PARTE V
Estaba completamente arriba. El alcohol, la María… y
ella, en esta pequeña habitación oscura. Resistiéndose débilmente a mis besos. Lo deseas, sé que lo deseas… no te resistas…
Puedo sentirlo en tus manos temblorosas, en los
pequeños gemidos contenidos que salen de tu garganta y la lengua que te cuesta
contener dentro de tu boca. Deseas dejarte llevar por esto… porque estas tan
obsesionada conmigo como yo lo estoy contigo rubita… y esta noche… esta noche
no te escaparas…
La apreté contra mi cuerpo, apoyándola con firmeza en
la puerta del armario, e invadí su boca con ansia y deseo. No tardó mucho en responderme.
Primero con timidez, y luego con el mismo ardor con el que yo la besaba.
Alzó sus manos y me agarró del pelo, evitando que mis
labios dejaran de torturarla. Ya era imposible parar… sentía mi entrepierna
apretarse más contra ella, buscando un mayor contacto… y cuando sus piernas se
separaron dejándome espacio entre sus piernas, se me nubló por completo el
juicio.
Bajé mis manos y acaricia sus suaves piernas bajo su
falda. Agradecí en silencio que no llevara medias y alcanzara rápidamente la
costura de su ropa interior. Gimió al sentir mis manos acariciar tentativamente
la humedad de la tela, separando ligeramente nuestros labios para coger aire
profundamente.
Aproveché el momento para agacharme y llevarme conmigo
sus bragas y sacarla sin miramientos de sus piernas. En la oscuridad, sentí
como Natalia se avergonzaba y cerraba ligeramente las piernas. Pero no la dejé.
Sujeté con delicadeza sus piernas, manteniéndolas abiertas, y hundí mi cabeza
bajo su falda, deslizando rápidamente mi lengua entre sus rizos de color rubio.
- ¡Dios! – Gimió Natalia, agarrando mi cabeza entre
sus piernas. Sabía tan bien. La mezcla perfecta entre dulce y salado. Deslicé mi
lengua con voracidad por todas partes, sintiendo como sus caderas se movían
ligeramente buscando más… atrapé su clítoris con cuidado entre mis dientes y succioné
una y otra vez, hasta sentir como Natalia comenzaba a temblar entre mis brazos…
estaba cerca, pero aún no había acabado.
Me levanté, ignorando el gruñido de frustración que
salió de su garganta, exasperado, y la alcé entre mis brazos, apoyando su
espalda contra la puerta y llevando mi mano a su entrepierna. Instintivamente,
rodeo mi cintura con sus piernas y arqueó su espalda dándome un mejor acceso.
Cuando mis dedos encontraron ese suave terciopelo
húmedo, no dudé en adentrarme dentro de ella y gruñir de placer al sentir su
firme y estrecho interior aferrarse a mis dedos. El cálido aliento de Natalia
me acarició la oreja mientras entraba y salía de su interior. Aferrada con
fuerza alrededor de mi cuello, se apretó más a mí y comenzó a empujar con rapidez
sus caderas contra mi mano. Respondiendo a su petición muda, en cada acometida
entraba aún más hondo, aún más profundo… y cuando mis dedos se encerraron en su
interior, la sujeté con firmeza entre mis brazos hasta que su cuerpo dejó de
convulsionarse de placer.
Justo cuando dejaba de nuevo a Natalia en el suelo y
me inclinaba para besarla, un par de golpes en la puerta del armario nos
sorprendió a ambas.
- Toc, Toc. Se acabaron los 7 minutos en el paraíso. –
Dijo Laura desde el vestíbulo, antes de marcharse para que saliéramos. En ese
instante, se me aclaró la mente por completo, y me invadió una vergüenza muy
poco corriente en mí. Estaba excitada y acababa de hacer el… de follarme a
Natalia en un armario… ¿Pero qué demonios me pasa?
- Yo… - Comencé a decir avergonzada. – Yo… siento… -
En ese momento Natalia abrió la puerta del armario, y la luz entró por fin. Parpadee
un par de veces hasta que por fin mis ojos se adaptaron de nuevo a la luz y
cuando miré de nuevo a Natalia dejé de respirar.
Tenía el pelo rubio completamente revuelto y la falda
y la blusa estaban muy arrugadas. Respiraba con dificultad y tenía los labios
hinchados y rojos. Pero fueron sus ojos los que me dejaron sin respiración. Sus
pupilas dilatadas hacían casi imperceptible el azul cada vez más oscuro de sus
ojos y su mirada… oh Dios, su mirada me decía que aún no habíamos acabado.
- Ven. – Me dijo, agarrándome la mano y tirándome fuera
del armario. Pensé que íbamos al salón de nuevo, así que me sorprendí de que me
arrastrara escaleras arriba.
- ¿Qué…?
- Ahora. A mi habitación. – Dijo Natalia sin más, de
manera autoritaria. La seguí sin rechistar hasta llegar a su habitación. Entramos
y nada más pasar oí como cerro el pestillo de su puerta. Al girarme, las manos
de Natalia me alzaron la camiseta sin
permiso y cuando la tiró al suelo de la habitación dirigió sus manos
directamente al cierre de mis pantalones. – Desnúdate.
Como si hubiera apretado un botón, comencé a desnudarme
con prisa mientras ella hacia lo mismo. Ahora todo era diferente. La estaba
viendo desnudarse delante de mí… y ella me estaba viendo a mí… ya no había
oscuridad que nos protegiera de nuestras miradas… ahora podía ver el deseo en
sus ojos, recorriéndome con ansia y quemando cada nueva parte de piel que
quedaba al descubierto. Ya no había dudas… el en armario Natalia podía hacer
como si no se estuviera liando con una chica… pero ahora me veía y no había
ninguna duda. Deseaba acostarse conmigo… una mujer… y no tenía miedo.
Como dos imanes, en cuanto nuestros cuerpos estuvieron
completamente desnudos, nos encontramos en medio de la habitación y nos dejamos
caer sobre la cama, juntando por fin nuestras pieles por primera vez. Ella estaba
sobre mí, deleitándose con mi cuello y con mis pechos, sin pudor alguno. Lamía,
mordía y gemía disfrutando del buffet libre de mi cuerpo. Sabía que no era
virgen pero nunca lo había hecho con una mujer, así que me sorprendió lo rápido
que supo tocar en los lugares adecuados, acabando con su cabeza entre mis
piernas.
Al sentir por primera vez su cálida lengua sobre mi
coño no pude evitar gemir con fuerza, sin importarme demasiado quién llegara a
oírme. Agarré las sábanas con fuerza mientras miraba con deleite como Natalia
subía y bajaba con su lengua una y otra vez, buscando el ritmo perfecto para
mí, mirándome con los ojos de un león hambriento. Mirándola a esos ojos de
perdición, no pude aguantar el potente orgasmo que me recorrió por entero en
cuanto sus labios se cerraron sobre mi clítoris con una leve presión.
Aun estando agitada, Natalia se tumbó sobre mí y me
besó con mi sabor en sus labios. Semi adormecida y sensible, noté como juntaba
su centro con el mío arrancándonos un nuevo gemido a ambas. Estaba tan sensible
que en cuanto comenzó a mecerse sobre mí estuve a punto de dejarme llevar de
nuevo, pero al mirar a sus ojos vi que ella también estaba cerca, así que
aguanté todo lo que pude hasta que ya fue inevitable y me dejé llevar de nuevo
por el éxtasis, aferrándome a su cuerpo, también tembloroso y febril.
Natalia se dejó caer sobre mí y la abracé con cariño,
intentando calmar los latidos agitados de mi corazón, tan parecidos a los
suyos. Poco a poco, sentí como el cuerpo sobre mí se relajaba y la respiración
de Natalia se volvía más lenta y profunda. Se había quedado dormida.
Acaricie con cuidado el pelo rubio de Natalia mientras
hacía pequeños círculos en su espalda. Ella se aferró aún más a mí sin
despertarse y me arrancó un suspiro involuntario. Se estaba tan bien sintiendo
su cuerpo desnudo sobre el mío… y en este momento no era nada sexual, aunque
aún podía sentir el latido de la excitación en mi entrepierna… no, era distinto…
era cálido y agradable… una sensación de placidez y calma muy extraños pero que
a su vez me hacía condenadamente feliz…
Intenté poner el freno a esa clase de pensamientos. Natalia
no es como yo… estábamos borrachas y colocadas. Lo que ha pasado esta noche no volverá
a pasar por mucho que tú lo desees… ¿Verdad?
Y fue así, con un tumulto de emociones contrapuestas
atormentando mi cabeza, que me dejé llevar por el sueño, deseando que al
despertar, ella aun siguiera conmigo…
Hay por dios al fin lo hicieron... q bien!!!!...
ResponderEliminarAhora solo espero q no le hechen la culpa al trago y se digan lo que sienten...
Oh por dios!!! Natalia salio mas atrevida de lo que yo pensé...jajajajaja
ResponderEliminarMuy bno espero y no se lo achaquen al alcohol, aunque a Cristina después de que salio del closet se le quito cualquier cosa.
Bella espectacular como siempre, espero estés descansando muchísimo y con mucha tranquilidad para que regreses con fuerzas y ánimos renovados. Saludos ;)
Luisa V.
El alcohol y sus locuras y como las mas burras seguro ocultaran su sentir. Ojala y este equivocada. Excelente entrega de fin de semana
ResponderEliminarpor dios !!! q capitulo mas ...... ya era hora q espabilaran espero q no se arrepientan cuando despierten
ResponderEliminarM.S(galicia)
Hola Bella querida! tenia mi notebook estropeada y desde mi movil no se subian los comentarios. Agradecida por las entregas diarias que nos regalas...Feliz descanso merecido!!!! Monica desde Cordoba Argentina
ResponderEliminarSiii hicieron el amor que emocion es mutua la atraccion encantada de leer esta hermosa historia
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