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martes, 30 de junio de 2015

Oculta Entre Las Sombras Capítulo 20

CAPÍTULO 20



¿Prepararnos? ¿Abuelos? Oh, no. Ahora no. Tengo demasiadas cosas en la cabeza para aguantar el bombardeo de preguntas de mis abuelos… ¿A qué ha venido todo eso? ¿A qué demonios vino ese beso? Pensé que se quedaría a un palmo de mis labios, como en los ensayos, y aun así… me besó… Dios, estaba tan adormecida por las emociones de haber finalizado al fin la representación, que hubiera salido tan bien… y Alexia… había sido tan distinto a los ensayos. La sentía por todas partes al mismo tiempo… fue tan embriagador que aún me cosquillea la piel por donde sus manos pasaron… y mis labios… mis labios aún me queman.

No sé ni como pude mantenerme de pie cuando me presentaba a Darcey Bussel… ¡Oh cielos! ¡Básicamente me acaba de admitir en la Academia! Tantas emociones me están embotando…esto tiene que ser un sueño…


- ¡Pajarillo! ¡Has estado fantástica! – Dijo mi abuela, sacándome de mis pensamientos con  un estrecho y fuerte abrazo para una mujer de 72 años. – ¡Habéis estado fantásticas! – Mi abuela le apretó cariñosamente el brazo a Alexia, que en ese momento se encontraba con la barbilla alzada aguantando con un temple casi inhumano el escrutinio feroz de mi abuelo.

Todos nos quedamos en silencio viendo la lucha silenciosa de miradas de los dos. Estaba por salir al rescate de Alexia cuando mi abuelo hizo algo muy poco corriente en él. Hizo una mueca extraña que podría considerarse en algún lugar del mundo una sonrisa muy rara y asintió una sola vez con sequedad.

- Tiene huevos el chaval. – Dijo mi abuelo en un gruñido.

- Oh Will, ¿No ves que es una muchacha? Y muy linda además. – Dijo mi abuela, cogiendo la mejilla de Alexia para darle uno de sus mortales pellizcos. Pude ver como Alexia aguantaba como un soldado sin que una lágrima saliera de sus ojos, aunque se las podía vislumbrar por el brillo de sus ojos.

- Lo que sea… ¿Y tiene nombre? – Preguntó mi abuelo, sin mirarla directamente. Alexia le tendió la mano con firmeza.

- Alexia Buckley, Lord Kensington, es un placer conocerles al fin a usted y a su esposa Emma. – Mi abuelo miró su mano como si se tratara de una bomba a punto de explotar, pero después de un muy poco sutil codazo de mi abuela, le cogió la mano y la estrechó con fuerza.

- Igualmente. – Bueno, no ha ido mal…

- Ay, que niña tan dulce… y tiene un porte muy elegante… - Dijo mi abuela, dejando que Alexia le besara la mano. Supongo que se fijó en como el señor Dillon me saludo y muy inteligentemente está usando sus nuevos conocimientos para agradar a mis abuelos, aunque no creo que se tenga que esmerar tanto con la abuela…parece que se la quiere comer… - Mi hijo me ha dado una noticia fantástica. Mi marido y yo estamos muy contentas con el compromiso… ¿Ya tenéis fecha? – Oh mierda, lo ha soltado sin anestesia.

- Abuela, nosotras… - Empecé a decir, pero pude sentir como Alexia me cogía la mano con suavidad y la estrechaba, como había hecho antes cuando respondí por ella con el señor Dillon.

- Vaya, parece que Will se nos ha adelantado. Lo cierto es que aún no estábamos prometidas oficialmente. Estaba esperando a conocerles antes de hacerle a Elizabeth la proposición oficial. - ¿Pero qué? No Alexia… con eso sólo conseguirás que…

- Alexia…

- Lo siento Elizabeth, ya sé que este es un tema muy personal, pero pensé que lo más apropiado era hablar con tu padre y tus abuelos primero. Yo no tengo familia y me encantaría que me aceptaran como parte de la vuestra. Sólo con eso sería feliz. – Oh no… mi abuela tenía una mano apoyada en el corazón y parecía estar a punto de llorar… mi padre asentía con orgullo mientras apretaba con firmeza los hombros de mi abuelo, el cual incluso había dejado de tener una mirada tan abrupta.

- ¿Veis? Os dije que era una chica maravillosa. – Dijo mi padre.

- Oh querida, por supuesto que lo aceptamos, ¿Verdad Will? – Mi abuelo sólo soltó una especie de gruñido de aceptación. – Entonces, ¿Se lo pedirás ésta noche? Me encantaría ver cómo le pides la mano a mi pequeña pajarillo…

- Lo siento Emma, me temo que soy algo tímida para hacerlo con tanto público…pero en cuanto lo haga, seréis los primeros en saberlo, no se preocupe. – Seguí sin podérmelo creer. Obviamente Alexia estaba consiguiendo lo que muy pocos habían conseguido, caerle bien a mis abuelos… ¡por igual! Era lo suficientemente romántica y dulce como para complacer a mi abuela y lo suficientemente tradicional y seria para mi abuelo. No sabía si estaba en un sueño o en una pesadilla… sabía que todo esto era simple fachada… seguramente después me diría que ya pensaría en algo para hacer ver que rompemos o algo así… estaba empezando a sentirme mal…

- ¿Pero al menos ya sabéis cuando queréis la boda? No es por meter prisa, pero no es lo mismo organizar una boda en invierno o en primavera… - Dijo mi abuela entusiasmada.

- Oh, me gustaría que fuera en primavera… - Dijo Alexia, haciendo que mi abuela empezara a soltar gorgoritos de placer. Podía escuchar a su cabeza empezar con la lista de invitados sin tener que abrirla… - Pero me temo que no será el próximo año.

- ¿Y eso? Sería el mejor momento. Lo normal es casarse antes de cumplir un año de prometidos… - Dijo mi abuela, empezando a nublar sus ideas de planes de boda.

- Lo sé, pero me gustaría que Elizabeth se centrara los próximos años en su carrera como bailarina, y cuando ella se sienta preparada, organizamos la boda. – Alexia me miró a los ojos con dulzura… Dios, esto era demasiado para mí…

- Si me disculpáis, necesito empolvarme la nariz. – Dije, saliendo de allí, sin mirar atrás. Avancé como pude entre los comensales y algunos invitados que charlaban de pie, hasta llegar a la puerta principal del salón. La abrí con cuidado, disculpándome con el señor MacAdams, el abogado de mi padre, que se encontraba en el vestíbulo, hablando acaloradamente por teléfono. – Lo lamento. – George pareció asombrado, sin embargo, aireó la mano aceptando mis disculpas y continuó con su conversación telefónica.

Subí las escaleras de mármol, ya que un camarero me informó de que allí estaban los baños, sin embargo, al llegar al rellano de la planta superior, me encontré con más de 10 puertas. Las fui abriendo, comprobando que la mayoría eran salones de baile o pequeñas salas de música. Al llegar a la 6º puerta, me rendí y entre en la sala de música, que al menos tenía un gran diván en uno de los laterales donde podría sentarme y descansar los doloridos pies de los altos tacones de aguja.

Me senté en el diván y me los quité con desgana. La sala sólo estaba iluminada por la luz de las farolas de la calle que entraba por las ventanas, dando un aspecto algo siniestro a la solitaria sala de música. Me levanté del diván y avancé hasta la ventana más cercana, apoyándome en el pequeño saliente de mármol que contorneaba el bajo de la ventana.

Afuera hacía un día horrible. La lluvia caía en espesas gotas que poco a poco se iban convirtiendo en granizo, debido al frío de la noche. Le di varios golpecitos al cristal mientras dejaba salir todas las emociones de la noche en forma de lágrimas tan gruesas como la lluvia que caía en el exterior. Todo esto me estaba destrozando… tenerla tan cerca y a la vez tan lejos era algo que me desgarraba por dentro…

Una parte de mí quería decirle que se marchara y que me dejara en paz, así al menos estaría sola y sin tener que aguantar su presencia cada día, sabiendo que todo lo que hace lo hace por obligación…sin embargo, una pequeña parte de mí. La parte más egoísta y soñadora me decía que absorbiera hasta la última gota… que disfrutara de su compañía hasta al final, por muy doloroso que fuera verla marchar en unos meses, cuando todo se haya acabado… esa parte de mí deseaba que el peligro nunca se desvaneciera y ella tuviera que quedarse a mi lado…aunque sólo fuera para salvarme…

- ¿Por qué no puedes amarme? – Susurré, esperando inútilmente que la plegaria que recito cada día en mi cabeza se hiciera realidad, al decirla en voz alta.

- Porque no me dejaste hacerlo… - Me giré rápidamente, sintiendo un fuerte escalofrío en todo mi cuerpo, y miré como la alta y elegante figura de Alexia salía de entre las sombras de la sala de música, y se dirigía hacia mí con determinación.


Lo último que mi cerebro pudo procesar tras el pánico de haber sido escuchada por ella, fue el beso voraz que acabó por volverme loca…

6 comentarios:

  1. Ohhh woowwwwww!!! Solo me quede muda!!!... estoy en el trabajo y por eso no puedo gritar!!! De la alegria :))) y la rabia!!!! Siempre nos dejas asi bella!!!!! Eso no es justo... son 24 horas pensando en el proximo capitulo...
    Ademas de este desahogo... muy lindo y divertido el cap... sigue asi por fa!!!

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  2. noooooooooo,porque nos dejas asi,eres mala,muy mala , q mal lo voy a pasar hasta mañana
    alexia es la nuera q todo padre querria para su
    hija

    porfin espero q nadie les interrumpan y les haga daño me da mala espina el abogado

    M.S (galicia)

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  3. Ayyy madre mia que capitulo!!! tan soñado y culminando con un beso de amor verdadero, ahora si me comere las uñas para esperar la proxima entrega, hasta ahora de las historias que mas me esta gustando y haciendo soñar.

    Besotes a la distancia ^^

    Maria Rene

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  4. Dios me acabas de dejar estupefacta, es que no puedo ni articular palabra, primero estoy absolutamente feliz y a la vez te quiero matar por dejarnos así... Definitivamente tu forma de escribir me llega hasta los huesos.
    Mil gracias por este excelente capítulo ;)
    Luisa V.

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  5. el mejor de todos los capitulos!!!! a ver como resisto hasta manana!! gracias totales!!!

    Mia

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  6. Wooow por fin se confiesan, será eterna la espera para el próximo capítulo, nos has dejado en la inospia.
    Alex, México

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