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sábado, 4 de julio de 2015

Falsas Apariencias - Parte II

PARTE II



Logan me llevó a un polígono industrial algo alejado de la ciudad, cerca del puerto deportivo. Al principio no conseguí distinguir ningún ruido debido al sonido estridente de la moto. Pero en cuanto Logan apagó el motor, conseguí distinguir un sordo sonido de percusión. Al principio no vi a nadie, hasta que Logan se encaminó a una gran puerta de hierro de un rojo descascarillado, dio una serie de toques y un gran hombre salió por una puerta lateral.


- Vaya, vaya… ¡Pero si es Logan Patterson en persona! ¿No vendrás a cerrarme el garito verdad?

- Nada de eso Greg, hoy sólo busco algo de diversión para mí y para mi amiga. – Logan me señaló con un movimiento de cabeza y el gran hombre me examinó con atención…pero no con lujuria…podría ser…

- Bueno, bueno… ¡parece que te ha tocado el gordo, pequeña! Vamos, pasad. Decidle a Bobby que os ponga en el reservado del fondo, así no tendréis que preocuparos por los demás…

- Gracias Greg. – Seguí a Logan al interior, donde una gran antesala completamente desnuda salvo por el pequeño guardarropa, daba a una habitación tapada sólo por una gruesa cortina negra. Logan cogió nuestras chaquetas y los cascos y se los dio a la chica del guardarropa, la cual no dudo en darle un intenso repaso a Logan, que pareció no darse cuenta.

- Cuanto tiempo Logan… - La chica retuvo más segundos de la cuenta sus manos juntas cuando le tendía el número de su taquilla. - ¿Luego me reservaras un baile? – La rubia menuda se apoyó en el mostrador dejando a plena vista su amplio busto.

- Lo siento Chrisie, esta noche vengo acompañada. – La chica me lanzó una de las mayores miradas de desprecio que he recibido en mi vida, aunque seguro que no tan dura como la que yo le estaba lanzando a ella…

- Una lástima…otra noche tal vez…

Agarré posesivamente el brazo de Logan mientras nos encaminábamos hacia la música. Al cruzar la cortina me sorprendió ver la lujosa discoteca, iluminada por leds azules y violetas. En el centro había una gran pista de baile casi repleta de parejas disfrutando de la música electrónica y una amplia barra a la izquierda con camareros de torso descubierto y pajaritas blancas. A la derecha, varios reservados vips estaban separados de la pista de baile por una suave cortina de visillo gris donde algunas parejas disfrutaban de su intimidad. Hasta ese momento no me percaté de que se trataba de un bar de ambiente.

Logan le dio la mano al chico que se encontraba en las escaleras que daban a los reservados y este nos indicó que ocupáramos el reservado del fondo, donde un chico tan descubierto como los demás camareros nos preguntó por nuestra consumición.

- Yo quiero una Murphy’s y la señorita… - Logan me miró expectante.

- Emm… Anuska con soda de limón, por favor.

- Perfecto. – El chico se marchó y en menos de un par de minutos apareció con un coctel de vaso alto y un gran vaso de pinta de cerveza roja.

Ambas bebimos ávidamente nuestras bebidas, las cuales, no sé la suya, pero la mía estaba cargada para matar a un regimiento. Comenté lo mucho que me gustaba el local y ella me explicó que Greg, irlandés de pura cepa, era el marido de Carlos, el hermano de Tina, y que por eso conocía el lugar. Logan parecía estar tan nerviosa como yo. Intentaba mirar a todas partes menos a mí y podía sentir el calor de su muslo pegado al mío, que se movía al ritmo de la música. Su ajustada camiseta roja se había levantado durante el viaje en moto y tenía una visión perfecta de sus suaves abdominales y su estrecha cintura. Me armé de valor en mi último trago y me levanté tendiéndole la mano.


- ¡Bailemos!  - Logan se levantó como un resorte y me agarró con firmeza la mano. La guie con decisión hasta el centro de la pista, donde la gente ya empezaba a moverse al ritmo de Ghost Town, de Adam Lambert. Sin embargo, una vez allí, mis rodillas temblaron y me quedé momentáneamente helada. Logan me agarró por la cintura y se pegó a mí por detrás.


- Tranquila, la que no sabe bailar soy yo. – el vello de mis brazos se erizó ante el susurro en mi oído. Curve los labios en una suave sonrisa mientras nuestros cuerpos se mecían juntos al son de la música. Podía sentir su agitada respiración en mi nuca mientras sus manos viajaban por mis costados, sin invadir nunca ninguna zona comprometida. Podía sentir su firme pecho contra mi espalda…agarré firmemente sus manos y se las estreche sobre mi vientre mientras pegaba aún más mi cuerpo al suyo y contoneaba mis caderas para guiarla en el baile. Sentía mi corazón a mil por hora cuando sus brazos me estrecharon contra su cuerpo y me giraban suavemente hasta quedar cara a cara.

La música había cambiado, ahora era un ritmo mucho más lento, y la clásica canción de Me and Mrs Jones, era interpretada de una forma mucho más sugerente y moderna... Aunque eso no quita que sea una canción muy íntima… Al mirar por encima del hombro de Logan, via a Greg al lado del DJ guiñándome un ojo… Madre mía, que poco tacto que tienen los irlandeses… Supongo que mejor ésta que Unchained Melody, eso habría sido demasiado vergonzoso…



A nuestro alrededor, la gente estaba extrañada por el brusco cambio de música, pero las parejas comenzaron a formarse rápidamente y poco a poco, los besos y abrazos de los demás nos rodearon crearon un ritmo   mucho más lento y pesado.

Al levantar mi mirada, vi a Logan mirándome con sus oscuros ojos verdes y sentí como mi corazón se saltó un latido. Parecía que intentaba escrutar en lo más profundo de mi alma. Pude notar, a pesar de la escasa iluminación, como su cuello y sus claras mejillas tenían un suave color granate. Sus gruesos labios se abrieron dejando escapar un ligero suspiro.

- Eres preciosa… - Sentí como me derretía al sentir sus suaves dedos acariciar mi mandíbula. Se fue acercando lentamente a mí, hasta que nuestras respiraciones se mezclaron en el corto espacio que nos separaba. – Melinda…

Acorté el espacio que nos separaba hasta juntar nuestros labios en un beso suave y curioso. Noté como nuestros cuerpos sufrían una violenta sacudida de excitación, lo que me llevó a alzar mis manos y rodear su cuello, acercándola más a mí y manteniendo nuestros labios pegados. El beso se fue tornando ardiente y profundo cuando nuestras lenguas se encontraron y danzaron ansiando mayor profundidad.

Sentí que mi cuerpo entraba en combustión… y en medio de una pista de baile. Lo que tenía pensado para Logan no era lo más apropiado en este lugar… Me separé como pude de ella, pegando nuestras frentes y manteniendo nuestros cuerpos unidos.

- Sácame de aquí. – Le dije, en apenas un susurro.

Logan me agarró suavemente de la muñeca y me guio hasta la barra, donde pagó nuestras consumiciones y se despidió de Bobby. Salimos de la sala y recogió nuestras pertenencias de una más que sorprendida Chrisie.

- Vaya…parece que esta noche estás de suerte rubia… - Dijo Chrisie con desdén.

Llegamos a la puerta y un muy sorprendido Greg nos dejó pasar, no antes de recordarle a Logan algo sobre una reunión familiar la semana próxima. Subimos a la moto y emprendimos la carrera. En apenas 5 minutos, estábamos en un barrio humilde de pisos, muy cercanos a la playa. Logan me llevó sin decir una palabra hasta el portal, que abrió con un ligero golpe de caderas después de meter la llave. Subimos por las escaleras hasta el segundo piso y entramos en el departamento 2ª.

Logan dejó las llaves en un pequeño cuenco que había sobre una estantería cerca de la puerta. Encendió las luces y me encontré ante un pequeño pero adorable apartamento. No había muchos muebles; un gran sofá, un televisor antiguo, un sinfín de estanterías de nogal llenas de libros y expedientes, así como una enorme pizarra con fotos y datos, a los que rápidamente Logan dio la vuelta.

- Lo siento, no son fotos muy agradables… - La cocina, abierta al salón, era muy pequeña, apenas un par de encimeras, los fogones antiguos, la nevera y el fregadero. Todo era sencillo y acogedor… y asombrosamente limpio comparado con mi casa. - ¿Te apetece algo de beber? Tengo – Miro dentro de la nevera… - Umm… Cerveza y agua. – Sonreí al ver su vergüenza… tal vez lo que decía Tina era verdad y la detective Patterson no iba mucho a la compra.

- Una cerveza está bien. – Logan sacó dos botellines de cerveza de la misma marca que pidió en la discoteca. – Vaya… te gusta esta cerveza ¿Verdad? Yo nunca la había visto antes. – Dije, mientras aceptaba una de ellas después de la que la abriera con un curioso abridor con forma de revolver.

- Sí, desde que la probé el año pasado no tomo otra cerveza. Greg me ayuda a conseguirla ya que es de importación. Él la pide para la discoteca así que no le importa apartarme una caja todos los meses. Al ser una cerveza irlandesa se enorgullece de habérmela hecho probar. – Probé un sorbo de la cerveza…era suave y espesa. Tenía un sabor dulce pero no meloso… me gustó mucho.

- Humm… ¡está muy buena!

- Sabe mucho mejor cuando la pides de tiro que en botellín… - Ambas nos quedábamos momentáneamente en silencio bebiendo nuestras cervezas. Sabíamos a qué habíamos venido, pero aún no sabía cómo actuar.

Logan me gustaba mucho. Quería algo más con ella que una rápida sesión de sexo desesperado y salvaje… aunque mi cuerpo me dijera lo contrario.

- Sabes… Yo no… Cómo decirlo…Yo no suelo… - Logan nos señaló a ambas y luego a su departamento. – Dios, esto se me da fatal…

Mis ojos se abrieron como platos. Cielos, ¡es adorable! Quien lo habría dicho de la fría y cruel detective. Dejé el botellín ya vacío en la pequeña mesa negra de café y me incliné un poco hacia ella.

- Yo tampoco… la verdad es que no me gustaría que esto sólo fuera para ti un rollo más de una noche…

- ¡No! – Logan se alarmó pero volvió a mostrarse algo azorada. – Yo nunca te haría eso… y por mucho que diga Chrisie… lo cierto es que yo sólo voy a la discoteca a evadirme un poco… no suelo… bueno, ya sabes… no soy una novata ni nada de eso… pero… - agarré sus nerviosas manos suavemente y la miré a los ojos.

- Logan… me gustas… muchísimo, pero me gustaría saber qué piensas de mí… llevo tres meses babeando por ti en la comisaría y, sinceramente, creí que te desagradaba…

- No, no es eso… es que… - Noté como sus mejillas volvían a enrojecerse. – Yo…no soy una persona muy dada a mostrar mis sentimientos… y la verdad… Nunca pensé tener alguna posibilidad contigo. Cuando te conocí y vi a todos esos idiotas babeando por ti pensé que lo hacías a propósito… llevabas esa blusa blanca tan transparente y esos vaqueros tan apretados que… - Se estaba poniendo como un tomate. ¿Recuerda lo que llevaba ese día? – Yo… lo siento. Me dejé llevar por las apariencias e intenté evitarte. Cuando te vi por primera vez me sentí como todos esos idiotas y no quería que te sintieras incómoda…

No pude aguantarme más, y me lancé encima de ella, callándola con mis labios. Logan me estrechó entre sus brazos, titubeante. Al separarme de sus labios ya no era yo la que controlaba mis labios…

- Te deseo Logan…

***

Noté como una sensación parecida a un cortocircuito en la corriente eléctrica me recorría por entero al tenerla encima de mí. Sentía mis manos temblar a su alrededor… pero ya no de timidez… era impaciencia… quería sentirla, saborearla… quería que se corriera tan duro que no quisiera otras manos encima de ella que no fueran las mías…

La besé de nuevo ahogando un gruñido salvaje y la levanté del sofá, cargándola entre mis brazos, mientras sus piernas me rodeaban la cintura con firmeza.

Mordí, lamí y succioné sus labios con fruición. Deleitándome con cada sonido que salía de su garganta. Recé y supliqué no estar haciéndole daño con mi impaciencia… pero es que era como si hubiera activado algo dentro de mí… algo salvaje e incontrolable incapaz de parar…

Noté el borde de mi cama en las rodillas y me sorprendí de haber llegado sin apenas abrir los ojos. La lancé en la cama, haciendo que sus grandes y jugosos pechos rebotaran sin control… tiré con fuerza de sus botas quitándoselas y lanzándolas a algún lugar de la habitación, mientras ella tanteaba con manos temblorosas el cierre de sus pantalones, los cuales fueron arrancados por mí con la misma falta de delicadeza, haciendo que Melinda soltara un suave quejido…

- ¿Estoy siendo muy brusca? – Pregunté asustada, tras bajarme mis propios pantalones y deshacerme de mi camiseta. Melinda se quitó su top azul impaciente y me miró el torso desnudo con fuego en los ojos.

- ¡Deja la caballerosidad y ven a follarme! – Dijo con un rugido. Con su permiso, me lancé sobre ella quitándome la última pieza de ropa que me quedaba y llevando mis manos a su espalda, para quitar de mi camino el precioso pero molesto sujetador de algodón blanco con encaje. Cuando sus pechos quedaron libres, casi me avergüenzo de ronronear como un gato sobre ellos mientras los chupaba y tiraba con fuerza de sus pezones… me encontraba en la gloria… siempre supe que serían así de blandos y estrujables… - Sí… así… Ahh… - Sus gemidos me ponían la piel de gallina… pero quería más, quería que gritara de placer… Así que la giré en la cama, y la agarré con fuerza de las nalgas, provocándole un grito ahogado. – Sí… más… más fuerte… - Me agaché y le di varios mordiscos por todo su hermoso y terso trasero. Al erguirme de nuevo, le di una suave pero firme cachetada en la nalga derecha. – Ahh…

- ¿Así que te gusta que te castiguen? – Pregunté, mientras sobaba con delicadeza la marca roja que le había hecho.

- Humm… - Gemía Melinda… pero no me respondía. Así que la alcé, pegando mi cuerpo a su espalda, mientras le volvía a coger los pechos con posesividad.

- Te he hecho un pregunta… - Dije con dulce exigencia en su oído, tirando de su lóbulo con los dientes.

- So…sólo tú… - Dijo Melinda entrecortadamente, apretando con sus manos mi agarre en sus pechos. – Por favor… lo necesito… - Su ruego fue suficiente para mí. Bajé con decisión mi mano derecha y apreté con firmeza entre sus piernas por encima del algodón, sintiendo esa maravillosa humedad impregnar por completo la prenda y mis manos… Melinda comenzó a mover las caderas contra mi mano con impaciencia. – ¡Sí! – ¡No! Quité mi mano rápidamente y al mismo tiempo que Melinda soltaba un quejido de perdida, la giré y la volví a colocar tumbada en la cama, arrancándole las bragas con un fuerte tirón, rompiéndolas a girones.

Sin embargo, antes de poder inclinarme y comerme su precioso y brillante triangulo rubio, una hábil mano se adentró en mi interior, haciéndome gemir de necesidad, para luego retirarse y perderse entre los labios de Melinda, que limpio su dedo como si de un polo se tratase. Sentí como mi clítoris se endurecía aún más al ver su lengua terminar de limpiar su dedo.

- ¡Espero que te guste fuerte y rápido, porque es así como te voy a follar! – Le gruñí, levantando sus piernas y juntando nuestras caderas con un placer casi doloroso. La besé con ansia mientras mí entrepierna se frotaban con fuerza contra la suya, sintiendo la humedad crecer y crecer, hasta que ambas llegamos a un orgasmo rápido y electrizante…

Aún tenía el cuerpo temblando cuando me agaché y rebusqué debajo de la cama. Saqué una pequeña caja de zapatos negra y saqué un pequeño juguetito que aún no había estrenado. Vi como los ojos de Melinda se dilataban y se anclaban al juguete con deseo y anticipación. Le tendía uno de los lados y ella lo agarró en su extensión.

- Adelante… métemelo. – Le dije, guiando su muñeca hasta mí entrepierna. Abrí aún más las piernas y me sorprendí con la facilidad con la que el dildo entró en mi interior, hundiéndose en mí y permaneciendo bien sujeto sin la ayuda de arnés. Melina, que aun sujetaba el otro lado con su mano, comenzó a moverla como si me estuviera acariciando, provocando suaves movimientos en mi interior y creando una constante vibración en la bala que había sobre el clítoris. – Si sigues así… no duraré mucho… - Ante toda respuesta, Melinda se agachó y se metió la longitud del juguete en su boca, gimiendo y chupando a placer, haciendo que la bala vibrase cada vez más con la presión, que se extendía al resto del aparato. – Ahh… ¡Basta! ¡Me voy a correr! – Le dije, apartándola del juguete y tumbándola en la cama.

Sin decir nada, ella misma se colocó uno de los cojines bajo sus caderas y me esperó con las piernas abiertas, permitiéndome ver su coño abierto y listo para mí. Agarró con una mano la punta exterior y la guio a su interior, enroscándose a mi cuando estuve enterrada en ella por completo.

Permanecí así, dentro de ella, sin moverme, sintiendo la exquisita sensación de sentirla también dentro de mí, con sus piernas aferradas en mis nalgas, evitando que me separase… la miré a los ojos… esos enormes y preciosos ojos azules que me dejan sin aliento… y vi tanto amor y deseo que casi se me para el corazón.

Me agaché despacio y la bese con suavidad, en un beso húmedo y lento, mientras mis caderas se separaban de ella con cuidado y volvían a entrar de nuevo… una y otra vez… cada vez más rápido y más profundo… sentía sus uñas en mis espada y sus piernas empujándome con insistencia contra ella… a los pocos minutos, ambas gritamos juntas, saciando nuestra sed… por ahora…

***

(7 meses más tarde)

Estaba terminando de recoger las cosas de mi escritorio cuando escuché el desagradable sonido de unos dedos golpeando insistentemente el cristal de la pecera que ya estaba vacía.

- Mindy, Mindy, Mindy… ¿Cómo eres tan cruel de dejarnos a todos tan pronto? – Dijo Phil, sentándose en mi ahora vacío escritorio.

- Lo siento mucho detective Lane, pero la Universidad de Penn está demasiado lejos para venir a trabajar aquí, así que la semana que viene comenzaré mis prácticas como ayudante del fiscal en Filadelfia. – Dije sencillamente… Eso, y que ya trabajar con ella se estaba volviendo insufrible… verla cada día y no poder tocarla me estaba volviendo loca… y como ella no quería casi ni mirarme por su estúpida ética de trabajo, era una constante frustración sexual…

- Y… ahora que Patterson no está… ¿No te gustaría venir conmigo esta noche? – Preguntó de nuevo. Desde que Logan había casi desaparecido del mapa metida en un caso de esos que ella llama “confidenciales”, Phil había vuelto a las andados y ya estaba rozando el límite del acoso sexual… - Vamos… Te sorprenderás de la capacidad de un hombre tan experimentado como yo… - Phil sonreía de forma espeluznante… esos dientes tan rectos parecen de mentira… A lo mejor lo son…

- Phil, ya te lo he dicho millones de veces. Estoy con alguien, así que si eres tan amable de apartarte y dejarme sacar mis cosas, Por favor… - Me dirigí hacia las escaleras con la caja en mis brazos cuando Phil se colocó de nuevo enfrente de mí… esta vez con la osadía de acariciar mis brazos, ahora que estaban ocupados, y provocarme un escalofrío repulsivo.

- Mindy, mi amor, yo no… - Pero no pudo terminar de hablar, ya que se encontró empotrado contra una pared, mientras era apuntado con un arma a la cabeza.

- ¿Cómo coño la has llamado? – Gritó Logan, presionando el arma contra su cabeza, haciendo que el detective Lane se diera el mismo con la frente contra la pared.

- ¡Demonios Patterson! ¿Estás loca o qué? ¡Acabas de agredirme físicamente! ¡Te echarán del departamento! – Logan se rio con fuerza. Y antes de que Lane lo evitara, Logan le colocó unas esposas con las manos a la espalda. - ¿Qué carajo? ¡PATTERSON! ¡EXIJO QUE ME SUELTES!

- Detective Phillip Lane, queda arrestado por aceptar sobornos de varias entidades delictivas, trasplantar huellas de unos casos a otros para resolverlos en falso, forzar detenciones ilegales y preventivas a delincuentes habituales y el uso indebido de sus atribuciones, recursos e información para obtener beneficio económico… ¿Me dejo algo Phil? ¿Tal vez el ser un capullo integral además de un corrupto de mierda?

- ¿De qué cojones estás hablando Patterson? ¡Yo no he hecho nada! El ¡Teniente Jackson…!

- Fue arrestado esta mañana junto con el concejal del distrito por la misma mierda que te va a caer a ti… - Logan me miró con una sonrisa. – Gracias por eso cariño, era lo que nos faltaba. – Dijo guiñándome un ojo.

- No hay de qué mi vida… - Le dije orgullosa de mí misma. Había conseguido los papeles necesarios del despacho de mi tío sin que se diera cuenta, destapando así todo un entramado de corrupción en Ocean’s y Atlantic City. Otros policías llegaron y se llevaron a un desesperado Phil cada vez más preocupado y temeroso.

- ¡Me las pagaras Patterson! ¡Sólo eres una detective de mierda! – Gritó Phil, ya siendo escoltado bajando las escaleras.

- Para ti, Inspectora Patterson, capullo. – Dijo Logan con una sonrisa, mostrando su nueva placa del departamento de homicidios de Filadelfia. Phil, se tragó su furia y comenzó a hablar con los policías que lo llevaban, intentando decirles que era un error, pero los nuevos cadetes hicieron oídos sordos y siguieron su camino hacia el furgón en el que lo llevarían a la prisión preventiva del juzgado.

- Enhorabuena por su promoción, Inspectora Patterson. – Le dije, dándole un beso largo y profundo.

- Enhorabuena por sus prácticas en la fiscalía, Letrada Ross. – Me respondió Logan, con otro beso y cogiendo la caja de mis manos. – Una chica tan guapa no debería llevar cosas pesadas. – Dijo con galantería.

- No seas guasona. – Le dije, dándole con el dedo en una zona muy sensible de su espalda, provocándole un escalofrío. – Aún me asombra que tengas tantas cosquillas… con lo dura que pareces…

- La sensibilidad de la piel no tiene nada que ver con los músculos. – Dijo indignada, ya llegando al sótano, donde una camioneta Ford azul estaba cargada hasta arriba con la moto de Logan y algunos muebles. – Creo que ya está todo. He pedido que me manden una copia de los expedientes que había en mi apartamento para no tener que cargar con tantas cajas hasta Filadelfia…

- ¿Estás segura de esto Logan? Filadelfia no está tan lejos y podríamos vernos los fines de semana… - Le dije, incomoda de que cambiara tantas cosas por mí.

- Melinda, mírame. – Levanté la mirada y me encontré con unos cariñosos y tiernos ojos verdes. – Sería incapaz de vivir más de dos días sin verte. Y más ahora. – Dijo acariciando el anillo de oro blanco sencillo de mi mano derecha. – Tengo que controlar que nadie se atreva a robarme a mi preciosa prometida…

- Aun no me puedo creer que me lo pidieras… - Dije, recordando como hace dos semanas, Logan me dio una de las noches más bonitas de mi vida.

- Pues créetelo… no necesito más tiempo para saber que quiero estar siempre contigo. – Dijo, besando el anillo con amor. – Vamos, tenemos que ponernos en marcha si no queremos terminar de desempaquetar todas nuestras cosas de madrugada.

- Cierto… nuestro apartamento… - Susurré, abriendo la puerta del acompañante. Había cambiado todo tanto en estos meses…no sabía qué nos iba a deparar el futuro… una ciudad nueva, un trabajo nuevo, una casa nueva… lo único que quiero que no cambie nunca es que Logan esté a mi lado… pase lo que pase…

FIN

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Nota de la Autora: Como ya sabéis descubriremos que más ocurre con Logan y Melinda con la saga de Wild & Wise. Un besazo muy fuerte a todas, disfrutad del fin de semana y…


¡FELIZ LECTURA BELLA’S!

4 comentarios:

  1. Hay muy linda la historia... e interesante el giro que tuvieron en la cama... jajaja... quien pensaria q le gustan las cosas un poquito duras...
    Gracias como siempre bella por estas grandes historias

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  2. te dije que somos la una para la otra :p yo amo a adam lambert y tambien me gusta esa cancion de mr jones and me :v
    cuando quieras casarte avisame ;)

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  3. Esta chido la historia un final interesante sin tanto dramaturkis. Bonitas letras para pasar un momento placentero ^^

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  4. muy agradable lectura he tenido, muchas gracias, como dije con anterioridad sere una fan mas de esta blog!, bello y inspirador.

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