CAPÍTULO 11
(LIZ)
-
¡Por el amor del cielo! – Dijo Susan, cuando Loren y Kate salieron del
apartamento siguiendo a la chica llamada Sam. - ¿Has visto lo alta qué es?
¿Cuánto medirá? ¿1’90cm? ¡Y encima es guapísima! – No pude evitar reírme del
comentario de Susan. ¿Cómo era posible que Loren aún no se haya dado cuenta de
lo mucho que le gustan las mujeres a esta chica?
-
Puede… a lo mejor es modelo. Aunque lleva un estilo muy deportivo para serlo…o
puede que tuviera pensado ir a hacer ejercicio. No lo sé, sea como sea, parece
buena persona…
-
¿Buena persona? ¡Cariño, despierta! Tenemos a un bellezón de metro noventa
viviendo al lado de dos lesbianas hormonadas… ¡Es un desastre! – Dijo Susan,
dramáticamente.
-
Susan, supuse que se te daban mejor las matemáticas. Somos 4 lesbianas hormonadas viviendo al lado de ese “bellezón de
metro noventa”, y yo no sé tú, pero a mí me van más las rockerillas rubias de
metro setenta. – Dije, terminando de sacar todas las patas de nuestra
provisional mesa de comedor.
-
Y a mí me van las morenazas españolas de metro setenta y cinco, pero no estaba
hablando de nosotras Liz, ¡Son ellas las que me preocupan! ¡Son ellas las que
no paran de follar como conejos! – Susan enfatizó la última frase empujando a
un lado la caja vacía de nuestro nuevo microondas.
-
No digas eso, sabes que eso no es cierto. – Le dije enfadada. No me gustaba
recordar el hecho de que Kate y Loren se hubieran pasado un fin de semana
teniendo sexo de “amigas”. Ya había aguantado la desesperación de Susan durante
todo el verano…diciendo que ya no sería especial su primera vez con Loren… ¡Qué estupidez! Al menos Loren aún era nueva
en esto del sexo… pero Kate lleva acostándose con otras chicas desde los 15
años… y si alguna vez, por remota que fuera la posibilidad, llego a tener la
oportunidad de pasar una noche con ella, ¡seré tan torpe que me echará de su
cama a patadas!
-
¿Cómo lo sabes? ¿Quién te dice a ti que estas dos no se han vuelto a acostar
con todas las veces que este verano se han quedado a dormir la una en casa de
la otra? ¿Eh? – Vale, Susan estaba enfadada. Le dio una patada a la caja del
microondas haciéndole un gran agujero con el pie, con la mala pata de trastabillarse
ella sola y caer del culo al suelo después. – ¡Auh! – Una risa masculina en la
puerta nos hizo girarnos a ambas, y vimos a un chico rubio reírse a gusto con
lo que estaba viendo. - ¿Nadie te ha enseñado que escuchar conversaciones
ajenas es de mala educación? – Gritó Susan, aún desde el suelo. El chico paró
de reírse y levantó ambas manos en son de paz.
-
No era mi intención, lo siento. Es que Kate… o Loren, no lo sé muy bien, me han
dicho que viniera a presentarme. Soy Josh, el compañero de piso de Sam. – El chico
tenía una voz muy aguda y una de esas sonrisas contagiosas, así que a pesar de
la reticencia de Susan, me acerqué hasta él y le estreché la mano.
-
Mucho gusto Josh, yo soy Elizabeth, aunque todos me llaman Liz. – Los ojos azules
de Josh parecieron brillar de alegría. Era como ver a un niño con cuerpo de
hombre. – Y el Troll patea cajas es Susan. – Dije, señalando a Susan, que al
fin había conseguido levantarse del suelo.
- ¡No
soy ningún Troll! – Dijo ésta molesta.
-
Tranquila querida, un Troll no llevaría tan bien unas Manolos Binda. ¡Me
encantan en turquesa! – De repente, la expresión de Susan cambio de fastidio a
fascinación.
-
¿Cómo es posible que sepas incluso qué zapato es? Ni siquiera son unas Manolo
habituales… lo normal es que lleven…
-
Tacones, sí querida, lo sé, y si hubiera tenido la suerte de nacer mujer
llevaría siempre unas Carbonela… pero tengo que conformarme con mi alma de
mujer y mis Roadsters. – Dijo Josh, señalándose las zapatillas de paseo
celestes con un gesto elegante y muy poco masculino. Vale…Josh, eres Gay.
- ¡Oh
Dios, tengo unas Carbonelas en marfil preciosas y unas botas Brunchilee
marrones que son para morirse! – Dijo Susan abriendo algunas cajas de zapatos
más protegidas que muchos de los instrumentos de Kate esparcidos por el suelo.
-
Que suerte la mía, ¡por fin conozco a unas bolleras con estilo! Sam es horrible
para la ropa. Solo lleva vaqueros y esa ropa tan hortera para sus competiciones
de baile… y no es que no me gusten las heteros, pero es que siempre tengo la sensación
de ser más una mascota a la que pasean que a un amigo… - La cara de Susan se
puso blanca de repente.
- ¿Cuánto
tiempo llevas exactamente en la puerta? – Preguntó Susan hablando como si nos estuvieran
espiando.
-
Pues… más o menos desde “follar como
conejos” – Dijo Josh, divertido. Susan corrió rápidamente hacia él y se le
encaró con todo el poder que podía mostrar con su escaso metro sesenta y dos.
-
Escúchame bien reina de la moda. Tú no has oído nada de nada, ¿Me has entendido?
– Le amenazó. Josh parecía aún más divertido.
-
Ay cielo, ¿no me digas que seguís en el armario teniendo a dos pibonazos como
esos con la bandera multicolor al viento? Cariño, no te preocupes, seguro que a
la morenita le entusiasma que también te gusten los conejos, casi me muerde por
querer venir a presentarme. – ¡Ves!
Joder, hasta Josh que nos acaba de conocer pude ver lo que es más que obvio…
- Y no sé si con lo de la rockerilla te referías a la simpática rubia de antes,
pero si es así, yo tampoco perdería la esperanza… Dios, daría lo que fuera por
tener en mi casa un mulatito musculoso que me hiciera compañía…
-
Con lo guapo que eres seguro que lo conseguirás, Josh… - Dije, evitando así
responder a su comentario anterior.
-
¿Qué es lo que vas a conseguir Josh? – Preguntó una voz detrás de él. Kate,
Loren y Sam, la que había preguntado, acaban de bajar del ascensor y se había
parado en el mural de la puerta, que estaba ocupado por Josh y por mí.
-
Oh, nada, ese mulatito de mis sueños del que te hablé. – Kate y Sam entraron
las primeras. Ayudé a Kate con las perchas que traía con todos los vestidos de
Susan y algunos abrigos para el invierno.
-
Muy típico de ti, seguro que ya les has contado la mitad de tus sueños eróticos
con hombres semidesnudos y cubiertos de aceite… - Loren se rió ante el
comentario, pasando al lado de Josh, que ahora parecía falsamente molesto.
-
Cómo si tu no hubieras hablado de tu maldito Vermont o de una pelirroja que yo se
me desnuda y cubierta por completo de jarabe de al… - Una mano tapó la boca de
Josh antes de que pudiera continuar, pero a Kate no se le escapó el comentario.
-
Vaya, vaya… mucho Vermont pero nada de pelirrojas embadurnadas de jarabe… creo
que tus prioridades no son las correctas Sam. – Se burló Kate.
- Josh
no sabe lo que dice, se acaba de levantar. – Le dijo Sam mirándolo con ojos
feroces.
-
Bueno, bueno, porque no nos ayudáis con los que queda de equipaje y mobiliario
y después os invitamos a unas pizzas… dicen que la mejor pizza del mundo está
en Nueva York…
-
Ni en sueños. – Dijo Josh, zafándose de la mano de Sam. – La mejor pizza es de
Boston. – Dijo orgulloso. – Pero sea como sea acepto… en el piso solo tenemos
cervezas y cereales… y no me apetece repetir el desayuno. – Todos nos reímos y
continuamos desempaquetando cosas. Esto cada vez se parecía más a una jaula de
grillos, pero me encantaba.
Que puedo decir... bacano q se vayan conociendo y espero q sam no se quiera pasar con ninguna... y todavia en shock por el capitulo de oculta entre las sombras!!!! Ah!!!!!
ResponderEliminarJajaja saludos y besos desde colombia...
PosData: si estuviera mas cerca no se que haria!!!
Me gusta este núcleo de amigos que se esta empezando a formar... Solo espero la entrada de Lance y de la hermosa pelirroja, aunque ne gustaría mucho que haya muchas escenas de celos, para que se espabilen, en fin esto se esta poniendo excelente con ellas por fin e ñn NY y juntas, de solo pensarlo veo el bollodrama.
ResponderEliminarSaludos y abrazos
Luisa V.
espero sam no intente separar a niguna y que liz y susan espabilen rapido
ResponderEliminarM.S (galicia)