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viernes, 10 de julio de 2015

El Ritmo del Deseo Capítulo 16

CAPÍTULO 16



(SAM)

- ¡Ni en broma Kate! – Le dije de nuevo, nada más entrar en su apartamento. Liz tampoco parecía muy entusiasmada con la idea. He de admitir que la razón por la que no me gustaba la idea no era el proyecto en sí. Eso me parecía bien. Era algo muy normal en la Academia y ya había realizado un par de proyectos por el estilo… cierto que en ninguno de ellos tenía que cantar… pero tampoco es necesario… lo que no podía de ninguna manera es trabajar los próximos 4 meses junto a Kelly. – No puedo hacerlo Kate. Cada vez que estoy cerca de ella soy un manojo de nervios, ¡y eso si con suerte he conseguido abrir la boca!


- Eso es cierto. – Dijo Josh, mientras iba a la cocina y se invitaba a sí mismo a una coca-cola. – Aun recuerdo cuando te diste contra la pared del aula 3 sólo porque la viste agacharse a coger un bolígrafo del suelo. Tuviste el chichón durante 2 semanas y ni siquiera se dio cuenta de que te golpeaste… pero claro, ella no es el resto de los alumnos. – Josh se estaba carcajeando cuando le pegué una colleja más fuerte de lo debido en la cabeza. - ¡Eh! – Se quejó.

- Venga chicas. Creo que podríamos hacerlo. Sam, Josh me ha dicho que eres una de las mejores bailarinas que conoce y que cuando cantas en la ducha eres la versión femenina de Bruce Springsteen. – Miré a Josh con cara de pocos amigos consiguiendo que le saliera coca-cola por la nariz.

- Eh… es cierto Sammie. Cantas muy bien… no sé si es cosa de la mampara de la ducha o de que de verdad cantas bien. Pero siempre me gusta escucharte… - Dijo limpiándose la cara de lágrimas y cola.

- Y tú Liz. – Dijo Kate, girándose hacia Liz y señalándola. Hizo un breve silencio, como intentando coger fuerzas. – Creo que nadie del instituto Collins ni de ninguna parte de Virginia no sabe que te mueves como el infierno, y aunque nunca te he oído cantar tienes un registro de voz pre… - Kate se puso colorada y desvió la mirada, justo a tiempo para perderse la expresión de sorpresa y timidez de Liz. – Perfecto para esto. – Terminó Kate, carraspeando.

- No sé Kate… no estoy segura de poder hacerlo. Es la primera vez que haría una actuación delante de todos los alumnos… y no creo que cantar sea lo mío. – Dijo Liz al fin, roja como un tomate.

- No es la primera vez Liz. Ya lo has hecho antes. – Dijo Kate, acercándose más a Liz, casi sin darse cuenta. – Imagínate que es un partido, sólo que en vez de volteretas y saltos será una coreografía más suave y más individual, como el baile de la victoria. – Dijo Kate.

- No creo que sea lo mismo que ser animadora… - Vaya. Conque Liz era animadora… le pega.

- ¿Por qué no? Los jugadores y los hinchas serán ahora profesores y alumnos… no tendrás que preocuparte de 10 chicas más… sólo de tres y sé que cantas cuando estas ensayando alguna coreografía nueva para que se te queden mejor los pasos… - Kate se cayó de repente, como si hubiera metido la pata.

- ¿Cómo sabes eso? – Preguntó Liz extrañada.

- Emm… Loren me lo dijo… me dijo que siempre ensayabas por tu cuanta antes de enseñarles los pasos nuevos a las demás…y me dijiste que también te gustaba mucho trabajar con la ropa y el diseño. Te daré toda la libertad que quieras para que trastees con el estilo que usaremos tanto para los videoclips como para la actuación. – Kate ya había entrado en la fase de la súplica y al menos pareció funcionarle con Liz.

- De acuerdo. – Dijo finalmente Liz, arrancándole una amplia sonrisa a Kate. – Con suerte no meteré mucho la pata…

- No la meterás. – Dijo Kate muy segura.

- A mí sigue sin gustarme la idea. – Sentencie, sentándome en el sofá.

- Piénsalo de esta manera. Así tendrás la oportunidad de conocerla e intentar algo con ella. – Dijo Kate, alzando las cejas.

- Por si no lo recuerdas… ya sale con alguien. Un alguien con pene. – Le dije enfadada con el mundo.

- Bueno, le gusten los penes o no. No me ha parecido que sea exclusivo…

- No, ya… si de eso ya nos hemos dado cuenta. – Soltó Liz, sentándose a mi lado y frunciendo ligeramente el ceño.

- No, lo digo en serio. Hoy hablando con ella me ha dado a entender bastante explícitamente que también le gustan las mujeres y que su relación con Lance no está siendo lo que ella esperaba. Al parecer sospecha que le pone los cuernos, o se los ha puesto… y tiene pensado cortar con él muy pronto…

- Dicen que las mujeres no te dejan si no tienen a otra persona en mente… - Dijo Josh, mirando a Kate y dejando entrever lo que todos sabíamos… que Kelly se había encaprichado con Kate.

- ¡Oh, vamos! No es nada de eso. – Dijo Kate, cogiendo una cerveza y abriéndola con un golpe en la encimera. – No me tiró los tejos en ningún momento. Sencillamente me dijo que le encantaba mi representación y que le encantaría trabajar conmigo. Eso no significa nada. – Kate bebió un trago largo de cerveza y cuando estaba por la mitad, se la tendió casi automáticamente a Liz, que la cogió sin pensar y bebió sin importarle. Son tan monas y adorables cuando no se dan cuenta de quién es la otra persona… - Y lo más importante de todo. Si eso fuera así, que no lo creo, primero, eres mi amiga, y sé que estás enamorada de tu diosa pelirroja, así que ni siquiera la consideraría y segundo, piensa un poco. Solo he estado con ella una mañana, pero he podido ver por qué has pasado desapercibida a sus ojos…

- ¿A sí? Entonces, ilumíname Sherlock. O no, espera… ya lo sé. ¿Serán mis piernas de pato, mi cuerpo de espiga y mi espalda de jorobado? ¿O tal vez sea el estado catatónico que me hace escupir y balbucear como una idiota cada vez que está cerca? Seguramente piensa que soy retrasada o algo… - Me abracé a mis piernas con fuerza, evitando mirar a ninguno de ellos.

- ¡No digas gilipolleces! – Dijo Liz, sorprendiéndonos a todos. – Ya te lo he dicho esta mañana, pero joder, eres preciosa, si no lo ve es que es imbécil y no te merece. – Dejó el botellín vació con fuerza en la mesa y fue a coger otro. Mientras lo abría, de una forma mucho más elegante que Kate. Se paró en seco y nos miró a Kate y a mí alternativamente. - ¡Eso es! ¡Hay algo que Lance y Kate tienen en común! – Kate pareció ofenderse ante ese comentario.

- ¡Yo no me parezco nada al idiota de su novio! Se le notaba de lejos que es un mujeriego y un arrogante de mierda. ¡Yo no soy así!

- Lo sé, no me refería a eso. Creo que es la actitud. Es lo primero en lo que… digo, que es lo primero que la gente ve en Kate. – Dijo, algo ruborizada. – Kate llama la atención porque hace lo que quiere y no le importa lo que piensen los demás. Tiene talento, es… atractiva. – Kate se estaba poniendo cada vez más roja…Joder, yo con 18 años no estaba tan ciega… - Y sobre todo, es segura de sí misma… Tal vez, si consigues dejarte mostrar un poco, al igual que lo has hecho con nosotros, ella comience a considerarte… - Liz se acercó a mí y me miró de arriba abajo. – Y nada de volver a ir a la calle con ropa deportiva. No es que te quede mal, pero es demasiado holgada, y no creo que tengas un cuerpo que haya que ocultar. – Kate y Josh asintieron conformes.

- Pues no tengo otra ropa. Soy bailarina y me siento cómoda yendo a clase con esta ropa. – Dije, acariciando mis cómodos pantalones de chándal gris oscuro. – La mayor parte de los bailarines vamos así. – Dijo señalando a Josh y a mí, que también llevábamos un conjunto más deportivo.

- No es lo mismo. Josh va muy bien conjuntado y marca… bueno, más de lo recomendable con su ropa. – Josh sonrió orgulloso de su look. – Y yo también voy cómoda, pero femenina. – Miré su conjunto de leggins negros, camiseta de tirantas blancas y una camisa blanca atada bajo el pecho. Vale sí, Liz iba muy bien, apenas parecía que fuera a hacer deporte, más bien era ropa de calle bien conjuntada.

- Pero a mi ese estilo no me va nada bien… soy demasiado alta, estaría ridícula. – Espeté, avergonzada.

- No te preocupes por eso, conozco a la persona adecuada para ayudarnos con eso. – Y nada más decirlo, Susan entró como un vendaval en el piso, sin un solo pelo fuera de su sitio a pesar de su evidente disgusto.

- ¡Liz, Josh, necesito ir de compras! – Dijo sin más, sacando algunos papeles de su bolso y permaneciendo al lado de la puerta.

- Sabes Susan, creo que nosotras también lo necesitamos. – Dijo Liz, con una sonrisa de oreja a oreja, mirándome. Susan me miró y enarcó una ceja, extrañada. – Necesitamos convertir a Sam en la nueva Alessandra Ambrosio. – La mala cara de Susan desapareció en un instante y el miedo me recorrió al ver en su cara la misma expresión que tenía mi madre los domingos por la mañana, cuando tenía que arreglarme para ir a misa.

- Oh, si tuviera el pelo largo sería una estupenda mezcla entre Adriana Lima y Candice Swanepoel… pero nos conformaremos por ahora. – Liz me levantó del sillón y me empujó hacia la puerta, con la ayuda de Josh. Miré a Kate, suplicante.

- ¡Ayúdame! – Le supliqué. Kate levantó las manos haciéndose la loca.

- Lo siento Candie. Mi padre me enseñó a no ir en contra de tantas mujeres… no es bueno para la salud. – Kate me guiñó un ojo al tiempo en que Loren y otra chica llegaban al piso.

- ¡Me las pagarás más tarde Kate! – Exclamé, rodeada de tres locos de la moda.


- Oh venga, no será para tanto. – Dijo Susan. -  ¿Alguna vez has ido a una sesión de rayos uva? – Genial, ahora encima me quieren asar en una barbacoa de fluorescentes… Sin darme la oportunidad de escaparme, me metí en el ascensor, deseando que el día se acabara lo antes posible.

2 comentarios:

  1. Jajajaja... me rei mucho con este capítulo... me imagino q el cambio será espectacular y ahora si le hara caso a sam... Y liz y kate hacen que me den ganas de pegarles dos cachetadas por brutas!!! A veces desesperan.
    saludos y besos

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  2. vaya seguro q la van a poner guapisima.. jajaja
    y a ver si liz y kate se dejan de tanta tonteria y espabilan...me encanto

    besos
    M.S(galicia)

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