CAPÍTULO 18
Ya era jueves por la noche y estaba que no paraba de los nervios. La representación estaba más que perfeccionada y nada iba a salir mal porque habíamos pensado en todos los posibles percances. Incluso si Elizabeth se caía en alguna parte de la actuación teníamos pensado un cambio de coreografía original para que el público no se diera cuenta… entonces, ¿Por qué demonios estaba tan histérica?
Esto era para Elizabeth…no para mí. Yo no quería ir a la Real Academia de Baile ni nada por el estilo… ni siquiera tenía pensado volver a mis clases del conservatorio aunque la señora Walker, subdirectora de la RAM, me lo había propuesto más de una vez…
Seguí dando vueltas en mi habitación hasta que no pude más y bajé de nuevo al salón de música… si no lo hacía una vez más para cerciorarme de que todo estaba en orden no conseguiría pegar ojo.
No me sorprendió demasiado escuchar música en la sala, pero si me sorprendió que no fuera exactamente la música que me esperaba. ¡Era Dubstep! Me asomé a la sala y vi a Elizabeth bailar de una forma libre y resuelta. Tenía el pelo completamente suelto agitándose de un lado a otro, con una camiseta de tirantes ancha y unos pantalones turcos de color negro. Bailaba descalza y sin abrir los ojos… era una visión perfecta de sensualidad salvaje… podía ver el sudor perderse en su escote y su estrecha cintura curvarse y contonearse al ritmo de la música…
Cuando quise darme cuenta, estaba tras ella, sujetando sus caderas contra mí y siguiendo el ritmo de ellas hasta acompasar nuestros movimientos. Si Elizabeth se asombró o se molestó de mi intrusión, no dio ninguna señal de ello. Bailamos juntas, con nuestros cuerpos pegados, hasta que ya no pudimos sostenernos de pie y nos dejamos caer al suelo de parqué.
Ahora, a pesar de estar cansada, no sentía ninguna preocupación por la representación de mañana. El agotamiento físico y bailar algo que no era la misma coreografía que habíamos estado ensayando las últimas semanas había despejado mi mente.
Miré a Elizabeth, que en ese momento me miraba con intensidad mientras su pecho subía y bajaba rápidamente del esfuerzo acumulado, y me asombre de estar tan cerca de ella. Ahora, sin bailar, volví a sentir esa opresión tan desagradable que llevaba días sufriendo… Desde el domingo no había podido estar serena cerca de Elizabeth. ¡Dios! Cuando me dijo que me amaba, aunque sólo fuera por la promesa vacía que le había hecho a su padre, mi corazón se me salió del pecho del asombro… y ese desasosiego cuando me dijo que si era eso lo que quería…
Desde ese momento cada vez que bailábamos era como una lucha de descubrir lo que sus ojos me ocultaban… ¿Era Elizabeth tan mala como yo siempre creí que fue? Tal vez… No, no es posible… era como esa vez cuando nos miramos por primera vez en el comedor… la misma angustia… la misma vorágine de sentimientos en sus ojos, tan diferentes y confusos… en estos últimos días sólo tenía una cosa clara… y era que todos esos sentimientos tenían algo en común. El miedo…
- ¿Tú tampoco podías dormir? – Me preguntó entre jadeos.
- No… supongo que también estoy nerviosa por la representación de mañana. – Me levanté y apague la música. Al girarme, Elizabeth tenía los ojos cerrados con la cabeza echada hacia atrás… parecía sacada de una de esas películas antiguas, donde la doncella le ofrece al vampiro el dulce néctar de su cuello… ¡Cielos…estoy empezando a volverme loca! Me volví a sentar en el suelo, esta vez frente a ella, a una distancia prudencial, ya que tenía miedo de su reacción ante lo que le iba a decir…algo que me lleva reconcomiendo estos últimos días. – Así que…eres lesbiana… - Elizabeth abrió los ojos de golpe y me miró con enfado. – Oye…no pasa nada si lo eres… al fin de cuentas, yo también lo soy… aunque siempre pensé que era por eso por lo que me acosabas en la Academia…
- ¡Pues no! – Dijo Elizabeth abruptamente, levantándose de repente y dirigiéndose a la puerta.
- Entonces… ¿Por qué? – Le pregunté levantándome de nuevo y reteniéndola del brazo antes de que saliera. Elizabeth miró mi mano sujetando su brazo como si se tratara de un mosquito molesto del que deshacerse. Me apartó la mano y volvió a mirarme con esa mirada tormentosa y eléctrica, provocándome un nudo en el estómago.
- Qué más da eso ahora… - Dijo en un susurro lastimero antes de irse. Me quedé sola en la sala de música viendo como la puerta se cerraba al igual que se acababa la sensación de ansiedad… Sí que da… quiero saberlo…necesito saberlo… ¡Necesito saber por qué!
***
Terminé de arreglar mi pelo para la representación. Era complicado, ya que tenía que las sujeciones debían ser lo suficientemente firmes como para que durante la primera parte no se soltaran…pero a la vez lo suficientemente sencillas para que Alexia no se demorara en quitarlas en la segunda parte…
Me coloqué la capa blanca sobre el vestido del siglo XIX de color celeste y terminé de ajustarme el antifaz anacarado veneciano. Respiré profundamente y me situé junto a Stephen, que parecía el príncipe de la cenicienta con su traje militar de gala blanco, también de época…incluso tenía el sable y las condecoraciones típicas de los príncipes de la realeza del siglo XIX.
- ¿Lista? – Me preguntó, también algo nervioso.
- Sí… - Dije, agitando las manos delante de mí, para tranquilizarme un poco. - ¿Dónde está Alexia?
- Ha ido a hablar con el responsable de la música y la iluminación… ha pensado que aparecer desde el público será mucho mejor para la representación. – No pude evitar una mueca de disgusto. Este no era momento para hacer cambios… - Vamos…confía en ella. Tiene un talento increíble para esto…seguro que sólo hará que la escenificación mejore. – Me dijo Stephen con una sonrisa, tras su sencilla mascara blanca que sólo dejaba visible su mentón.
- Lo sé… es increíble… - Susurré.
- En dos minutos despejaran el salón central, tres minutos para que empiece la música. – Dijo uno de los responsables de la fiesta de gala. Éramos la única representación que había escogido hacer el baile en el salón central y no en el escenario… podía ser un completo desastre o un rotundo existo… ya que todos los invitados podrían vernos desde cerca… Dios, si estás ahí arriba, haz que todo salga bien esta noche…
- ¡Un minuto! – Stephen me apretó suavemente la mano y comenzamos a avanzar entre los invitados, que no nos veían ya que lo único iluminado era la zona central de la sala. Stephen se fue por su lado y yo seguí avanzando hasta el haz de luz, justo en el centro de todas las miradas.
Baje la vista, tome aire con fuerza y levanté la barbilla con confianza, dejando caer la capa en el mismo instante en el que comenzaba la música…
(Sala de música)
a ver si de una vez se dicen lo q sienten yo les daba una colleja a cada una ....
ResponderEliminargracias por este capitulo estoy impaciente por
ver q sucede con el baile
M.S(galicia)
Como que ya no vale la pena, aunque después de lo que paso con el beso ps es obvio que haya perdido el valor, ahora solo espero que Alex no se de por vencida e incista aunque sea en una de sus típicas peleas.
ResponderEliminarEspero con ansias el próximo, que por cierto la musica esta buenisima y las cantantes ni que decir.
Saludos a ti bella :)
Luisa V.
Excelent capitulo y gracias por consentirnos , te amamos n.n
ResponderEliminarExcelente como siempre. Pero me preocupa que hasta ahora no se sepa quien es el.que quiera secuestrar a eliza. Ojala y descubran pronto . En cuanto a las chicas ya deberian abrir pronto los ojos y mirar lo evidente ~ antes q pase una desgracia. Por lo demas esta historia es extraordinaria. Siempre agradecida con tu trabajo y tu dedicacion hacia nosotras, mi admiracion a ti, besos .
ResponderEliminarCon cariño Maria Rene