pero estaba ahí. Se estaban comunicando… La
expresión de Natalie no mostraba nada… pero la de la chica sí. Espera… ¿Cuál de las dos…? Fue tan
rápido que casi pasó desapercibido. Natalie comenzó a correr. Asombrados, los
demás la seguimos, sin embargo, antes de poder girar una esquina, sentí que
alguien me sujetaba del brazo. Al girarme, me encontré con unos acerados ojos
azules acompañados de una expresión seria muy parecida a la de su madre. – No
me caes bien. – Y después de lo dicho, la chica me soltó y siguió a los demás.
Momentáneamente descolocada por la frase de la joven Sophie, puse mis pies en
movimiento de nuevo alcanzando a los demás en el ascensor. Natalie no estaba. –
Por aquí iremos más rápido… ella seguramente ha ido por los conductos de
ventilación… Es demasiado impaciente. – Dijo la chica.
- ¿Adonde va? – Preguntó Bruno, con voz
grave y profunda, en un marcado acento alemán.
- A la zona de granja y cría. Es donde se
entrenan a los animales que acompañan a los grupos en las misiones y donde se
retienen aquellos en los que el GEN no ha evolucionado de forma maligna… -
Explicó Sophie.
- ¿Tenéis un zoo aquí dentro? – Preguntó
Brigitta, asombrada, a pesar de su tono condescendiente.
- No es un zoo. Es más como un lugar en el
que están seguros. Muchos de esos animales han sido tratados como monstruos por
el simple hecho de ser diferentes… Tener el GEN… COMMIT les da cobijo a cambio
de sus servicios…
- Hablas de ellos como si tuvieran
conciencia… - Se rió Brigitta. Sophie la miró muy seria.
- Todos los animales que están aquí la
tienen. En mayor o menor medida. Normalmente los grupos Junior tienen animales
pequeños. Como ratones, serpientes o lagartos. Son útiles a la hora de llevar
información y pasar a lugares más… estrechos, por así decirlo. Al año, el grupo
recibe a un animal permanente. Según las necesidades del grupo, será un animal
u otro… por ejemplo, sé los equipos de la zona de Islandia han llegado a tener
osos polares o animales marinos por sus misiones en el ártico o en el océano
Atlántico. En África las aves son muy útiles para misiones en el desierto. En
Europa del Este los animales resistentes al frío son mucho más comunes…
- ¿Qué animales se suelen destinar aquí? –
Pregunté, interesada.
- Por el clima y las diferentes zonas, los
animales varían bastante. Hay un grupo en su tercer año que tiene un flamenco,
ya que suelen dedicarse a las misiones en marismas y pantanos. Los animales de
los tres primeros grupos de Élite son un lince ibérico, un zorro rojo y un
águila. Pero también hay carcopitecos, ciervos, tigres, osos… que no tengan un
grupo asignado no significan que no ayuden cuando sea necesario. Hay un
escuadrón de lobos grises para búsqueda y rescate, incluso hay un par de fenecs
que se dedican a la búsqueda en zonas más áridas y devastadas… - El ascensor se
paró por fin y nada más abrirse la puerta, los gritos de los agentes y los
alaridos de animales inundaron nuestros oídos. – Corred, por aquí… - Sophie nos
guió entre las diferentes salas llenas de animales de todo tipo. Había crías
siendo amamantadas por sus madres o por algunos veterinarios. Salas repletas de
diferentes animales descansando en sus respectivos cubículos e incluso varias
salas llenas de entrenadores trabajando con diversos animales. Tras cruzar una
sala llena de reptiles el desgarrador sonido de un rugido lastímero y furioso nos
puso a todos los pelos de punta. – Ahí está. – Gritó Sophie, al llegar a una
sala atestada de agentes armados.
En medio de la sala, varios agentes y
veterinarios intentaban acercarse a un felino grande y oscuro. Un jaguar negro…
o lo que vulgarmente se podría denominar una pantera. El felino, mucho más
grande y fuerte que lo normal en su especie, tenía a todos los presentes casi
temblando de miedo. Escuché levemente como unos agentes decidían que la
situación no tenía mucha solución. Al parecer, acababan de traer a jaguar, pero
nada más entrar en las instalaciones, el animal se había puesto nervioso y no
dejaba que nadie se le acercara. Cinco agentes se cuadraron delante del enorme
felino y apuntaron con sus rifles a su cabeza. Sin embargo, los agentes se
quedaron estáticos, sin moverse, hasta que sus armas fueron arrancadas de sus
manos por una fuerza invisible justo antes de que una figura alta y oscura
cayera desde algún lugar del techo, plantándose peligrosamente cerca del animal
de manera elegante. La sala se quedó en silencio de murmullos y conversaciones.
Sólo los rugidos del animal retumbaban en la sala, cada vez menos bruscos y más
lastímeros. El dolor del animal era desgarrador hasta que Natalie posó
suavemente una de sus manos en la cabeza del felino, consiguiendo por primera
vez un ronroneo calmado, aunque aun agitado. Despacio, Natalie se colocó detrás
del animal, sin dejar de acariciarlo, arrancando de vez en cuando algún gemido
agudo y doloroso. La escena duró al menos un par de minutos, hasta que una
exclamación contenida sonó en boca de todos los presentes al ver a Natalie
alzarse con una cría recién nacida en sus brazos. Con cuidado, Natalie se
inclinó delante del animal, acercando la cría a su madre. Con un último suspiro
profundo, el animal murió.
Algunos veterinarios se acercaron a
Natalie con la intención de coger al pequeño animal de sus brazos. Pero todos
ellos se quedaron estáticos tras una dura mirada de ella. Alcanzando una toalla
de unos de los veterinarios, Natalie
limpió y abrigó al animal en sus brazos. Dio algunas instrucciones a una
veterinaria algo más calmada y salió de la sala llevándose con ella la cría.
- Bueno… eso fue… raro. – Dijo Brigitta,
poniendo voz a mis pensamientos. Sin preocuparme por explicarme, me dirigía a
la salida para buscar a Natalie.
***
La pequeña criatura temblorosa se acurrucó
aun más en mi regazo cuando me tumbé en el sofá. Al llegar a la habitación ya
habían traído algunas de las cosas necesarias para el cuidado del felino y
después de lavarla bien y sacarla, me dispuse a darle su primer biberón, ya que
a pesar de tener aún las ideas un tanto agitadas, el sueño y el hambre eran
gritados con insistencia en su joven mente.
- Ya está… aquí tienes pequeña. – Susurré,
cuando conseguí meterle con cuidado la tetina en la boca. Después de algunos
intentos fallidos, empezó a comer con gusto. Cuando el biberón había sido
vaciado hasta la mitad, la puerta de entrada se abrió, y una preciosa pelirroja
se acercó a mí. – Saluda al nuevo miembro de la familia. – Dije, sonriéndole y
señalando al pequeño animalillo en mi regazo.
- Lo que has hecho es muy peligroso… -
Dijo nada más sentarse en la otra esquina del sofá, mirando fijamente al
animal. - ¿Ella tiene nombre? – No me sorprendí de que a pesar de lo poco que
había visto Cassandra al animal, supiera que era hembra. Miré a la pequeña cría
en mi regazo, buscando en su interior un nombre que fuera capaz de abarcar todo
el carácter del animal.
- Bellatora… Se llama Bellatora. – Dije
por fin, consiguiendo un ronroneo conforme del pequeño animal.
- Guerrera… suena muy combativo para un
animalillo tan pequeño. – Comentó Cassandra, acariciando con cuidado la cola
del animal.
- Puede que ahora no… pero será mucho más
fuerte que su madre. Será fiel y cariñosa, pero también valiente y mortal
cuando sea necesario. Será un buen soldado, pero sin duda será una magnifica
compañera. – quité el biberón de la boca de la pequeña, acariciándole el lomo
con pequeños golpecitos hasta que el animal soltó el aire sobrante. Antes de
que Cassandra se pudiera escapar, le tendí a la pequeña y se la coloqué en el
regazo.
- ¿Qué…? – Intento moverse, pero la
pequeña cría ya estaba olisqueando al nuevo individuo en el que la habían
depositado.
- Estoy un
poco perdida y me gustaría cambiarme. No te preocupes, es muy buena
chica. – Antes de que Cassandra pudiera moverse, me escapé a mi habitación y la
dejé sola con el animal. Tras una ducha rápida, me puse una camiseta gris larga
y la parte de abajo de la interior. Cuando salí de nuevo al salón me encontré
con Cassandra acariciando dulcemente al pequeño felino dormido en su regazo. –
Parece que te ha cogido cariño… - Comenté, haciendo que Cassandra parara de
repente de acariciar al animal.
- Em… Es muy buena. Ha sido fácil. Sólo se
acurrucó sobre mí y se durmió… - Noté como los ojos de Cassandra viajaban
rápidamente por mis piernas desnudas antes de desviar la vista, avergonzada. –
Sé que puedes comunicarte con tu mente. Ya intuía que eras capaz de leer la
mente, pero la comunicación es algo que muy pocos Alfas sabes hacer… es
impresionante. – Me senté al lado de Cassandra, muy pegada a ella, aprovechando
que no se podía mover con la pequeña Bellatora encima de su regazo.
- Así que te has dado cuenta… No me
esperaba menos de ti. Aun así, te agradecería que esto quedara entre tú y yo.
No es seguro que mucha gente sepa lo que sé hacer… - Dije, mientras acariciaba
con suavidad el lomo de Bellatora.
- Eso será muy difícil después de lo de
hoy. Es obvio que fuiste tú quien detuvo a los agentes y les quitaste sus armas
sin tener contacto visual sobre ellos. Por no decir que fuiste capaz de nublar
gran parte del dolor de su madre. – Dijo Cassandra, señalando al pequeño
animal. – Lo que significa que también puedes controlar el sistema sensorial
mediante el tacto… ¿Cuánto más puedes hacer?
- Algunas cosas más… supongo. – Sonreí. –
Tal vez un monstruo con una piel muy bonita. – Dije con triste sarcasmo. Admitiendo
uno de mis muchos temores.
- No podrías… - Susurró Cassandra,
haciendo que la mirara. – Tú no eres ningún monstruo.
- ¿Cómo puedes estar segura de eso? Apenas
nos conocemos, ¿No?
- Sólo lo sé. Lo siento… Y yo nunca me
equivoco. – Dijo muy segura.
- ¿Nunca? – Pregunté divertida, pero
confiando ciegamente en lo que me decía.
- Nunca. – Repitió con firmeza.
- Entonces Cassandra… ¿Qué soy? – Pregunté,
sin esperar respuesta… sin embargo, ésta llegó.
- Aún no lo sé… pero sea lo que sea, eres
muy especial. – Dijo con suavidad.
¿Y
para ti, Cassandra? ¿Soy especial para ti?
En silencio, ambas continuamos acariciando
a la pequeña jaguar. Cada una metida en sus propios pensamientos.
Cassandra luchaba contra sus emociones…
Y yo… yo intentaba dejar de pensar en todo
lo que había visto en la joven mente de Sophie. Acontecimientos demasiado
profundos para que la joven los percibiera siquiera. Pero que yo, sin embargo,
había podido contemplar… sabiendo todas y cada una de las formas en las que
podría hacerle daño…
hola me gusta mucho esta historia espero que la termines
ResponderEliminar