CAPÍTULO 17
(LOREN)
-
¿A dónde va con tanta prisa? – Pregunté al ver como Susan, Liz, Sam y Josh
salían tan ruidosamente del apartamento.
-
Nada, que al parecer la pobre Sam va ser el próximo experimento de Susan para
un “cambio radical” – Dijo Kate, terminándose una cerveza. - ¿Quién es? –
Preguntó, inclinando la cabeza ligeramente hacia Lola.
-
Oh, esta es Lola. También acaba de entrar en Columbia pero aún no está muy
acostumbrada a hablar inglés así que la he adoptado un poco. – Metí a Lola en
el apartamento y cerré la puerta. – Ven
Lola, voy a presentarte a mi mejor amiga. – Kate se acercó, ofreciéndonos
un par de botellines de cerveza, pero Lola dijo que no bebía, así que trajo una
coca-cola para ella. – Bueno, Lola, esta
es Kate. Kate, esta es Lola. No te preocupes por hablar sólo en español, Kate
lo entiende perfectamente.
-
¡Genial! Siempre decían que en los
Estados Unidos había mucha gente que hablaba español, pero desde que llegué lo
máximo que saben decir es “Chupito” y “Tequila”. – Las tres nos empezamos a
reír y nos sentamos en el sofá. – Por
suerte Loren se ha ofrecido a darme clases de inglés y ayudarme con los apuntes
de clase… menos mal que ambas estudiamos derecho… no sé qué habría hecho sin
ti. – Lola se inclinó hacia mí y me dio una sonoro beso en la mejilla. Kate
nos observó curiosa mientras quitaba la pegatina del botellín. – ¿Dónde está el baño? – Preguntó Lola. Le
indiqué la puerta con el dedo y ella se despidió diciendo que no tardaría
mucho.
-
Vaya… parece que la cubanita te ha cogido cariño… - Dijo Kate, alzando las
cejas.
-
No es lo que crees… ella es… - Comencé.
-
Hetero, ya me he dado cuenta. – Dijo Kate divertida.
-
¿Y entonces por qué dices nada?
-
Sólo quería picarte un poco… no he podido evitarlo. Desde que entró Susan como
un vendaval con cara de pocos amigos supe que algo no iba bien… y al verte con
esa chica con curvas de infarto… pues…
-
¿Qué? Susan lleva todo el día rara conmigo… creo que está molesta porque Lola
nos ha acompañado todo el día… puede que se sienta traicionada por no haber
pasado nuestro primer día en la facultad cómo lo planeamos, pero tampoco es
para tanto. Además, creo que si Lola supiera hablar con ella se llevarían genial…
no hace más que hablar de ropa y de chicos… son tal para cual. – Dije, algo
molesta.
-
Por Dios Loren, ¿Cómo puedes estar tan ciega? Es obvio que está celosa. – Dijo Kate,
ya con las mejillas enrojecidas.
-
¿De qué iba a estar celosa? Y tú, deberías dejar de beber, ¿Cuántas cervezas te
has tomado? Se te está yendo la pinza… - Kate negó con la cabeza.
-
Sólo me he tomado tres y una la he compartido con… - Kate dejó de hablar
durante un buen rato.
-
Eo… ¿Kate? ¿Dónde te has ido? – Le dije, divertida, viendo como miraba
fijamente la boca del botellín.
-
Dios… antes… yo… ¡Dios! – Kate se levantó del sofá completamente colorada. – ¡Es
culpa tuya! ¡Estaba tan distraída con la conversación que no me di cuenta!
-
¿Y de qué tengo yo la culpa? – Pregunté molesta.
- ¡Pues
de esa manía tuya de no pedirte nunca bebida cuando salimos por ahí! Siempre
acababas tomándote la mía, así que ya directamente te la pasaba para que
tomases… ¡Ay Dios!
-
¿Y qué tiene eso que ver ahora?
- ¡Pues
que no me di cuenta de lo que hacía! Cuando estaba intentando convencer a Sam y
Liz de que Kelly no me había tirado los tejos…
-
Espera… ¿Quién es Kelly?
-
Oh, una chica de una curso superior que me ha hecho de guía hoy. Canta muy bien
y me va a ayudar con un proyecto para la Academia… bueno, la cuestión es que
Kelly es la pelirroja con la que está obsesionada Sam y mientras intentaba
convencerla de que participara también en el proyecto, para que así pudiera
acercarse más a ella, se me fue la pinza y le tendí el botellín de cerveza a
Liz, casi obligándola a beber… ¡Dios, que desastre! ¿Se pensará que la quiero
emborrachar? ¡Malditas manías! – Kate estaba como una moto, dando vueltas de un
lado a otro.
-
Oye, oye, tranquila, ¿vale? No es para tanto. ¿Qué hizo Liz de todas formas?
-
¿Cómo que qué hizo? ¡Pues se la bebió! – No pude evitar sonreír.
-
Bueno, al menos ahora sabes que tus babas no le molestan en absoluto. – No pude
evitar partirme de risa al ver la expresión de horror y asombro de Kate, unida
a una cara cada vez más colorada. – Anda Kate, no te alteres. Yo creo que es
una buena señal…
-
Para ti es fácil decirlo, haces cosas de esas con Susan todo el tiempo, pero
por si lo has olvidado, yo apenas conozco a Liz, y acabamos de empezar a vivir
todas juntas… ¡No puedo hacer esas cosas! ¡Estaría quedando fatal! – Kate dejó
de hablar cuando escuchó la puerta del baño abrirse y ver a Lola salir de él,
con el glose puesto y el pelo arreglado.
- Oye chicas, ¿Sabéis si el rubito tan mono de
antes volverá? Estaba cañón… - Kate y yo nos miramos y nos empezamos a
reír, dejando a Lola completamente traspuesta. - ¿Qué?
(KATE)
Ya
habían pasado más de tres horas y aún no habían aparecido los chicos. Lola,
Loren y yo habíamos empezado a jugar a las cartas después de explicarle a Lola
que Josh era tan Gay que se lo podía llevar de compras cuando quisiera. La
pobre, desencantada, dijo lo típico de “¿Por qué todos los hombres guapos o son
Gays o están cogidos?”
Cerca
de las diez de la noche, Loren y yo estábamos ya como cubas, con la pobre Lola haciéndonos
de niñera, ya que era la única que no había bebido nada. Por desgracia, como
suele pasar siempre, Lola se encontraba tirada encima de Loren exigiéndole que
le devolviera su pañuelo, ya que Loren se lo había puesto al estilo japonés,
cuando la puerta del apartamento se abrió, llenando el apartamento de nuevas
risas, hasta que obviamente, Susan vió la escena.
-
Vaya, parece que os lo estáis pasando en grande. – Dijo Susan secamente. Liz,
que iba tras ella con un par de bolsas me sonrió de manera cómplice y pude
notar como mis mejillas se calentaban. - Pensaba que ya se habría ido – Dijo Susan,
cortante, refiriéndose a Lola. Lola, la pobre, nos miró a Loren y a mí, sin
haber entendido nada.
- Susan pregunta si te vas a quedar a dormir. –
Le dije, recibiendo una mirada extrañada de Loren.
- Oh, me encantaría… humm, ¿Cómo se dice? ¡Fiesta
de pijamas! – Al oír esa palabra, Susan se tensó como si le hubieran metido
algo por el culo.
-
Genial. – Dijo enfadada, dirigiéndose a su habitación.
-
Habíamos pensado que Lola durmiera en la habitación de Loren. – Solté, haciendo
que Susan se parara en seco antes de entrar en su habitación. – Cómo Liz y tú
sois las únicas que tienen camas de matrimonio, para que Lola no se siente
incómoda creímos que sería lo correcto dejarle la habitación de Loren sólo para
ella, y que Loren y tú durmáis juntas… ya que estáis acostumbradas. – Vi como
Liz se empezaba a reír al ver las granas expresiones en los rostros de Loren y
Susan. Sabía que Loren y Susan no había vuelto a compartir cama desde que Loren
le dijera que era lesbiana… era hora de dar un pequeño empujoncito.
-
Cla-claro. Es lógico. – Dijo Susan, antes de meterse rápidamente en su
habitación.
-
¿Se puede saber a qué coño ha venido eso? – Me preguntó Loren, alterada.
- Oh, vamos… no te preocupes… tú sólo acuérdate
de coger ropa interior sexy de la gaveta. – Uno de los cojines del sofá me dio en
toda la cara. – Vale, vale… también puedes dormir desnuda… - Al ver como Loren
hacía el amago de coger uno de los botellines de cerveza, me fui corriendo
hasta Liz y me escondí detrás de ella. – Ayúdame, me quiere matar después de
haberle conseguido exactamente lo que quería… ¡Está loca!
-
Vamos Loren, ya es hora de que le eches valor… - Dijo Liz, dejando a la pobre
Loren descompuesta.
-
¿Se lo has dicho? ¡No me puedo creer que se lo hayas dicho! – Dijo Loren
enfadada. – Pues que sepas Liz, que Kate está… - Le tapeé rápidamente los oídos
a Liz, tragándome la vergüenza de estar tocándola sin su permiso.
-
¡SUSAN! – Grité, haciendo que Susan, que ya llevaba un pijama corto de
conejitos rosas saliera de su habitación. – Vaya… muy mono el pijama.
-
Gracias… ¿Por qué gritas? – Dijo Susan ofuscada.
-
Oh, lo siento, es que acabo de recordar que Loren me dijo que está…
- ¡VALE!
– Gritó Loren, levantándose de golpe. – Me voy a la ducha… que estoy
c-a-n-s-a-d-a. – Loren se metió rápidamente en el baño y Susan, extrañada,
también se metió en su habitación. En ese momento, quité las manos de los oídos
de Liz sintiendo mis manos más sudorosas de lo recomendable.
-
¿Os lo habéis pasado bien? ¿Sam tiene ahora el pelo verde o algo así? – Liz se
giró, algo inquieta… Normal, tiene que
sentirse muy incómoda después de tenerte sudando detrás de ella… me alejé
un paso instintivamente.
-
Oh, si… ha sido genial. Si Sam sigue nuestros consejos mañana parecerá una
persona nueva…humm… bueno, parece que tendremos que jugar a algo con esa chica.
– Dijo Liz, mirando a Lola, que estaba comenzando a sacar un montón de
maquillaje de su bolso.
-
Sí, sí… en eso no había pensado… bueno, lo mejor será que le diga dónde está la
habitación de Loren y que yo también me ponga mi “pijama” – Dije, haciendo el
gesto de las comillas con las manos.
-
¿No tienes pijama? – Me preguntó extrañada Liz.
-
No, la verdad es que suelo dormir desnuda… - ¡Mierda! ¿Cómo coño se te ocurre decir eso? – En fin… voy a ponerme
algo y avisar a Sam y Josh, por si se quieren apuntar…
-
Va-vale. – Dijo Liz, nerviosa. ¡Por qué
demonios tengo que ser tan metepatas! Anda… sal de aquí antes de que te hundas
más en el fango… Le enseñé a Lola donde estaba la habitación de Loren y me
metí rápidamente en la mía, extrañándome de que Liz siguiera exactamente en el
mismo sitio donde la dejé…
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