CAPÍTULO 10
(KATE)
(2 meses después)
-
Mierda Loren, este sitio es inmenso. – Dije, nada más entrar en el Penthouse de la calle 55, en Hell’s Kitchen. Las cuatro habíamos
cogido la enorme camioneta de mi padre y nos habíamos embarcado en un viaje de
4 horas cruzando Washington, Baltimore y el maldito condado entero de Nueva
Jersey hasta llegar la que sería nuestra casa por los próximos 5
años…esperemos…
-
No es tan grande, sólo que las ventanas dan la sensación de amplitud. – Dijo
Loren, soltando la primera tanda de maletas en el suelo. Susan y Liz hicieron
lo mismo y contemplamos el inmenso espacio vacío que quedaba por rellenar.
El
penthouse estaba en la sexta planta
del 523 Oeste de la calle 55. El apartamento era un inmenso amplio vació lleno
de columnas por todas partes. A ambos lados había un total de 5 puertas…2 a la
izquierda y 3 a la derecha. La primera puerta de la derecha era un amplio baño
con una ducha con mampara, una bañera independiente y dos lavabos sencillos… al
saber cómo iba a ser el baño, Susan se había traído consigo en el primer viaje
lo que ella dijo que era “Indispensable”. Un room in de baño con espejo, estaba por reirme hasta darme cuenta de
que sin ese chisme todos nuestros potingues estarían esparcidos por el suelo y
el lavabo. Así que, un punto para ti Susan…
- ¿Y
qué más da? ¡Vamos a vivir en un ático en Manhattan! Es tan Chic… – Dijo Susan
tocando las palmas con alegría mientras saltaba por todo el apartamento.
-
Bueno… estaremos en Manhattan, pero no creo que el sexto piso en un edificio de
ladrillo en Hell’s Kitchen sea muy “Chic” – Dijo Liz con retitín, mirando con
desgana como Susan seguía saltando como una niña pequeña por todo el lugar.
-
Me dijiste que esto es de tu tía… ¿cómo puede permitirse esto y encima alquilárnoslo
a nosotras? Seguramente podría ganar una pasta con un sitio así… - Dije,
poniendo mis cosas cerca de la puerta que sería mi habitación. Todas las
habitaciones eran iguales, ya que en principio el ático no tenía ningún muro. La
tía de Loren hizo las divisiones al saber que íbamos a venir a vivir…
-
Es artista y esto antes era su estudio. El año pasado se volvió a casar con un
ganadero de Dallas, y dice que pintar allí es mucho más tranquilo que aquí. –
Dijo Loren, poniendo sus cosas en la habitación al lado de la mía. – El baño y
la cocina son nuevos, porque en principio mi prima Amanda iba a vivir aquí…
pero no consiguió entrar en la universidad de Nueva York, por eso mi tía nos lo
deja a nosotras siempre y cuando tanto Amanda como Aaron puedan quedarse si lo
necesitan. – Oh… los primos de Loren era un caso… Su prima Amanda, un año mayor
que nosotras, no había parado de tirarme los tejos descaradamente cuando la
conocí en una barbacoa el año pasado… sus intentos de seducción eran casi tan
patéticos como los de su hermano mellizo Aaron, que por suerte estaba en algún sitio
en Carolina del Norte jugando al baloncesto con el equipo universitario… - Por
cierto, ambos te mandan recuerdos… y Amanda tiene pensado pasar el fin de
semana antes de Navidad con nosotras… - Loren se estaba riendo descaradamente
de mí, porque aunque ella tuviera un cuerpo que quita el hipo, su primo Aaron
era un larguirucho encorvado con más granos en la cara de los que su pueden
aguantar y su hermana Amanda me superaba diez centímetros y tenía las paletas
de conejo más grande de la historia…por no decir que su voz de pito me produce
dolor de cabeza.
-
¡Yupi! – Dije con sarcasmo, levantando la mano en signo de victoria.
-
¿Tu prima va a venir? ¿Esa que parece una mezcla extraña de Blas y la Gallina Caponata?
– Preguntó Susan, haciendo que me doblara de la risa tonta que me entró.
-
¡Ja ja ja ja! ¡La…galli…llina capo…ponata! ¡Ja ja ja! – Dios, esto era muy
tonto, pero no pude evitarlo, nunca lo habría dicho mejor… con esos pelos y esa
nariz… ¡Dios!
- ¡Ya
basta Kate, no tiene gracia! – Dijo Loren, pero también se estaba riendo, así
que al final, las cuatro nos estábamos riendo con la imagen borrosa de Amanda y
el personaje más estrafalario de Barrio Sésamo…
Unos
minutos más tarde, cuando ya nos estábamos recomponiendo, alguien llamó a la
puerta, que estaba abierta, y las cuatro nos giramos para ver a una chica muy
alta, de pelo corto negro y unos brillantes ojos grises.
-
Hola, Soy Samantha, del 6º A, he venido a ver si necesitabais que os echara una
mano, no es recomendable dejar el coche aparcado así afuera, lo más probable es
que se lo lleve la grúa. – A pesar de su altura, la chica tenía algo muy dulce
en su deje de timidez y desgarbo.
- ¡Cierto,
se nos había olvidado! Gracias Sam. – Le dije sonriendo, dirigiéndome con ella
y con Loren abajo, mientras Liz y Susan continuaban desempaquetando cosas
arriba.
-
No hay de qué, para eso están las vecinas. – De repente, un chico alto y rubio
salió del 6º A y nos saludó de manera somnolienta.
-
Hola. – Dijo después de bostezar. – Yo soy Josh, el compañero de piso de Sam. –
Mis alarmas saltaron, al igual que las de Loren. Lance era un chico guapísimo…
y tener a un vecino cañón cerca de Liz y de Susan nos iba a provocar dolores de
estómago a las dos. Lo que me recuerda, que aún no he decidido si decirle a Loren
o no que Susan pertenece también al clan de la concha… al principio del verano
pensé en decírselo, pero al ver que había vuelto a llevarse bien con Susan
decidí dejárselo a ella… Jesús, si era tan obvio… ni siquiera me hizo falta
preguntarle a Loren que si le había dicho a Susan que nos acostamos… el mismo
día de la graduación Susan me miraba de una manera que perfectamente pude haber
muerto unas ochenta veces… y sinceramente, creo que ella estuvo detrás de ese
misterioso traspiés antes de llegar a recoger mi diploma honorífico…
-
Encantada. – Dijo Loren secamente. – Ella es Kate y yo soy Loren. Si quieres,
dentro del piso están Liz y Susan…por si las quieres conocer…
-
Por supuesto, siempre es agradable hacer amigas tan guapas como ustedes. – Pude
notar, más que ver, como los dientes de Loren chirriaban de ira. Tú no tienes de qué preocuparte monina… aquí
la única con mierda hasta el cuello soy yo… tu amorcito sólo está esperando que
saques la cabeza de tu culo y te declares ya… Josh se marchó hasta la
puerta de nuestro nuevo piso y pudimos ver como sonreía al interior con
entusiasmo.
-
No es lo que estáis pensando. – Dijo Sam, entrando en el ascensor.
-
No sé a qué te refieres. – Dijo Loren molesta. Yo le di un codazo para que no
empezara con sus malos humos, y más con alguien a quien acabábamos de conocer.
-
Pues que Josh no tiene intención de ligar con vuestras compañeras. Es Gay. –
Dijo sencillamente.
-
Yo no estaba pensado que… - Le volví a dar un codazo a Loren y esta suspiró. –
Ah, de acuerdo, ¿Por qué siempre se me notará tanto? – Le preguntó a nadie en
particular. Sam se rio.
-
No te preocupes, tengo bien sintonizado el radar. – Bingo…otra más del club de la concha…aunque no me sorprende, el pelo
corto y la ropa deportiva han ayudado bastante…- Entonces, ¿son vuestras
novias?
-
Ojalá… - Dije en un susurro, aunque Sam lo oyó y se rio con suavidad.
-
Entonces queréis que sean vuestras novias… Interesante. Aun así, se os ve muy
unidas, ¿venís del mismo instituto?
-
Sí, las cuatro somos de Arlington. – Dijo Loren, algo más amable, cuando ya llegábamos
al coche.
-
Hum, Virginia… muy conservador para mi gusto. – Dijo Sam, cogiendo una caja
grande del maletero.
-
¿Y tú? ¿De dónde eres? No pareces una yanqui. – Dije, sujetando con dolor un
montón de perchas con los vestidos de Susan… Cielo santo, que demonios se ha traído esta mujer.
-
Casi, soy de Burlington.
- ¿Y
eso dónde está? – Preguntó Loren, agarrando dos sacos de dormir.
-
En Vermont. – Dijo Sam sonriente. – El Estado más maravilloso de todo Estados
Unidos. – Dijo orgullosa.
-
Ah ya, donde la gente va en pelotas por la calle… - Dije con sorna. Sam me dio un
ligero empujo amistoso.
-
Y te puedo asegurar que serán las pelotas más maravillosas de Estados Unidos. –
Las tres nos reímos y subimos al ascensor. Parece
que ya estamos haciendo nuevos amigos…
Al fin comenzo la U!!! A ver q locuras hacen esas 4... espero q si son muchoas sean entre ellas por fa!!!
ResponderEliminar