Rivales - Parte III

PARTE III

ÚLTIMO DÍA DE CASTIGO

Había estado evitando a Marcos desde que escuché la conversación que tuvo con Cristina. Él estaba comenzando a enfadarse y cada vez estaba más violento. Cristina, por otro lado, no había vuelto a hablar conmigo desde que nos disculpamos…supongo que no sabemos comportarnos de manera normal después de pasarnos meses peleándonos.

 A la hora de la comida, Marcos estaba empezando a ser demasiado evidente en su molestia.

- ¡Vamos Natalia! Me tienes abandonado… si no tenemos sexo pronto voy a reventar…

- ¡Pues revienta! No pienso volver a acostarme contigo…

- ¿Qué? ¿Estás loca? Eres mi novia y tienes…

- ¡No! ¡No tengo que hacer nada! – Me levanté y cogí mi bandeja y mi vaso de refresco sin tocar. – ¡Y menos con la mierda qué tienes entre las piernas! – Grité, para que todos se enteraran. Le tiré el refresco encima y el resto de mi comida.

- ¿Qué coño haces? – Me gritó levantándome la mano. Pedro le agarró antes de que hiciera algo de lo que se arrepentiría.

- ¡DEJARTE! Y como se te ocurra levantarme la mano pienso decírselo al director para que tu maravilloso expediente se vaya a la mierda… ¡Hasta nunca, Marcos!

Salí del comedor seguida de varios cuchicheos y ovaciones por parte de las chicas. Me sentía muy bien conmigo misma. Al fin se había acabado esta farsa. Entré en el baño de chicas de la 2º planta antes de que empezaran las clases de la tarde para empolvarme la nariz, cuando escuché un fuerte golpe de alguien que entraba en el baño.

- ¿Dónde estás puta? ¿Crees que puedes ponerme en ridículo delante de todo el instituto y marcharte de rositas? – Oh no… ¡Marcos! Intenté cerrar de nuevo el pestillo del baño pero Marcos empujó la puerta con fuerza haciéndome caer contra el retrete. – ¡Aquí estás! – Marcos me agarró firmemente del pelo y me arrastró fuera del cubículo, empecé a chillar de dolor, pero él me tapó la boca con fuerza. – ¡Calla perra! Ahora aprenderás a respetarme… - Marcos me colocó bruscamente contra el lavabo y rasgó mis medias con fuerza…

- ¡No! – Grité. Pero Marcos me dio un fuerte puñetazo en la cara que me hizo golpearme contra la pared. Sentí un fuerte dolor de cabeza y apenas pude abrir los ojos del repentino mareo que me sacudió. Notaba vagamente como Marcos me arrancaba las bragas y se colocaba entre mis piernas… por favor, no…esto no… Marcos se apartó y esperé a que me penetrara… pero no ocurrió… mis ojos, entrecerrados y con visión borrosa, empezaron a ver más sombras en el baño. Se escuchaban gritos sordos y golpes…pero yo no podía moverme…me sentía tan cansada…

Los gritos y golpes cesaron y sentí como alguien me cubría y me alzaba con cuidado… se sentía cálido y suave…y me dejé llevar por el sueño…

20 MINUTOS MÁS TARDE (DESPACHO DEL DIRECTOR)

- Se acaban de llevar al señor Gutiérrez a comisaria. Tú y la señorita López deberán ir a declarar lo antes posible, para contar lo que vieron y cuando la señorita Guerrero se recupere, tendrá que presentar los cargos por lesiones e intento de violación…Dios, quién iba a pensar que ese muchacho fuera tan violento… - El director miró a la joven morena que tenía delante. La joven tenía varios cortes y moretones en la cara – Usted también debería ir a la enfermería a que le revisaran esos cortes, señorita Hidalgo.

- Sí, señor. – La joven se levantó y salió de mi despacho. Dios, este día ha sido horrible…espero que no salga esto en la prensa, si no el consejo va a querer mi cabeza en una pica…

ENFERMERÍA

Sentía una pulsación constante en la cabeza y alcé mi mano para tocarla, pero al hacerlo, el dolor se incrementó.

- No te lo toques…fue un golpe bastante duro. – Alcé mi mirada, y tras unos segundos de visión borrosa, vi a una maltrecha Cristina cubierta de tiritas y gasas.

- Estás…horrible. – Dije sin pensar. Cristina se río.

- Y eso que no te has visto en un espejo… - Cristina se puso seria de repente y me miró preocupada. - ¿Cómo te encuentras?

- Cómo una mierda… ¿Qué pasó? – Pregunté.

- Humm… estaba acompañando a Laura para que se retocara el maquillaje cuando escuchamos unos gritos…entramos corriendo al baño de chicas y vimos… - Cristina parecía furiosa y avergonzada. – Al principio pensé que sólo os lo estabais montando… pero vi la sangre en la pared y que tenías los ojos velados…así que… - Me fijé en las manos de Cristina, estaban vendadas en los nudillos y tenían marcas de sangre. – Digamos que Marcos está peor que nosotras dos…Laura fue más lista que yo y fue a buscar ayuda al comedor. Hace una hora que se llevaron a Marcos a la comisaria. Lo han expulsado y la policía lo ha detenido por intento de violación y violencia de género… como ya tiene 18 seguramente le caerán algunos años en la cárcel… - Vi una lágrima caer de los ojos de Cristina. – Por mí que se pudra allí… - Agarré con cuidado una de sus manos y la estreché con delicadeza.

- Gracias… si no hubierais aparecido, él… - Se me hizo un nudo en la garganta. – No sé cómo pude enamorarme de alguien así…

- No fue tu culpa Natalia… él era un hipócrita y un mentiroso… nos engañó a las dos…

- Sí…pero si no hubiera sido por ti… yo habría seguido con él. Gracias Cristina, de todo corazón… - Cristina se ruborizó y sonrió de manera tímida. Nunca me hubiera esperado que fuera tan endemoniadamente adorable…

- No tienes que darme las gracias… si hubiera llegado antes a lo mejor no te habría hecho daño. – Cristina alzó su mano derecha y rozó con cuidado mi mejilla izquierda. Sentí como la punción del dolor se mezclaba con algo más, y me extrañé al desear que el contacto se alargara… - En fin…será mejor que me vaya. En un rato vendrá la policía a tomarte declaración y prefiero que no piensen que he sido yo la que te ha dejado hecha un cromo… - Cristina parecía nerviosa de repente. Se levantó del banco donde estaba sentada y se dirigió a la puerta. – Espero que te recuperes pronto…adiós.

- Adiós… - Dije, pero la puerta ya se había cerrado.

DOS SEMANAS DESPUÉS

Quedaba sólo una semana para los finales y menos de un mes para selectividad y no era capaz de concentrarme. Desde el incidente en el baño no había vuelto a ver a Natalia desde que hablamos en la enfermería. Supongo que estará recuperándose del shock de que su propio novio intentara violarla…

Apreté mis puños con fuerza al recordar la escena que me encontré en el baño… en ese momento deseaba tan fuertemente matar a Marcos que casi me dejé llevar…por suerte Laura llegó con refuerzos antes de que Marcos empezara a ganarme la batalla. Al principio le cogí desprevenido, pero su fuerza y su altura me superaron con creces después del primer ataque. A pesar de estar temblando, tapé a Natalia con mi chaqueta para que no la vieran los demás en ese estado y no dejé que nadie la tocara hasta llegar a la enfermería…es rubia natural… ¿Qué coño estás pensando Cristina? ¿Cómo puedes pensar en eso de un momento cómo ese? Eres una pervertida de mierda…eso es lo que eres…

- ¡Oh Natalia! ¿Cómo estás? – Dijo alguien cerca de mí. Levanté la vista y vi como algunos rodeaban la puerta del aula y decían palabras de confort. Se me paró el corazón al ver a Natalia asentir de manera tímida a todos nuestros compañeros. Le habían quitado los puntos de la frente y tenía algo más desinflada la mejilla, pero seguía teniendo algunas manchas amarillentas que intentó tapar con maquillaje.

Natalia levantó la vista y me miró directamente, haciendo que apartara la mirada. ¿Qué me pasa? Sigue siendo la misma de siempre… ¿por qué me avergüenzo?

- Hola… - Me dijo, al llegar a mi pupitre. No podía ignorarla de una manera tan descarada, así que levanté mi mirada y le respondí con seguridad.

- Hola, te veo mucho mejor… – Tragué con dificultad al ver el rubor subir por sus mejillas.

- Sí…la hinchazón ha bajado bastante… - Esperaba que se marchara, pero siguió mirándome durante un buen rato, como pensando que hacer o decir a continuación. – Oye… como he estado fuera estas dos semanas… - Natalia iba subiendo de tonos cuanto más avanzaba la frase… ¿se está ruborizando? - … ¿te importaría venir a mi casa a ayudarme con el estudio? – Me quedé de piedra….que yo… ¿qué? ¿En su casa? Al ver que no contestaba, Natalia se puso nerviosa. – Yo…emm…ha sido idea de mi madre… quiere conocerte y darte las gracias en persona…al parecer la semana pasada conoció a tu madre en una especie de grupo de auto-ayuda o algo así… - ¡Mierda mamá! Otra vez yendo a esas conferencias de padres con hijos con problemas… - Si no quieres, no pasa nada… - Dijo Natalia, con intención de marcharse hacia su pupitre.

- ¡No!... quiero decir, sí. Me encantaría ayudarte… - ¿Qué demonios estoy haciendo?...

- ¡Genial! Te esperaré después de clase… - Natalia se marchó sonriente hacia su sitio… ¿Por qué mierda tendré tanta debilidad por las rubias?

AL FINAL DE LAS CLASES

Estaba esperando a Cristina fuera de clase, mientras ella hablaba con Laura. No sabía porque le había mentido antes, pero al menos sí era cierto que nuestras madres se conocieron la semana pasada y que a mi madre le gustaría conocerla…

- Bueno Cris, nos vemos mañana. – Le dijo Laura. – Hasta mañana Natalia… - Laura me dejó a solas con Cristina. Dios, estaba muy nerviosa.

- ¿Vamos? – Le pregunté, señalando a la salida. Ella asintió sin más y me siguió hacia el aparcamiento. – Mi casa no está lejos… ¿Tienes que avisar a tus padres o algo?

- No es necesario, ya llamaré a mi madre cuando llegue a tu casa… ¿A dónde vas? – Me preguntó cuándo me dirigía a la salida del parking.

- A… ¿casa?

- Ven anda… - Me llevó a un lado del parking hasta donde estaban todas las motos aparcadas. Se paró enfrente de una Vespa azul GTS y sacó del sillín un casco pequeño del mismo color. – Toma, póntelo.

- ¿Y tú? – Le pregunté mientras me lo ponía.

- ¿Has dicho que está cerca no? Iré con cuidado… - Me senté detrás de ella en la moto y casi me muero de lo incómodo que me resultó agarrarla por la cintura. Llegamos a mi casa en apenas 2 minutos y, a pesar de mi incomodidad, me sentí muy extraña al soltarla.

Le presenté a mi madre rápidamente para que no averiguara mi engaño, aunque mi madre comenzó a abrazarla y darle las gracias una y otra vez… la invitó a cenar y no aceptó un no por respuesta.

Ya en mi habitación, la incomodidad dio paso a los nervios, y mientras mi cuerpo se relajaba comencé a quitar trastos de mi escritorio para que pudiéramos estudiar mejor.

- No te preocupes, yo puedo hacerlo en la cama. – Me dijo Cristina. Me giré y la encontré tumbada bocabajo con el libro de economía a la altura de su cabeza. Yo puedo hacerlo en la cama…no, y yo también… ¿Qué carajo? Me quedé mirando fijamente el escote de Cristina durante tanto tiempo que Cristina se quedó extrañada. – ¿Prefieres que empecemos con otra cosa? – Dijo, señalando al libro.

- No…no…economía está bien.

No recuerdo mucho sobre economía de esa tarde…pero si recuerdo su pecho bajando y subiendo al respirar… tampoco recuerdo nada de filosofía…pero si recuerdo sus largas piernas estirarse al cambiar de postura…y de las matemáticas sólo recuerdo el olor del perfume de Cristina cuando se inclinó para explicarme como hacer el problema… me sentía tan nublada que apenas abrí la boca esa tarde…

En la cena mi madre se encargó de hablar y hablar sobre cosas que no recuerdo… pero si recuerdo como Cristina se reía de alguna cosa…el sonido de su risa… de eso sí me acuerdo…

Por la noche, en la cama, pensé en mi comportamiento, y lo achaqué a lo extraño que me resultaba ser amistosa con Cristina…mi rival… la persona con la que me gritaba, la misma persona a la que torture metiendo en su mochila una culebra inofensiva de campo, que sé que le dan pánico, a la persona a la que manché la toalla de tinta azul para que tras la ducha en los vestuarios se convirtiera en pitufina por una semana entera…sin darme cuenta me estaba riendo de todos esos momentos, incluso de los momentos en los que yo salí mal parada con algunas de sus trastadas…sólo era eso, nada más…

Sin embargo, al cerrar los ojos, volví a verla en la pista de baile, moviendo su cuerpo suavemente, rodeando con sus brazos a esa chica rubia, apretando su cuerpo contra ella, besándola con pasión…besándome con pasión…

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