CAPÍTULO 2
(KATE)
Me dirigí al baño antes de entrar en clase de mates. Ya iba tarde, pero creo que al profesor Gutiérrez no le molestará que llegue algo tarde. Nada más entrar, me encerré en una de las cabinas y metí mi mano en los pantalones.
¡Dios
estaba empapada! Con unas pocas sacudidas alcancé un rápido orgasmo. Al
principio me mantuve de pie, hasta que el cansancio me sobrevino y me dejé caer
en la taza del retrete. ¡Mierda! Hoy ni siquiera he podido aguantarme a llegar
a casa. ¡Joder!
Si
es que sólo de verla en ese traje de animadora. Con el idiota ese no vi que
ella también estaba allí y cuando se apartó ese mastodonte grasiento la vi en
ese uniforme que le queda tan sexy. ¡Jesús! debería ser ilegal dejar a las
estudiantes ir así en mini falda y enseñando esas exquisitas piernas… y como se
le ceñía la camiseta. ¡Casi me pongo a babear como un viejo pervertido! No sé
de donde saqué la fuerza para no comérmela allí mismo.
Está
bien Kate, inspira…espira…sí, así. Y ahora sal de aquí lo más rápido que puedas
y olvídate de esa diosa sexual… ¿por qué coño me he tenido que pillar por una
Barbie heterosexual?
Me
limpie, salí de la cabina y me lavé las manos. No quiero ir por ahí con el olor
de la autosatisfacción en mis manos. Corrí a la clase de mates y me disculpe
con el profesor con una leve inclinación de cabeza. Vi como Loren me hacía
gestos para que me sentara a su lado y corrí al final de la clase para
sentarnos juntas.
-
¿No te da miedo que nos vean juntas cheerleader? – Le pregunté. Sabía que eso
le daba igual, pero era parte de nuestro pequeño juego desde hace más de un
año.
-
Ja ja… muy graciosa Kate. ¿Y tú qué? ¿Por qué has llegado tarde esta vez? Uy
espera… a ver si lo adivino. – sin darme tiempo a reaccionar, Loren me cogió de
las manos y sonrió al ver cómo me ponía roja como un tomate. – Lo que suponía…
te has lavado las manos, y eso quiere decir que ha habido mambo… y como por
aquí no puedes encontrarlo algo me dice que lo has buscado en ti misma. –
supongo que mi cara debía de ser un poema porque apenas se pudo contener de
soltar una gran carcajada.
-
Señoritas, por favor, si no les interesa la clase deberían marcharse.- Dijo el
profesor Gutiérrez.
-
Lo lamento profesor, ha sido culpa mía. Nos interesa mucho la clase. – Dije lo
más tranquila que pude.
-
Esta bien señorita Blake, pero ya que está por qué no viene a terminar de resolver
este problema que el señor Harrison ha empezado. – Miré un segundo el problema
que ocupaba gran parte de la pizarra.
-
Me encantaría hacerlo profesor, pero me temo que ha cometido un error bastante
gordo al principio del problema y no me gustaría resolver algo que de por sí
está equivocado. – El profesor miró más detenidamente la pizarra y miró de
nuevo a Joe, el chico que había empezado a hacer el problema.
-
Señor Harrison, por lo que veo no está estudiando usted lo suficiente para
estar en clase de matemáticas avanzadas. Acaba de resolver el problema con esta
elevación al cuadrado y no al cubo, todo el problema está mal. ¡Vuelva a
hacerlo!
-
¡Si señor! – Mientras Joe borraba el problema de la pizarra el profesor
Gutiérrez me miró e inclinó la cabeza a modo de disculpa y también mirándome de
manera cómplice. Era bastante obvio que me había puesto a prueba. ¡Já! Lo va a
tener difícil… pienso ganarme ese diez sea como sea.
-
Joder Kate, ¿aun sigues queriendo graduarte con todo sobresaliente? Ya has
entrado en AMDA ¿por qué tanto esfuerzo?
-
Bueno, tú también has conseguido entrar en Columbia para estudiar derecho y no
veo que bajes el ritmo. Tú puedes conseguir una beca completa con tus notas
para la Universidad de Columbia pero yo necesito graduarme con honores para
conseguir subvención estatal. Si no, no podré vivir en Nueva York por mucho
tiempo sin tener al menos tres trabajos.
-
Vamos no digas eso, sabes que puedes vivir conmigo si te encuentras en algún
aprieto… es más, tal y como va la cosa, casi te lo estaría pidiendo ya. A Susan
todavía no le ha llegado la carta y temo que acepte entrar en la Universidad de
Washington para estudiar empresariales. – Loren se puso a jugar con sus dedos.
Se la veía bastante preocupada.
-
Venga, no te pongas así Loren. Si ese fuera el caso tampoco estaríais muy lejos
la una de la otra… ¿cuánto se tarda de ir de Nueva York a Washington? ¿Hora y
media en avión? ¿Menos?
-
Sabes que no es por eso… ¿y si lo que pasa es que no quiere ir a vivir conmigo
a Nueva York? Llevamos planeando vivir juntas en la universidad desde
secundaria, pero estos últimos meses ha estado muy rara. Apenas me toca a menos
que lo haga yo… creo que se ha dado cuenta de que me gusta… ¡si es que soy muy
bruta! ¡Este fin de semana me metí es su cama básicamente desnuda! ¡Y nada! –
Parecía estar a punto de llorar. – Ya queda muy poco para que nos graduemos y
no sé qué hacer. ¿Y si le doy asco? Y luego está Jake – Loren echó una mirada
furiosa al chico moreno que había dos sitios a la derecha. – Está todo el tiempo
sobando a ese idiota después de los partidos. Si es que ya te lo decía yo, es
imposible que yo le llegue a interesar.
-
¡No digas chorradas Loren! Si Susan sólo tiene ojos para ti. Además, sabes que
lo de Jake o es un pasatiempo o es para que su madre no se ponga histérica. –
En serio, cuando vi a esa mujer en un partido creía haber retrocedido a los
años cincuenta. – Y repíteme eso de meterte desnuda en su cama. – Levanté las
cejas un par de veces para que entendiera el trasfondo de mi petición.
-
No es lo que crees. El fin de semana pasado mi madre no pudo venir a recogerme
después de los entrenamientos. Así que me fui con Susan a su casa. Vimos un par
de pelis. Nos contamos un montón de cotilleos mientras nos pintamos las uñas. –
Dios mío, lo que se hace por amor. Parece una de esas películas malas de anima…
o ya. Claro. Que estúpida. – Total, que al final me tuve que quedar a dormir, y
como los pijamas de Susan me quedan pequeños. – Cierto, Susan apenas debía
tener una 90 de pecho, mientras que Loren casi llegaba a la 100. – pues le dije
que no se preocupara… y bueno. Aproveché y me desvestí delante de ella
quedándome en tirantes y tanga…y nada. ¡Si apenas me miró! Se metió en la cama
sin más y se durmió. Incluso intenté ponerme lo más sexy que pude por si se
levantaba, pero nada.
La
historia de Loren y Susan lo cierto es que me parece algo cómica, aunque al
menos creo que ellas tienen alguna oportunidad. Conocí a Loren en un bar de
ambiente hace cosa de un año. Desde entonces salimos bastante a menudo para
ahogarnos en nuestras propias penas. Y sinceramente, creo que Susan está
coladita por ella. No sé si es porque no quiere admitir que es lesbiana o lo
que sea. Pero más de una vez la he visto mirando a Loren con ojos lujuriosos. Y
para colmo, cuando se lo digo a Loren y esta intenta ser más cariñosa con
Susan, ésta se cierra en banda y apenas la toca. Si ellas no hacen algo pronto,
creo que yo misma me las arreglaré para que se acuesten. Al menos ellas podrán
follar. No como yo, que sólo disfruto de la compañía de mi mano desde que
conocí a ese maldita Barbie.
-
Bueno, penas aparte. Me apuesto lo que quieras a que tu “auto-ayuda” se debe a
que te has encontrado a Liz con el uniforme de animadoras sin estar preparada
para la bomba. Créeme, la vi esta mañana. Y si no estuviera locamente enamorada
de Susan yo misma habría llenado el suelo de babas. De todas formas, ayer te lo
dije por correo para que no te le acercaras…ya sabes cómo te pones cuando lleva
falda. – Sí, claro que lo sé Loren, yo y mi coño al que le da por hacer cosplay
del río Potomac.
-
Ya, ya. Se me olvidó mirar el correo, además, ni siquiera la vi. Llegaba tarde
a clase y vi a la foca de Rob encima de mi taquilla. ¿Cómo iba a saber yo que
estaban ahí los dos juntitos? – Dios, que asco, sólo de pensar en las manos de
ese baboso peludo encima de esa preciosidad me da arcadas.
-
Espera, espera… ¿Rob y Liz? Eso es imposible. Rob lleva todo el mes presionando
a Liz para que vayan juntos al baile de graduación. Ya sabes, por eso de que el
capitán del equipo de fútbol y la capitana de las animadoras tienen que ser
pareja y bla bla bla. Pero nada. A Liz no le podría dar más asco alguien. Susan
es más cercana a Liz que yo, pero cuando le pregunto por la vida amorosa de
Liz, Susan se va por la tangente.
-
Señorita Blake, le importaría dejar de hablar y resolver el siguiente problema…
- Me levanté y fui rápidamente a la pizarra. – Gracias por su atención – dijo
el profesor con una pícara sonrisa…aunque desapareció veinte segundos después
cuando terminé de resolver el problema mucho más rápido de lo que él se
esperaba. - ¿Pero cómo demonios…? Ejem… quiero decir… - Empezó a comprobar el
problema mientras yo volvía a mi asiento. – Bien, muy bien, esto es todo por
hoy chicos. Estudiad duro, el examen final es el martes que viene. – La gente
empezó a salir del aula. – Blake, quédate por favor.
-
Luego nos vemos en el partido. – Me dijo Loren antes de salir de clase. Me
dirigí a la mesa del profesor Gutiérrez y vi como removía rápidamente algunos
papeles. Parecía nervioso.
-
¿Sí, profesor Gutiérrez?
-
Señorita Blake… Katherine. – Uff, esto era gordo, sólo me llama por mi nombre
cuando está en una de las cenas que celebra mi madre para el vecindario.- ¿Se
ha pensado la propuesta que le hice hace un mes?
-
Sí, lo he hecho, pero no gracias. Ya me han aceptado en AMDA.
-
¿Cómo no te van a aceptar? Serían estúpidos si no lo hicieran. ¿Nueva York o
Los Ángeles?
-
Nueva York.
-
¿De verdad que no te interesa entrar en el MIT? Básicamente me han suplicado que
te convenza para ir. Tienes mucho potencial para malgastarlo siendo actriz o
cantante…
-
Pero eso no lo decide usted profesor. Soy la única que tiene derecho a decidir
lo que quiere hacer con su vida.
-
Ya lo sé Katherine, pero entiéndeme. Vivimos en Arlington. Si fueras al MIT con
algunos contactos podrías llegar fácilmente al Pentágono.
-
No me interesa.
-
Soy tu tutor, y sólo espero que te lo replantees seriamente. Podrías tener un
gran futuro en el Gobierno. Podrías llegar a ser casi lo que quisieras y
prefieres lanzarte a algo casi imposible.
-
Mírelo desde otro punto de vista. Es un desafío. – Di por concluida la
conversación y comencé a salir del aula.
-
Se han puesto en contacto contigo. ¿Verdad? – No respondí y salí de allí.
Lo
cierto es que sí. Hace seis meses vino una mujer a casa para hablar conmigo
sobre mi futuro y sobre mis posibilidades para ayudar a nuestra gran nación y
bla bla bla… pero yo sabía que conllevaba una vida como esa. Y por mucho que me
gustara a veces la soledad, no pensaba condenar mi vida a una cadena de
mentiras sólo por el amor a mi país.
Me
dirigí a mi siguiente clase después de cambiar los libros en mi taquilla.
Espero que hoy marquen muchos tantos esos mastodontes. Hay un baile de la
victoria que no me importaría ver de nuevo…
El Ritmo del Deseo by Belladonna Literaria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
El Ritmo del Deseo by Belladonna Literaria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
Esta excelente y muy divertida, me he reído mucho leyendo estos dos capítulos... Estas 4 van a tener que hacer algo al respecto, porque eso es estar ciego de remate o demasiado asustadas.
ResponderEliminarMuchos saludos y mil abrazos desde mi Colombia bella.
Luisa V.
Jaajajaja... estan mas ciegas qur un topo... pero dan mucha risa...
ResponderEliminarGracias por los dos capitulos juntos... y esperando mas la proxima semana...
genial !! me he reido mucho ,esta historia va a estar interesante...
ResponderEliminarespero q llegen pronto los apitulos
M.S (galicia)
Me encanta esta historia, ojala se pudiera publicar diariamente pero eso es exigirte mucho. Solamente queda esperar a la proxima publicacion .
ResponderEliminarGracias por todas las historias que nos ofreces. Un besote a la distancia guapa :)
jajajaqjajajajajaja el coño le hace cosplay del río potomac ajajajajajajaj
ResponderEliminar