CAPÍTULO 17
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¡TÚ! – Le grité enfadada, nada más entrar en la sala de música. Tenía aun
fresca la conversación con mi padre y aún me costaba creer lo que me había
dicho.
(Hace unos minutos…en la biblioteca)
- ¡Eres una Kensington! ¿Cómo es posible
que teniendo a una preciosa chica que te ama no le hayas echado narices y le
hayas dicho lo mismo? – La mandíbula se me desencajó por completo…
- ¿Qué?
- No te hagas la tonta señorita. Ayer
tuve una conversación muy seria con Alexia y me dijo que aún no habíais formalizado
la relación porque tú aún te habías dignado a decirle lo que sientes… - Dijo mi
padre molesto.
- Que…Que yo no… - Empecé a notar como
mi tensión subía y mis puños se cerraban con fuerza. ¿Qué ella me qué? ¡Y una
mierda!
- Cariño… sé desde siempre que los
chicos no te interesaban, pero si es por mí no tienes que preocuparte por eso. –
Siguió diciendo mi padre, ajeno por completo a mi estado de ira contenida. –
Pero ya sabes que yo soy aún muy tradicional para algunas cosas, y no me ha
parecido bien que hayáis empezado a salir sin mi permiso… al fin y al cabo,
Alexia vive en mi casa y no soy tan ingenuo como para pensar que no aprovecháis
todos los ratos que yo estoy en el trabajo… - Espera está insinuando que ella y
yo… Oh no… eso no…
- ¡Papa, por Dios! ¡Sigo siendo virgen! –
Le grité enfadada. Mi padre se ruborizo por completo.
- Bueno, no hace falta que des tantos
detalles, pero me alegro. Así debe ser hasta que os caséis…
- ¿Ca-ca-casarnos? ¡Papá tengo 18 años! –
Esto era surrealista… En cuanto la pille…
- ¿Y? Tú madre tenía tan sólo 22 cuando
nos comprometimos… y me habría casado con ella mucho antes si no hubiera sido
tan cabezota como tú… ¡y no! No pienso dejar que la pobre Alexia pase por el
mismo suplicio por el que pasé yo… fueron dos años desperdiciados sabiendo que
nos amábamos pero la cabezona de tu madre no quería aceptarlo… por suerte soy
un hombre que no se rinde fácilmente y finalmente acepto salir conmigo…
- Espera… ¿Estuviste detrás de mamá dos
años antes de salir juntos? Pero si ella me dijo…
- Sí, sí… tu madre siempre tenía una
versión de la historia muy bonita, pero lo cierto es que me moría de dolor cada
vez que iba a verla y ella se negaba una y otra vez a salir conmigo… yo era
ocho año mayor que ella e iba todos los viernes a verla salir de la universidad
desde que la vi por primera vez en los juzgados… Cielos, era una mujer con
tanto carácter. – Mi padre sonrió ante el recuerdo. – El día que la conocí
estaba llorando en las escaleras de los juzgados por que una de sus prácticas había
salido mal y su profesor la había echado de la sala de una forma muy
indignante. Me acerqué pensando que necesitaba mi ayuda y resulta que estaba
llorando de rabia. – Dijo riendo. – “En cuanto salga de la sala pienso
estrangularlo” decía con furia refiriéndose a su profesor “¿Pero quién se ha
creído?” decía “¿Y quién carajos es usted? ¿También quiere un puñetazo?” me
dijo. Yo me quedé de piedra… era la primera vez en mi vida que veía a una mujer
tratarme así… yo era un galante y tú madre me vio venir de lejos… pero me quedé
prendado de ella nada más verla, y en cuanto me gritó, me prometí ganarme su
corazón fuera como fuera. Averigüé donde estudiaba, y cada viernes, después de
salir de la empresa, iba a buscarla para pedirle una cita. – Mi padre tenía los
ojos soñadores, como si estuviera reviviendo todas la esperanzas que sentía al
esperarla salir. – A ella nunca se le dio bien expresar sus sentimientos… pero
yo lo veía… veía la luz en sus ojos cuando nos mirábamos justo antes de que me
mandara a paseo. – Sonreí a pesar de mi enfado al imaginarme a mi madre airear
a mi padre sin problemas, a pesar de su estatus. – Pero un viernes no pude ir…
la empresa necesitaba que fuera a Estados Unidos para terminar de organizar un
contrato… me negué, pero tu abuelo no me dejó alternativa, ya sabes como es. –
Sí, el cascarrabias del abuelo siempre fue un hombre de negocios de los pies a
la cabeza… - El viernes próximo llegué a la universidad algo más tarde que de
costumbre y temí haber vuelto a perder una oportunidad para verla… pero allí
estaba. – Mi padre tenía los ojos llorosos al recordar. – Igual que la primera
vez que la vi. Estaba sentada en las escaleras de la universidad llorando y
maldiciendo a pleno pulmón. Me acerqué con cuidado, porque ni todas las veces
que me había mandado a paseo estaba tan enfadada… “Egoísta, hipócrita, mentiroso,
irresponsable…” no sabía a qué se refería, pero a pesar de su enfado no pude
evitar acercarme más de la cuenta y tenderle un pañuelo, no podía verla llorar
así, me partía el corazón. Y cuando ella levantó la vista, sus ojos brillaron
como siempre lo hacían al verme. – Mi padre se sentó y yo me senté a su lado. –
Fue el guantazo más fuerte que me han dado en la vida. – Dijo llevándose una
mano a la mejilla. – Si intento recordar aun puedo sentir el dolor… Sí, tu
madre tenía carácter, pero también uno de los corazones más sensibles y
preciosos del mundo… ese día me dijo de todo, me mandó a la mierda más veces de
las que puedo contar, y aun así, cuando terminó, y volví a pedirle que saliera
conmigo, ella dijo que sí. – Mi padre me cogió una mano y la besó con
delicadeza. – Ten por seguro, que el beso que nos dimos después de aquello
borró de mi memoria todos los pesares que había pasado en los dos años de
espera… aun así, no me gustaría ver cómo te ocurre lo mismo, cariño. Debes arriesgar
tu corazón para descubrir la verdadera felicidad. – Sonreí y le bese a mi padre
en la mejilla.
- Tranquilo papá… lo haré. – Me levanté,
ya más tranquila y nostálgica por el recuerdo de mi madre, cuando mi padre
volvió a hablar, recordándome por qué estaba enfadada.
- ¡Fantástico! He invitado a los abuelos
a vuestra representación… así tendrán la oportunidad de conocerla. - ¿Espera
qué? No… si la abuela conoce a Alexia eso significa que… - Puede que al
principio les cueste un poco, ya que no es ninguna aristócrata, pero en cuanto
sepa de quien es hija, tu abuelo se quedará conforme… y tu abuela, bueno,
supongo que habrá que atarla en corto si no queréis que la boda se celebre
pronto… ya sabes cómo se pone con estas cosas… puede que incluso se alegre de
tener que pensar en dos vestidos de novias para la boda…
- Pero pa-papá… ¡yo no me quiero casar! –
¡Por el amor de cristo, estamos en el siglo XXI y ni siquiera estoy preñada! – ¡Y
Alexia tampoco!
- ¿Pero cómo que no, cariño? Os amáis y
eso es lo que importa… es sólo para dejar a tus abuelos contentos, ya sabes que
ellos son de los que pensaron que a tu madre se le había pasado el arroz cuando
me casé con ella… y sólo tenía 23 años… lo único que tienes que decirles es que
estáis a punto de prometeros… cuando estéis prometidas a la abuela no le
importará esperar a que acabéis los estudios. – Oh, no… no, no, NO…
Salí de la biblioteca como una moto,
estaba más nerviosa que enfadada. Pero como pudo Alexia hacer que mi padre
llegara a esa conclusión… “Síguele la corriente” me dijo. ¿Y cómo quiere que le
siga la corriente? Quería explicaciones y las iba a tener.
Me extrañó muchísimo que la sala de
músico estuviera tan tranquila, así que antes de abrir la puerta escuché a
Alexia a y Stephen hablar…
- Bah… lo sabe todo el mundo, el único
que no lo quiere ver es el gruñón de mi padre. Sigue pensado que soy amanerado
por la danza y que llevo colado por Elizabeth desde hace años. – Stephen se
empezó a reír, incluso yo sonreí al saber que era cierto. Más de una vez había
tenido que aguantar las insinuaciones del padre de Stephen sobre nuestras
supuesta relación…– Si el supiera que ambos tenemos más plumas que piel… - ¿¡¿Espera
qué?!? Oh no… Stephen… no acabas de decir eso… ¿Verdad?
- Pero Elizabeth no…
- ¿No qué? ¿No me digas que no te has
dado cuenta? Es la tía más bollera que he conocido en toda mi vida… - Oh
Stephen, ¡te voy a matar! - bueno,
tampoco es que haya conocido muchas, pero cielos… ¡es más que obvio! Es su vida
a mirado a un chico, ni que decir que jamás ha salido con ninguno por no decir
que lleva años enamo… - Abrí la puerta de par en par y miré a Stephen furiosa.
Se había tapado boca de repente y me miraba espantado… y Elizabeth también…
mierda, si le digo algo a Stephen ahora Alexia se dará cuenta de que se estaba
refiriendo a ella… pensé rápidamente y recordé la conversación que tuve con mi
padre…
- ¡TÚ!
– Grité acercándome a ella. Al llegar a su altura, la empuje con fuerza, pero
ella se mantuvo de pie. - ¿Cómo te atreves a decirle eso a mi padre? ¿Te das
cuenta del lio en el que nos has metido? ¡Ahora quiere presentarte a mis
abuelos como mi futura prometida! – Bueno, al menos, eso era cierto. Alexia
abrió la boca y los ojos espantada… Vaya,
sí que parece desagradarle la idea…
-
¿Cómo qué prometida? ¡Si somos unas crías! Y en todo caso sólo llevaríamos
saliendo unas semanas… ¡están locos! – Dijo alterada.
- Pues haberlo pensado mejor antes de decirle a
mi padre que “me amabas” – Dije desafiante. Alexia se puso como un tomate
avergonzada, pero pronto volvió a enderezarse y me señaló acusadoramente con el
dedo.
- ¡No
me habría visto obligada a decirle eso si no tuviera toda la cara cubierta de
tu estúpido carmín! – Me gritó. Esta vez fue mi turno de ruborizarme. Cielos, es cierto… con todo el lío del
secuestro no le dije que aún tenía restos de carmín…
- ¡Yo
no tengo la culpa de que no sepas limpiarte como es debido!
- ¡Pero
yo no fui la que me metió la lengua hasta la garganta! – Me gritó… cada vez estábamos
más cerca la una de la otra… pero yo ya estaba embalada, y no podía parar.
-
¡Tú fuiste la que me beso en primer lugar! – Dije indignada.
-
Espera… ¿Alexia te beso? – Preguntó Stephen feliz… ya no recordaba que estaba
allí.
-
¡CÁLLATE STEPEHEN! – Gritamos al unísono.
-
Perdón… - Dijo el en un susurro temeroso, alejándose de nosotras. Alexia y yo
parecíamos tanto enfadas como avergonzadas. Sus tormentosos ojos azules me
confundían y me ponían nerviosa…estaban igual que ayer por la noche antes de
besarme… La puerta de la sala de música se abrió y entró mi padre preocupado.
- ¿Se
puede saber que son todos esos gritos? – Preguntó alterado. Rápidamente, rodeé
la cintura de Alexia provocándole un escalofrío que me extrañó.
-
Nada papá… sólo intentábamos ponernos de acuerdo en una coreografía que no nos
sale muy bien… - Dije sonriente, pellizcándole a Alexia en el costado para que
también respondiera.
-
Ay… sí, sí… no nos ponemos de acuerdo… - Dijo nerviosa. Stephen también asintió
rápidamente y mi padre pareció relajarse.
-
Vale… pero intentad no gritar tanto… vais a darle un ataque al corazón a la
pobre Ruth… - Mi padre salió cerrando la puerto y Alexia y yo nos separamos
rápidamente como si nos hubiéramos quemado.
-
Vale… mira… siento lo de tu padre y todo eso. – Dijo Alexia rápidamente. – Ya buscaremos
alguna solución para eso, pero ahora lo importante es la representación… cuando
termine todo el viernes podremos pensar con más claridad y ver como evitamos… “eso”.
– Stephen pareció alegrarse al ver que al fin había algo de calma y se dirigió
al estéreo para conectar la música. – Qué… ¿Qué le has dicho para que… ya sabes?
– Me preguntó Alexia nerviosa. Yo la miré y aparté la mirada rápidamente… era
incapaz de responderle mirándola a los ojos.
-
Que te amo. – Dije en un susurro.
-
¿QUÉ? – Miré a Alexia, que tenía una expresión de temor puro…Ains…
-
Pues eso, le dije que te diría que también te amaba… ¿Contenta? ¿Era eso lo que
querías no? Que le siguiera la corriente...
-
Ah… sí… sí… eso era. – Alexia estaba muy rara. Comenzamos a ensayar y como
siempre, la coreografía salió perfecta… sin embargo algo había cambiado… cuando
bailaba con Alexia, sus ojos ya no eran tan inexpresivos como en sesiones
anteriores… al mirarla a los ojos mientras bailábamos, sentía una presión agobiante
en el corazón… no eran nervios, ni tampoco vergüenza… era algo distinto… era…
devastador…
Jajaja buena pelea... y ya se van dando a conocer mas sus sentimientos... espero q sigan asi...
ResponderEliminarSaludos y me gustaria un cap cortico mañana
Aja así que se aman de mentiritas y pelean de esa manera, si claro... Muy bueno como siempre.
ResponderEliminarLuisa V.
bueno,bueno, al meterse en este lio sus sentimientos saldran jejeje espero q se den cuenta pronto antes de q surja algun peligro
ResponderEliminarno se si podre aguantar sin capitulo el finde
saludos y un beso para la escritora q nos tiene enganchadas a sus historias
M.S(galicia)
Bella te lo suplicooo!!! danos un racion chiquita, una probadita del proximo capitulo, no aguantare la espera del fin de semana u.u.
ResponderEliminarPara que aceptes si quieres me desnudo :p jajajaja mentira!!!. Ni al caso solo queda esperar. Besos mi linda bella.
Maria Rene